Abro mis ojos, veo el sol asomándose por la ventana, sonrío de emoción ante mi primer día de escuela de mi último año de preparatoria.
La alarma de mi celular suena, la apago y me levanto, volteo a ver mi habitación y sonrío al ver toda la decoración y una cama vacía que he convertido en un lugar para leer, suspiro con algo de nostalgia pero me enfoco de nuevo en mi aseo para bajar al desayuno.
-Buenos días, E.
-Buenos días, M.
Emma y yo nos damos un pequeño abrazo de saludo antes de continuar con nuestro proceso del desayuno, yo preparo los cafés y saco los ingredientes para preparar el desayuno. Hemos estado viviendo juntas durante dos meses ya, y es como si toda nuestra vida hemos vivido juntas, aunque prácticamente así es, porque yo estaba en su casa y ella en la mía, conocía cada rincón y ella igual.
Y ahora empezamos nuestro último año de preparatoria, se siente algo irreal después de todo lo que vivimos durante el año pasado, nuestra amistad sólo se ha fortalecido y sin duda tenemos grandes expectativas para este año, estando las dos solas.
-Estoy muy emocionada, ¿y tú?
-También lo estoy- sonrío antes de beber de mi café.
-¿No has pensado en...?
-No- respondí de manera inmediata -. No lo he hecho y no lo haré.
-Maddie, ya pasaron dos meses, debes responderles.
-¿Por qué? Los dos decían claramente que no esperaban respuesta alguna, entonces no veo mi obligación de hacerlo.
-Tú, yo, y ellos sabemos perfectamente que esperan una respuesta. Aunque sea una carita feliz o triste, o una grosería, pero una respuesta.
Me levanto del comedor con mis platos para llevarlos a la cocina.
-No necesitan una respuesta escrita, porque la no escrita ya dijo todo lo que debía decir.
-No seas de esa manera, Mads- replicó -. ¿Qué es lo que pasa? Guardé mis pensamientos durante dos meses porque merecías ese tiempo para ti y no para pensar en esos dos, pero ya es momento de regresar a la realidad. Tú y ellos merecen una respuesta.
-Em, ¿qué respuesta necesitan? No pienso contestarles. Les dejé claro que no iba a hablar con ellos, necesito mi espacio y eso no se limita a dos meses.
-Mads, no estoy del lado de ellos, que eso quede claro- suspiré bajando mis brazos de mi pecho -. Pero estoy preocupada por ti, debes tomar una decisión, les digas a ellos o no, pero tú debes tener eso en claro. No quiero que el día de mañana ellos se presenten y tú no sepas qué hacer, porque tanto tú como yo sabemos que eso puede ocurrir cuando menos te lo esperes, porque ellos siguen en esta carrera y no saben cuándo detenerse.
Tomo un respiro profundo, pero no tan profundo como las palabras de Emma.
-Bien, tienes razón, no he tomado una decisión y me duele la cabeza sólo pensarlo así que lo único que he hecho es reprimir esos pensamientos y también cada uno de los recuerdos, pero también he sentido la realidad y me está frustrando.
-Lo sabía, ven aquí- Emma me jala hacia ella para un abrazo. De inmediato siento que puedo respirar de nuevo -. Te lo digo porque te quiero, y quiero que estés bien. Y cualquier decisión que hagas, yo estaré ahí para apoyarte. Porque, uff, no hay mala decisión.
Empiezo a reír.
-Teniendo a esos dos chicos detrás de ti, amiga, yo ya les hubiera contestado a los dos al mismo tiempo.
Reímos mientras niego con mi cabeza.
-Sólo piensas en eso.
-¿Cómo no pensar? Mads, los dos están guapísimos, y se ve que sudan amor por ti y-
-Oh no, eso fue para nada romántico- exploté en carcajadas.
-No, no, sabes a lo que me refiero. Todo en ellos gritan amor por ti, no sé cómo sigues aquí parada, yo ya-
El sonido de su celular la interrumpió.
-Oh, qué tenemos aquí- empiezo a hacerle burla cuando veo su semblante cambiar por completo.
-¿Hola? Hola- sonrió de oreja a oreja con rubor esparciéndose en sus mejillas -. Sí, acabo de desayunar, ¿y tú?
Hago una mueca de asco y ella me pega en la cara para que deje de hacerlo, se voltea y camina de regreso a su habitación.
-¡Hola hermanito!- grité para molestarlos. Emma sube su dedo de en medio dirigido hacia mí mientras subía las escaleras, sólo reí y regresé a mi actividad en la cocina.
Enseguida pude terminar de arreglar la cocina y me apresuré para terminar de prepararme para irnos a la escuela, salí de mi habitación al mismo tiempo que Emma y fue entonces que pudimos salir a su auto para ir a la escuela.
Recibo mensajes de Matt deseándome un buen día, sonrío porque mi papá también me mandó un mensaje al mismo tiempo, los dos hombres de mi vida y los únicos.
-Mira quiénes llegaron- Emma sonríe de lado apagando su auto. Levanté mi mirada y vi a los H llegando en su nuevo auto.
Comparto una mirada con Emma y con una sonrisa en nuestro rostro bajamos del auto, ajusto mi mochila en mi hombro y retiro el cabello de mi rostro, hago contacto visual con Hank y él sonríe ampliamente.
Caminamos hacia ellos, y viceversa.
-Wow, esa pelirroja la conozco- Hank me saluda con un abrazo efusivo -, ¿cómo estás, linda?
-Muy bien, gracias. ¿Y ustedes?
Me dirijo a saludar a los H restantes. Abrazo primero a Harry, el chico ha crecido, también Hank, pero Hamilton sigue siendo el más alto de los tres.
-Las vacaciones les sentaron bien, se ven muy lindas- comentó Harry con dulzura, nosotras sonreímos por su cumplido.
-Lo mismo podemos decir de ustedes, ese viaje por el Caribe los dejó más guapos.
-No sabía que se podía aumentar lo atractivo, pero gracias Maddie.
Todos rodamos los ojos ante el comentario de Hank.
-Vamos a empezar esto- Hank abre paso para caminar hacia la entrada de la escuela.
Nos acomodamos en una fila y caminamos, en orden, de izquierda a derecha: Hank, yo, Hamilton, Emma, y Harry.
Me sentí en cámara lenta por unos segundos, cuando vi las miradas de los adolescentes llegando en sus autos o bicicletas, y por un momento recordé esa sensación cuando por primera vez llegué con los chicos, fue algo extraño, y ahora no están.
-¿Cómo estás?
-Bien, sigo trabajando y mi papá pudo venir algunas semanas para pasarla conmigo, al igual que los papás de Emma.
-Oh eso es genial, me alegro por ustedes- sonrió -. Saben que pueden ir a casa, son bienvenidas. Al parecer Rosa las quiere más que a nosotros.
-Eso es una tontería- río -. No hay mujer que los ame más que ella... aún.
Guiñé un ojo y él rió.
-Bueno, tú has visto de cerca nuestros intentos fallidos- su mirada se dirige hacia Emma, me volteo y la veo riendo por algo que Harry dijo, ella se ve feliz y radiante, y no me había puesto a pensar cuánto le dolió a Hank saber que a ella le gustaba alguien más, y no sólo eso, saber que ahora son una pareja.
-Lo siento, Hank, nunca me detuve a pensar y-
-Hey, hey- me interrumpió pasando su brazo por mis hombros -. Los dos estamos solteros, es momento de divertirse, qué flojera estar en una relación durante tu etapa más divertida, ¿no crees?
-Sí, me gusta estar soltera- confesé.
-Así se habla, nos vamos a divertir mucho.
-Eso espero- reímos y caminamos por la entrada.
Había rostros nuevos y observadores, algunas personas ya las había visto, supongo que son de segundo y tercer año, pero hay otros que no, y sin duda se siente como un año nuevo, y tomando la palabra de Hank... que empiece la diversión.
Afortunadamente, tengo mi primera clase con Emma y Hank, puede sonar en manera sarcástica debido a la clara incomodidad entre ellos, pero siento que lo podemos resolver, los tres éramos amigos antes y prácticamente vivimos juntos por poco tiempo, pero el suficiente para conocernos mejor y practicar la cordialidad.
-¿Están seguras de querer entrar a la clase? Es arte, podemos simplemente pasarla con dibujos que parecen profundos.
-No seas tonto, yo sí quiero aprender a dibujar, el año pasado no tuve un buen maestro- se quejó Emma, yo asentí a su comentario mientras tomaba asiento en medio de aquellos dos.
La profesora llegó de inmediato, es claro que su materia a ejercer es arte, su vestimenta era colorida y sus manos tenían algo de pintura fresca, supongo que el deber nunca descansa y menos si es lo que te apasiona; sonreí al notar ese detalle.
-Buenos días, chicos. Antes de empezar con cualquier presentación, necesito que saquen sus libros, empezaremos con una actividad de recreación, y nos podremos conocer- sonrió.
Se escucharon algunos suspiros, lo entiendo, es temprano y la mayoría ya hemos visto nuestros rostros durante el año pasado, no necesitamos introducción alguna.
Coloqué mi libro en mi banca, subí mi mirada y veo a una chica rubia entrar al salón, la profesora se aproximó a ella y la chica le entregó un papel, nunca la había visto antes, y por su mirada baja puedo suponer que es nueva en la escuela.
-Mhm, chicos, les presento a su nueva compañera, Grace Ross.
Un sonido fuerte hizo eco en todo el salón, fue de parte de mi compañero del lado izquierdo sobando su cabeza, Hank se golpeó la cabeza con la banca al querer subirla; algunas risas se hicieron presentes, la mayoría por parte de Emma.
-Joven Gray, ¿está bien?
-Sí, sí- hizo un ademán con su mano sin subir su mirada.
Con una sonrisa de diversión en mi rostro volteo a ver a la chica nueva, ella tiene un ligero sonrojo de vergüenza, su mirada iba de Hank hacia otro lugar, en cinco segundos detuvo su mirada en él como tres veces, y no la culpo, es el chico que mejor se ve en el salón.
-Señorita Ross, puede tomar asiento en esta banca disponible.
-Sí, gracias- respondió tímidamente.
Algunos murmullos se hicieron notar, siendo una chica nueva en el último año, resultaba ser lo más interesante que pasaría el primer día, y siendo honestos, era la motivación del primer día de clases, el encontrar nuevos compañeros.
-Su blusa es linda- susurro Emma cerca de mí, a lo que yo asiento.
La blusa de la chica Ross era azul con pequeñas flores blancas en ella, era una blusa con tirantes gruesos y con un escote lindo, su cabello rubio caía en pequeñas ondas por debajo de sus hombros, podía verla porque se sentó en la primera fila de asientos, ya que todos los demás ya estaban ocupados.
La clase empieza y ante cualquier situación merecedora de un comentario sarcástico de Hank yo giraba mi rostro para verlo, pero él no se inmutó en ningún momento, de hecho, parecía robot, todo lo que hacía era en automático, no volteó a verme durante toda la clase, ni un monosílabo se le escuchó durante esos cuarenta minutos, un comportamiento muy extraño.
-Nos vemos en el almuerzo- me despido de Emma y me encamino hacia mi siguiente y última clase antes del almuerzo.
Hago una parada en mi casillero para tomar mi libro de álgebra, es el más pesado y no quería terminar el día con un moretón en mi hombro, escucho algunos murmullos en el pasillo, no presto atención y continúo con mi deber.
-Oh por Dios, se está acercando- escuché a una chica a mi izquierda comentarle a su amiga.
Cierro mi casillero y me doy la vuelta con mi vista en mi mochila, no veo a la persona acercarse y termino chocando con el individuo.
-Lo siento, Mads- es Harry -. Escuché que también tienes álgebra y decidí acercarme para ir juntos.
-Oh eso es un alivio- sonrió -. Vamos.
Harry pasó su brazo por mis hombros y empezamos a caminar directo al salón de álgebra, noté a las chicas susurrar entre ellas y señalar a Harry, fue entonces que entendí que se referían a él, entonces empecé a notar más miradas hacia nosotros.
-¿Cómo está tu primer día?
-Mejor de lo que esperaba- confesé -. ¿Y el tuyo?
-Tengo el mismo pensamiento, he estado tranquilo y estoy emocionado por las nuevas materias a cursar.
-Sólo tú estarías emocionado por eso.
-La verdad es que sí- terminó riendo.
Iba a mencionar el comportamiento extraño de su hermano, pero ¿qué le diría? No tengo ninguna idea de qué decirle o qué esperar, supongo que no tiene nada que ver con Emma y que Hank está bien, entonces lo olvido.
La clase comienza y Harry ya estaba preparado en cualquier tema que el profesor mencionaba, al principio estaba sorprendida, pero después recordé que él es muy inteligente, es muy bueno con las matemáticas, y lo mejor es que está sentado a mi lado y me puede explicar cualquier duda que tuviera.
-¿Alguna otra duda?- susurró.
-Umm no, creo que ya entendí- asentí lentamente mientras observaba con detenimiento mis apuntes.
-Bien, entonces cuando termines, comparamos los resultados.
Asiento y continúo con el ejercicio, pero el rugir de mi estómago me distrae, ya tengo hambre. Subo mi mirada hacia el reloj de la pared, faltan quince minutos para salir al almuerzo, suspiro y continúo con el interminable procedimiento.
-¿Vas a ir al baile de bienvenida?
-¿Qué? ¿Qué baile?- susurré de vuelta.
Harry señaló con sus ojos el cartel pegado a un lado de la puerta, es el baile de bienvenida, la fecha es este viernes, oh, vaya.
-No sabía que había un baile.
-El año pasado llegaste semanas después, prácticamente tú eras la única bienvenida.
-Oh, cierto- asentí recordando la amarga noticia de mudarme cuando ya había empezado el año escolar.
-¿Tú quieres ir?
-Sí, sería bueno que los cinco vayamos, ya sabes, como si nada incómodo sucediera con tu amiga y mi hermano.
-Oh- sonreí con algo de nervios -. Sí, sería algo bueno para nosotros, si ellos no quieren, nosotros vamos.
-Ya dijiste- guiña un ojo y regresa su mirada al frente.
Sonrío y espero por los últimos minutos de clase, salimos conversando acerca de los nuevos temas, no es algo entretenido de hablar, pero con Harry todo parece emocionante.
-¿Vamos directo a la cafetería?
-Sí, puedo arreglar los libros después, estoy hambrienta- me quejo y él ríe.
-Dame tu mochila, la cargaré- se detiene en medio del pasillo.
-¿Qué?
-Vamos, ese libro pesa más de lo que tu debilucho brazo puede aguantar.
Abro mi boca con indignación.
-Cada vez te pareces más a Hank- dije quitando la mochila de mis hombros para dársela.
-Y tú a Emma, mira que compararme con Hank- niega con su cabeza en manera de desaprobación y reímos.
Seguimos caminando hasta llegar a la cafetería, donde ya se encontraban los H restantes y Emma, ella hablaba con Hamilton mientras que Hank comía en silencio con su mirada en un punto fijo, estaba perdido en sus pensamientos.
-Hola chicos- saludé tomando asiento a lado de Hank para despertarlo.
-Hola- sonrió Emma emocionada, conozco esa sonrisa -. ¿Ya vieron lo del baile de bienvenida? Maddie y yo nos lo perdimos el año pasado, pero no hay duda que asistiremos. Mads, ayúdame a convencer a Hamilton, que está siendo un Grinch acerca del baile.
-No puedo ser Grinch, porque eso es sólo para Navidad- replicó el Grinch de Hamilton.
-¿Lo ves?- Emma se queja en voz alta. Harry ríe.
Volteo discretamente para ver a Hank, pero él sigue sumido en sus pensamientos, eso me preocupa, porque se ve como un Hank completamente diferente.
Escucho a los tres conversando, los chicos y Emma se levantan para ir por el almuerzo, ella me dice que me traerá el mío, Harry me dijo que me quedara con Hank, así sin decirme otra cosa, ellos saben del comportamiento extraño de Hank.