Las llamas de la venganza
ndra
este momento, ¿Dónde estaba? ¿Qué había pasado? Levanté mi mano que estaba colgando en el borde d
alcohol y definitivamente no iba a volver a pasar, considerando que mis padres no me asesinasen antes de volver a tener la oport
vor. -mencionó una voz compl
rascando mi cabeza, me encontraba descolocada y fue
veinticinco años cuando mucho, yo me quedaba más atrás con mis tristes veinte-. Ano
acordarme de nada-. ¿Has visto a Raquel? ¿Dónde está mi amiga? -pregu
bas cuidándote. -¿Qué yo qué? No dije eso, ¿O sí? No era
s meses, ¡Por eso el preservativo! ¡Estaba tomada! ¡No creíste que tal
de idiota y su sonrisa satisfactor
¿Dónde está mi ropa? -pregunté mirándolo cuando
da. -comentó nuevamente-. Quiero saber, porqué
-dije s
par de meses ni siquiera sé que pasa conmigo o por mi cabeza, estoy hac
ume la escena de noche. -comenté sonriendo-. Ahora termina de darme toda
i amor...» mi mente estaba volando con la vista que ese chico me ofrecía-. Sabía que te
staba junto a un tipo solo con una sábana cubriendo su cuerpo, anoche había
me! -dije apartá
quien pague la cuenta de la farmacia. -agre
es que llegué a esto? -solté de pronto y no sé si él decidió hacerse el sordo o si en verdad no me oy
su carro, llegamos a la farmacia más cercana y, sin bajarme del vehí
leto desconocido no estaba en mis planes y tampoco en los de mis padres, aunque,
e o sigue pareciéndole graciosa la situación. Me cedió la pastilla e, incluida, una botella de agua desgasificada, por suerte. Sonreí
aré. -mencionó él con la vista fi
n, él llevó su mano a la cabeza igual que yo, parece
vocando que todo mi cuerpo se estremeciera al caer en cuenta de que aquellos ojos color miel me observab
volveré a verte! No me arriesgaré a decirle a alguien donde vivo. -men
nocemos bastante bien. -mencionó de pronto. «Es que no recuerdo ni
i casa, pero ni sueñes que te diré
o los ojos y viendo f
hículo, pero no quería quitar el seguro, ¿Qué estaba pasando? ¿Era un ases
. -mencionó provocando que el solo hecho de que dijer
i nombre? -pre
respuesta estúpida o,
che que seguramente no olvidaré. -mencionó en un tono ronco, sensual-. Alexandra, ese exnovio tuyo
dijera su nombre, para no sentirm
enas un hilo de voz. ¿Qué estaba provocando este homb
El hecho de que no me he separado de ti toda esta mañana significa algo. -susurró a
ronto el contacto de su piel con la mía me hacía estremecer
recorriendo cada parte de mí, pero yo no p
de pronto su teléfono vibró y tuv
ó con ese tono de voz gruesa, cómo si el solo pro
apo, todo un adonis, por decirlo bajo, pero no podía con esto, no podía dejarme infl