“No puedo vivir sin ti, pero tampoco contigo”
Lo tenia claro, todo lo que venía de el, no valía la pena, sin embargo, dolía alejarme, dolía dejar a la persona que aún amaba a pesar de todo el daño que me habia hecho, pero sabia muy bien que esto no tenia solución, el no iba a cambiar y si el no cambia, la que tenia que cambiar era yo.
El amor que le tenia ya no era suficiente, no obstante, tampoco era razón suficiente para quedarme en donde no me trataran como me merecía.
Y no lo culpaba a el, yo habia sido la tonta que habia decidido seguir con el a pesar de todas las red flag.
Yo seguia empecinada en que lo podía cambiar, pero después de tantos años me habia dado cuenta de que el jamás me habia merecido, jamás habia sido digno del amor que yo le profesaba y ahora me tocaba alejarme, sin importar lo que doliera.
El contacto cero iba a ser mi gran aliado, no queria saber nada de el, hasta sacarme por completo la dependencia que sentía y para eso tenia que cambiar muchas cosas en mi vida, lo necesitaba y por eso habia hecho una lista.
El primer punto, era separarme de el.
Lo segundo, eran hacer cosas que me gustaba para no pensarlo
Tercero, volver arreglarme
Cuarto, salir con mis amigas
Y así poco a poco iría agregando nuevos puntos a mi lista, hasta que el no significara nada para mí, porque así como lo habia amado, así también dejaría de sentir el mas mínimo aprecio que aun sentía por el.
Me conocía cuando tomaba una decisión, jamás cambiaba, el iba a ser un cero a la izquierda nuevamente para mí y si no era así dejaba de llamarme Sasha Bianco.
…
Llegue a la casa que compartía con el, tan temprano como mis obligaciones me lo habían permitido, necesitaba juntar mi ropa antes de que el llegara, no queria tener una discusión por lo que cuando le informara mi decisión solo me iría, sin mirar atrás y sin importar si dejaba algo en el proceso, por eso queria guardar lo mas importante, después si llegaba a dejar algo, el podría tirarlo o hacer lo que mejor le pareciera.
Junte mis documentos, ropa y accesorios que habia comprado yo con mi plata, todo lo que el me habia regalado y habia comprado con su plata no lo necesitaba, si queria dejarlo atrás, lo haría bien. Lo material no me habia interesado nunca, por lo que dejarlo atrás no era un gran problema para mí.
Al terminar de juntar las cosas miré el reloj y ya eran las cinco de la tarde en cualquier momento el llegaría, por lo que empecé a llevar las maletas al auto, necesitaba mantenerme entretenida para que los nervios no me consumieran, sabia que su reacción no iba a ser buena, lo conocía, el hombre que el era ahora era completamente diferente al chico del que me habia enamorado cuando tenia 18 años, sin embargo, todos estos años habia estado presente en todos sus cambios y sabia que iba a odiar lo que yo le estaba por hacer. Aun así, no me importaba, el que el me odiara era preferible antes de seguir perdiéndome a mí.
Porque eso era lo que estaba pasando, me estaba perdiendo, ya no era la misma chica que era, ya no veía de la misma forma a las personas, ya no veía de la misma forma la vida y eso me frustraba.