Si el amor duele
Al oírlo, escupí un sorbo de agua.
Ante eso, Elliott se volvió hacia mí y, enseguida, sacó unos pañuelos para limpiarme la boca. Sintiéndome un poco incómoda, los tomé y lo hice yo misma.
El rostro de Cason se ensombreció al ser testigo de eso, por lo que fue implacable cuando comentó: "Da la casualidad de que la mujer que me gusta está embarazada".
¡Maldición! Si tuviera más agua en la boca, la habría escupido de nuevo.
Atónita, yo me enfoqué en el hombre. ¿Por qué estaba tratando de provocar a Elliott? ¿Qué pretendía con eso?
Él ignoró la mirada que le disparé y se volvió hacia Elliott de forma desafiante.
Elliott también lo miró, pero mostrando una elegancia agregó con indiferencia: "Es una gran pena que esta mujer no solo esté embarazada sino casada. Espero que puedas aceptar la realidad, no tienes la oportunidad de estar con ella".
"No estoy tan seguro de eso. Quiero decir, mucha gente se vuelve a casar hoy en día. Yo diría que ella lo hizo con la persona equivocada a una edad muy corta. Sea como sea, terminará divorciándose y se volverá a casar tarde o temprano".
Para ese punto, yo ya no podía soportar más su charla, así que suspiré, me puse de pie y comencé a caminar antes de agregar: "En fin, yo ya me llené. Ustedes pueden quedarse aquí y continuar con lo suyo".