icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon

DAMA DE COMPAÑIA

Capítulo 4 CAPITULO 3

Palabras:1709    |    Actualizado en: 25/02/2024

compás de la música. Yo no estaba acostumbrada a ir a clubes ni a discotecas, ni tampoco a bar

uré mientras Tatiana me hacía

entras me abrazaba efusivamente y gritaba al s

ré, pero creo que ella

vestido con camisa negra y pantalones negros. Nos miró son

geramente para estar más cerca de nosotras. Lo mismo hizo Tatiana recostando su cara

a como para saber cuándo una mujer estaba haci

astante bien el movimiento y podía ver cómo l

y le guiñó un ojo. — verás, mi amiga y yo estam

nte en que el hombre colocó las bebidas frente a nosotras, Tatiana le dio un sorbo largo, dej

rosado, yo estaba hipnotizad

e. Qué me instó a darle un trago sin siquier

go, sex on the Beach? — Preguntó Tat

hogares de acogida había yo

ión. Había conocido demasiados niños que habían q

n perdido a sus padres, no quedándose huérfanos, pero si

ue ellos andaban por allí pululando sin saber de mi existencia. Si vivo, si muero, si como o no,

preferiría no sab

decir, mientras mi nariz se arrugab

l oído, pues al parecer las personas allí se estaban vol

o el trago, luego un segundo y en p

e ella sabía que yo no había ingerido alcohol jamás en mi vida y no estaba acostumbrada al efecto que éste estaba causando en mí. Me sentía mar

personas les gustab

tada, conversando con el bartender, estaba bastante desinhibida, como

cilidad para hablar m

a de muchas perso

o una mujer se atravesó en

así que soporte lo más que pude y esperé a que estos terminarán una vez el baño di

is rodillas para ocultar la c

llamente la mente la

lestaba por completo el no tener el co

lí eternamente. Necesitaba pararme, echarme un poco de agua en el rostro y seguir hacia adelant

ad es que aunque cada una mantenía su distancia con la otra, pues sabíamos después de haber pasado por diferentes hogares de acogida, que no debíam

a que menos posibilidades te

ida, agua, techo y ropa para poder subsistir has

ando que el maquillaje que Tatian

a colocado labial, ni tampo

naba todo mi cuerpo, me llegaba un poco más debajo de las nalgas,

staban cubiertos por unas finas mangas delicadas y encim

portunidad para ella montarme en unas botas que me

servía, algo que no había sido heredado de una hija adoptiva a la otra. Por lo regular los padres de acogida siempre guardan diferentes size de ropa para los hijos que vengan a futur

erta mientras el papel toalla aún estaba en mis manos y terminaba de s

bien, m

se ido lejos de aquí y tan solo mi cuerpo se estuviese moviendo como si tuviese vid

resques un poco más. No tenía idea

e mí. — le dije, y aunque ella frunció el ceño e

o de toda la vida. Eres mi amiga Mili, aunque sientas que yo no soy la tuya, lo

l alcohol ya estaba hacie

mado otro trago en lo que

je en voz muy alta al oído. — ya hemos estado aquí

olvió a hacer ese gesto que le quedaba entre gracioso y tierno a la vez.

el vestido, las botas y volverme a

yo de nuevo al menos en este momento, en mi cumpleaños número 18, tenía la oportunidad de s

vamos. — aseguré, so

camente arrastrándome hasta la barra, le pidió otro trago con el gesto de sus dedos

la música. Yo jamás había bailado en un club y era obvio, pues tampoco lo había visitado hasta este momento, pero ella moviendo su cuerp

Obtenga su bonus en la App

Abrir