La chica de las flores: Una vida por una vida©
el castillo de la princesa Agnes, hermana del rey Eros. Ella era un poco más joven que su hermano y ambos se parecían mucho, ella tenía los ojos verdes y el cabello mu
, era un lugar muy bonito, aunque Alma y su familia tampoco podían salir ni
le- le decía Agnes a su hermano-. Temo por la vida de tus hijos,
nos han dado la espalda- decía apenado el rey Eros-. He enviado mensajeros para
rminaba encontrándoles. Desde el día del ataque del príncipe Edgar, Alma tenía muchas pesadillas que se habían vuelto mucho más horribles desde que llegaron a sus oídos las noticias de lo que el príncipe Peter estaba haciéndole a su
ormentaba, era posible que él fuera también responsable de las muertes de todas esas personas inocentes, ya que era caballero del reino de Turion y seguro que le era leal al príncipe Peter. Sólo pensar que él fuera un ases
a había vuelto a ver ni había tenido noticias sobre ella. Estaba muy preocupada, quizás la habían capturado y la estab
en asilo en su casa, viven muy lejos de aquí, en el reino de Oldar. Tendremos que coger un barco y cru
en desacuerdo con la idea de irse-. ¿Vamos a dejarlos a todos
es. ¡No tenemos nada que hacer contra ellos!- le dijo su padre
drían mandarnos a sus hombres para pelear y recuperar
iados para saber de cuántos hombres disponemos. No podemos hacerlo ahora, corremos peligro si nos quedamos aquí,
o para tomar el barco que les alejaría del reino, pero las cosas no salieron como ellos esperaban. Justamente cua
Eros y su familia se escondían en su interior. Agnes no podía hacer nada para detenerlos, pues sus ho
dizo que os conducirá a la playa- les dijo la princesa Agnes-. Tomad unos botes para llega
sotros?- le preguntó el príncipe U
abandonarla- le dijo Agnes acariciándole una mejilla al joven prín
an volver a ver nunca. Bajaron por la trampilla hasta el pasadizo y se dirigieron hacia la playa.
¿dónde es
la ni al reino en manos de ese príncipe loco- le dijo con tristeza-. No
e ella y sus hermanos se salvaran. No le parecía justo que su padre tuviera que sacrificarse, ya que todo era culpa suya. Si ella no hubiera ido sol
ieron a la playa y se dirigieron a los botes, pero la princesa Alma no podía irse y dejar a su padre, si él moría por su
re muy asustada, acercándose a la valla e inte
erto demasiada gente. Voy a terminar con esta guerra- le dijo Alma a su madre entre so
dejaba de escuchar los gritos de su madre, gritaba y lloraba desconsoladamente su nombre suplicándo
ie cerca, para que no supieran por donde habían escapado los demás. Fue sin hacer ruido hasta la
o de Turion, también con sus espadas en la mano. Todos ellos se apartaron, dando paso a un hombre que vestía una armadura de color negro, no pudo verle el rostro, pues lo llevaba tapado con un yelmo negro. Por sus h
r con voz firme-. Júrame lealtad y dime dónde se encuen
nadie en mi reino, nadie!- le gritó el rey Eros y el
ardia más antiguo y leal a la familia de Alma, p
iano o acabaré con tu vida!
a si hace falta!- gritó Elías am
cipe Peter clavándole su espada con to
enzó a sangrarle la boca. El guardia agonizó durante un momento en el suelo, hasta que dejó de moverse y de respirar, muriendo en ese
muy asustada. El rey Eros también estaba horrorizado por la crueldad del príncipe. Sabía que no tenia ninguna posib
o que quieras conmigo pero deja ir en paz a mi famili
l príncipe-. Exijo la vida de uno de tus hijos por
e yo les di las armas- le dijo el rey Eros-. Por favor, acepta mi vida a c
o qui
a princesa Alma no podía dejar morir así a su padre, no por su culpa. Así que salió de su escondite y corrió hasta donde se