Matrimonio prisionero con un Millonario
la defensiva, mujer?–Marlo
hasta en el abismo, justo donde se situaba el corazón de Marlon, en el mero abism
stela del antebrazo y
ita estupidez, niña grosera–Aflojo su agarre en cuant
con una sonrisa en
mpresionante la manera tan rápida de c
ma de su antebrazo para sobarse
es como un hermano para mÖRespondió Lian, pero luego volteo su rostro hacia Estela quien
o encima del hombro de Estela. Esta al sentir el peso
simismada, aun no me creo la idea de
no quiero quitarles más de su ti
elta para desapar
enos Estela y su madre, pero siempre demostraron una falsa felicidad
la fiesta?–preguntó Marlon.
me–Lo aniquiló
irte–Respondió si
rió los ojos, exigi
é que eras más madura, creo que me
estás, ¿porque no
soltó u
o a mà casa, a vivir conmigo
?-Sus ojos se aguaron
vara a su esposa a su casa, ya más tarde veÃa como se las arreglaba
te con eso–Resp
nme al tanto si intent
a-Exclamo Estela por segunda
bió en uno de los autos y se fue del lugar se sentÃa muy cansada sus pies dolÃan jamás habÃa tenido unos tacones d
onó Estela preocupada. Ya habÃa pasado media hor
o tiempo, llegaron a la mansión–L
o a esta casa antes, ni siquiera pregunto por
ala de estar. Todo era hermoso, habÃa mucho
ra de Rivera–Sal
caminando con su boca abierta pero a pas
ar
a–Dijo Marlon para no alertar a la prensa quien est
ven esposa?–Preguntó con impr
hombres de Marlon apartaron a los periodistas par
o, pensó que Estela era una mujer sumisa y con el autoestima por el piso. Pero se llevó tre
chó su teléfono, pese a que se encontraba en una zona bastant
hombro hasta llevarlo a su oreja, tanta era su pereza qu
ó asustado. Al interior de la llamada se podÃa
suspiro, apenas llegaba Estela a c
muy equivocado! ¡En el contrato no dice nada de eso!
y colgó la llamada, lo cual
st
maleducado, mira que co
de malo que duerma con el jefe–Dij
con ese hombre lo más probable es que termi
me tendrá bajo sus sában
a se dirigÃa a gran velocidad al jardÃn. Su vestido es
ielo, la luna estaba menguando y las est
onvencer de sus estupideces, no lo
tó un suspiro, estaba estresada
debió aceptar tal contrato, habÃa otra manera par
anquila, la voz prepotente de M
abrió los ojos de golpe. Y rá
erido "esposo"–Hizo la seña de
su rostro, como quien