Novia del Señor Millonario
Cariño, déjalo y ven conmigo
El regreso de la esposa no deseada
Yo soy tuya y tú eres mío
Tesoro de CEO
Mi encuentro con un misterioso magnate
La segunda oportunidad en el amor
La venganza de la heredera genio oculta bajo la máscara
Mimada por el despiadado jefe clandestino
No me dejes, mi querida mentirosa
“Lo Que Sea”
CAPÍTULO 1
Bien dicen que cuando la vida te da limones, hay que hacer limonada, estaba acostumbrado a una vida; donde todo lo que tenía era en grandes cantidades, jamás le faltó nada, tenía una vida privilegiada, heredó una gran fortuna de parte de sus padres, así como la belleza. Hasta eso la vida le obsequió un buen físico, pero a pesar de eso simplemente no era feliz. ¿Por qué? porque aún no llegaba la mujer que cambiaría su vida para siempre.
Su nombre es William Alonso Russell; con 33 años, soltero, sexi, con una estatura de 1.90 m rubio, ojos azules, cuerpo atlético, perfil griego, piel bronceada, guapo y encantador, aunado eso súmele increíblemente millonario ya que es empresario, banquero, dueño de diversas empresas, tanto en la Unión Americana como de Europa.
Entre ellas; las más sonadas de telecomunicación, hoteles, constructoras e inversiones en la industria petrolera; sus diversas inversiones eran muy conocidas en el mundo de los negocios, lo apodaban The Shark “el tiburón” el más temible depredador, ya que empezó muy joven en su carrera, su fama de seductor no pasaba desapercibida siempre lo relacionaba con modelos, actrices, cantantes, siempre le acompañaban bellezas exuberantes y no tenía pensado en casarse, ni por su mente pasaba la posibilidad de tener hijos o formar una familia, no hasta que; una llamada cambió su vida.
En el Corporativo Russell, se encontraba el magnate en compañía de su fiel amigo y mano derecha el Doctor Glenn Craig, Administrador y Economista de la empresa, estaban platicando de una inversión en la industria petrolera.
−Alonso, es un buen negocio pero la inversión debe de ser muy fuerte, para poder obtener las ganancias deseadas –revisando su portátil que llevaba en sus manos.
–Lo se Glenn, lo sé, aun no me decido, pero lo voy a pensar con la cabeza muy fría. –Sentado en aquel escritorio de roble el cual había sido de su padre, checando los estados financieros.
− En ese momento, interrumpe la secretaria…
−Sí, dime Margarita. –Mirándola desde su escritorio.
−Sr. el notario le llamó, dice que le urge hablar con usted; si puede ir mañana a las 10.00 a.m. para la lectura del testamento de su tío –apuñando el picaporte de la puerta.
−Ok Margarita, cancela lo que tenga para mañana, después voy a comer con mi tía. –Mirando de nuevo los documentos en su escritorio.
−¿A qué se deberá que requiere tu presencia? sé que tu tía, es la heredera universal de tu tío. –Dejando de mirar su portátil, para posar su mirada en Alonso.
−No, lo sé, mañana lo sabremos, vamos amigo a comer Matilde, está haciendo la lasaña; esa que tanto te gusta.
− ¿Puedo invitar a Diana? – pregunto, cerrando sus archivos de su ordenador.
−Por supuesto, sabes que a Matilde le dará gusto verla. –Sonriendo.
ﷻ
En una casa hogar llamada “El Caballito” se suscita un gran problema, donde las encargadas de ese lugar charlaban de la situación.
− ¿Así que nos van a desalojar? Y nuestros niños ¿Qué va hacer de ellos?
−Tendremos que dejarlos en diferentes orfanatos. El gobierno, les buscará lugares en casas temporales y algunos otros, los llevarán a casa de asistencia, no sé, el destino es incierto ya no podemos hacer nada.
La hermana Sor Teresa, lloraba muy angustiada era una situación preocupante para los niños de la casa Hogar El Caballito.
Un niño llamado Saúl, escuchaba la conversación muy preocupado al saber lo que sucedía se comenzó a preguntar así mismo…
– ¿Que nos van a quitar el hogar? Tengo que hacer algo, buscar a alguien que nos ayude para salvar nuestro hogar; pero ¿Quién? Si, ya sé; le voy a llamar a Sandy, ella sabrá lo que hacer...sí. Ella nos puede ayudar.
Sandy, una chica huérfana criada en el hogar El Caballito hasta su adolescencia, después tuvo que ir a estudiar una carrera, apoyada por la beneficencia de la caridad, tanto del estado, como de diferentes instituciones; que daban sus contribuciones para los niños sin hogar y por sus excelentes calificaciones, contaba con una beca en una universidad privada.
Estaba estudiando la carrera de educación en matemáticas e historia, para después dar clases en alguna escuela, ella contaba con 23 años, rubia, ojos verdes, muy atractiva, aunque no se podía dar los lujos que sus demás compañeras. Era la razón, por lo que ella compartía departamento con su amiga Dana Smith, que estudiaba en la misma universidad, ella estudiaba la carrera de derecho, que, aunque era más solvente, tampoco contaba con el suficiente dinero para darse lujos innecesarios, las dos tenían trabajos de medio tiempo y compartían gastos.
Diana, mantenía una relación de un año con su novio Thomas, ya estaban por graduarse y su meta, era entrar a trabajar alguna firma de abogados importante.
La universidad en la que estudiaban ambas era muy prestigiosa y la mayoría de los estudiantes eran hijos de políticos, empresarios, banqueros, etc. inclusive hijos de algún cantante o actor. Gente de muy alto nivel económico. Las dos amigas estaban becadas y mejor conocidas, como las pobretonas, las nerds de la universidad; ya que no podían darse el lujo de perder sus becas. Sandy, acababa de terminar su relación con un estudiante de artes escénicas, hijo de un millonario Inglés. Adams Robinson; ella se había enamorado de él por su forma de tratarla, ya que siempre los chicos la veían como un ratón de biblioteca y él fue el único que se interesó en ella, sin importarle su situación económica.
Ya que en ese lugar, entre más dinero tenías mejor persona eras; pero estaba muy lejos de la realidad. Ya que él solo quería una cosa; acostarse con ella, puesto que era muy conocido que chica que le gustaba, la obtenía como diera lugar y cuando se aburría, las botaba como si fueran ropa usada, sólo que Sandy no era esa clase de chica.
Retrospectiva.
Sandy y Adams, estaban en un parque donde las parejas se apartaban en la oscuridad para poderse comer a besos...
−Vamos a mi departamento Sandy – le comentó entre besos apasionados. − Solo un rato, para estar solos y más cómodos. –Susurrándole al oído −. ¿Acaso no quieres estar conmigo? No sabes cómo te deseo. –Besando su cuello.
—No Adams; ¡no quiero! –Poniendo distancia para que la dejara de besar −. Yo soy una mujer de principios, me críe con una religiosa y no pienso flaquear. –Mirándolo a los ojos −. Yo quiero entregarme por amor al hombre que va hacer mi esposo, quiero que ese sea su regalo, me quiero casar como dios manda. – Tomando su mano, pretendiendo que la entendiera −. Al menos, si no es por la iglesia por algún motivo que sea por lo civil; pero llegar virgen al matrimonio, así que no.
–Pues si no quieres estar conmigo en la intimidad. –Soltando su mano de tajo−. Mejor ahí la dejamos –dijo, muy molesto ‹‹ pensando que su chantaje le serviría. ›› −Yo soy un hombre con sangre en las venas. –Sacando sus llaves para tomar su auto −. ¡La verdad! no deseo, ni planeo casarme ni contigo, ni con nadie, así que es mejor terminar. –Entrando en su auto para encenderlo para irse.
−Está bien ¿quieres que las cosas tomen ese rumbo? – Gritándole −. No te hago perder tu tiempo, te quiero mucho pero no voy a cambiar mi modo de pensar. –Abrazándose a sí misma, sintiendo un poco de frío y desilusión en su corazón.
Final de la retrospectiva.
Sandy, término muy dolida al saber que Adams Robinson, solo quería acostarse con ella, por ese motivo decidió enfrascarse en sus estudios. Ya hacía 3 meses que habían terminado su relación y trataba de no pensar mucho en él, de hecho, no sabía ¿por qué había aceptado salir con él? con la reputación que le precedía. Solo que pensaba, que ella haría la diferencia ‹‹ que equivocada estaba›› sumida en sus pensamientos. −Cuando sonó el teléfono.
Era Saúl, un niño huérfano de 11 años que vivía en esa casa hogar, con un tono de preocupación y tristeza, le dijo. −Sandy te necesitamos, nos quieren quitar el hogar; ayúdanos por favor.
Sandy, se fue inmediatamente al orfanato para saber qué pasaba, al llegar se dio cuenta de la mala noticia: era verdad, querían construir un hotel y un campo de golf, pero al hacerlo les estorbaba la casa hogar.
Los terrenos antiguamente eran del Sr. Smith, un hombre que había prestado una parte de su terreno para que construyeran la casa hogar. Pero al fallecer, sus hijos no pensaron en que si vendían el terreno; la casa hogar se vería afectada, ellos solo querían vender ese terreno que les heredó su padre. La maquinaria llegó de una constructora, la cual tenía el objetivo derrumbar todo lo que estorbaba; con el logotipo Russell Corporativo W.A.R. y se entendía que ellos eran los nuevos dueños, ya que la orden de desalojo venía de esa compañía.
Sandy, empezó a investigar ¿A qué empresa pertenecían los vehículos? y decidida fue hasta las oficinas, para poder hablar con el dueño de esa empresa, para tratar de salvar la casa hogar.
ﷻ
En la notaría, se presentaba la Sra. Magda Russell, junto con su sobrino; para la lectura del testamento del esposo de su tía.
−Sra. Mary Carmen Russell, su esposo falleció hace un año, pero su testamento se leerá en este preciso momento, en virtud que ese fue su último deseo. −Comenzando a leer.
−Yo Isidro Alexander Russell, en uso de mis facultades mentales y gozando de buena salud, dejó como heredero a mi único sobrino William Alonso Russell. Para que sea dueño de mis propiedades entre ellas la inmobiliarias del país, la compañía de extracción de petróleo, las inversiones a corto y largo plazo de la constructora Russell W.A.R. de las acciones en la bolsa, de las propiedades en el extranjero, así como mi porcentaje en la compañía de mi hermano William Mateo Russell, ya fallecido.
A mi querida esposa, le dejó la residencia en la que vivimos nuestros últimos años y una pensión vitalicia, para sus gastos, aclarando que ella estuvo en total acuerdo al momento en que redacte este testamento. Sé que mi sobrino, nunca va a desproteger a mi esposa, ya que la quiere como una madre.
−Alonso, estaba incrédulo; nunca se imaginó que su tío, le fuera a heredar todo a él. Era su tío hermano de su padre, pero tenía más sobrinos, aunque no directos, pero ¡¿dejarlo como único heredero?!
Mary Carmen Russell, permanecía callada. – Solo, tomo la mano de su sobrino --hijo, él hizo lo correcto yo estoy de acuerdo en todo.
- Pero tía, usted debería ser su heredera universal. No yo ¡usted sabía! –Asombrado e incrédulo −. ¿Está de acuerdo con eso? –Mirándola a los ojos, sin soltar su mano.
−Si hijo, tu tío te quiso como un verdadero hijo, al igual que yo; tu tío y yo nunca pudimos ser padres. Cuando tus padres fallecieron, nosotros nos hicimos cargo de ustedes. – Soltando su mano, sacando su pañuelo de su bolso −. Fuimos muy felices, aunque desgraciadamente la felicidad no es eterna, con la partida de tu hermana. –Limpiando sus lágrimas con su pañuelo−. Solo te teníamos a ti.
− Así que la decisión estaba tomada, estoy totalmente de acuerdo. –Guardando su pañuelo −. Aún cuento con la herencia que mis padres me dejaron. –Acomodando su anillo que traía en su dedo de casada −. Con eso puedo vivir el resto de mi vida como una reina, ya soy vieja a estas alturas no necesito mucho, solo tu cariño. –Sonriendo.
−Sabe que tiene mi cariño, usted es mi madre – dijo, acariciando su mejilla con la mano. − Así la conocí; así la quiero. −Dándole un beso en la mejilla.
−Sr. Russell, aún no terminó. –Con un poco de carraspeo en su voz, para que le pusieran atención.
− ¿Hay más? −pregunto.
− Sí, hay un detalle, para poder tomar posesión de su herencia, deberá contraer matrimonio en un lapso no mayor a 1 año. –El notario acomodando sus lentes−. Es la razón por la que se leyó hasta esta fecha, puesto que usted aún está soltero y tendrá que permanecer casado 3 años; en los cuales deberá procrear un hijo – señalándole en donde especificaba lo del matrimonio en el testamento.
−Usted actualmente cuenta con 32 años de edad, cuando usted cumpla 35 años, si aún no ha tomado posesión de su herencia. –Levantándose para darles la espalda poniendo sus manos detrás−. Esta va ser destinada a diferentes fundaciones, casas de caridad e instituciones con programas de desarrollo humano. –Dirigiéndose hasta una gaveta de su escritorio donde sacó un sobre−. En este sobre cerrado se encuentra una carta, donde su tío le expresa sus razones. –Entregándoselo.