Las llamas de la venganza
o Mo
ara la mujer más her
n sonriente y a la vez tan melancólica, cómo desearía poder pasar un día a tu lado madre querida, fue tan instantáneo el tiempo que
espués de eso, un beso... va
soy capaz de recordarla, alegre, sonriente, con su mirada perdida en el horizonte esperando ansiosa la llegada de mi padre, ocultando sus lágrimas cada que yo me acercaba y es que me costó varios años ente
nada me fui a dormir, sin despedirme de ella, enojado porque me había encerrado en mi cuarto sin imaginar el peligro del cual me protegía, debí darte
a, golpeada cómo nu
z de sus ojos, pero perderla... eso lo destrozó y solo quedó un hombre frío, violento, lleno de odio y resentimiento que también comenzó a forma
su cargo y se dedicó a formar una empresa que nunca había ido en baja, er
negocios lícitos e ilícitos. Me excusé para meterme en la vida de los Guzmán, Alexandra... buen
i padre para convertirme en todo lo que soy, él sabía perfectame
ra mi esposa, me casé con ella por mera conveniencia, supongo
os, en su lugar me dio la jugosa herencia de su padre al morir y la dinastía que él había creado, em
al la universidad? -agregué sonriendo y dejando que
ono coqueto y seductor que me había encantado desde que la conocí, ella no es de
aras y tampoco es que nuestra relación fuese muy devota a dios, eso no iba conmigo-. Puedes bu
guntó ella en un tono curioso, pero tí
do me voy por las noches no se te pasa por la mente que estoy rodeado de muchas otras
mpí. Necesitaba que le quedase claro que entre ella y yo no existía algo
go dejar caer mi amenaza-. Ahora ve y déjame terminar mi trabajo. Ah, Gianna, con discrec
de mi oficina, no sin antes deja
in embargo, no terminó pasando absolutamente nada, dejé que creyese que sí para que no me botara en el mi
on, aunque debo admitir que esa noche el pensamiento se cruzó por mi mente, ella lo quería, lo deseaba, pero solo
o que la haya dejado, así mi camino
y pasando la lengua sobre mis secos labios, recordando la piel suave de su espalda, sus mejillas con aquel tono rojizo cada
salir de mis pensamientos, se
-pregunté
te? -preguntó ella, se encontraba ansi
hora que es? Deberías estar durmiendo. -mencioné sonriendo burlón, sabí
tiste, sino créeme, le diré quién eres en realidad y que se man
a, allí está todo. -menci
ojos de mi madre, que a su vez fueron heredados de mi abuela, ella también había sido mi caballo de troya para llegar a Alexandra, sé que no me per