Matrimonio relámpago
"¿Qué haces?", susurró Rhonda, con cuidado de no molestar a Fiona, que estaba en la habitación contigua.
"Soy tu marido. ¿Por qué crees que estoy aquí?". La voz de Eliam tenía un toque de picardía.
"Eliam, no puedes hacer esto. Ya no hay nada entre nosotros", contestó ella exasperada. ¿No podía respetar sus límites?
"Rhonda, tu cuerpo dice otra cosa. ¿Acaso no te divertiste esta mañana?". El tono de él era petulante, lo que la enojó aún más a ella.
"Eliam, te has pasado de la raya". La ira de Rhonda estalló al recordar lo que ocurrió esa mañana. Entonces apretó los dientes, frustrada.
"¿Que me he pasado de la raya? Me has mordido tan fuerte que no puedo levantar el brazo. ¿Quisiste asesinar a tu propio marido?", replicó él, con voz cargada de dolor.
"¿Puedes ser más sinvergüenza?", arremetió ella, considerando que la audacia de él era aún más descarada.
"Por supuesto". Él sonrió con satisfacción, sin inmutarse. "Como quieras".
Después se inclinó e intentó besarla.
Pero Rhonda estaba furiosa. ¿Acaso estaba loco? ¿Cómo podía tratarla así?