Tengo una estricta rutina, me levanto a las 5 de la mañana, me doy un baño de 15 minutos, desayuno y me pongo la ropa que previamente he buscado un día antes.
Pero no todos son como yo, y la primera persona que se me viene a la cabeza cuando pienso en desatre y desorden es Mariano Lombardo.
Mi nombre es Karina Hernández, tengo 29 años. hace 3 años emigre de mi natal cuba en busca de una estabilidad económica, tanto para mí, como para los míos, he trabajado un poco de todo, siempre fui exelente en cada uno de mis trabajos y no es diferente a este en el que estoy actualmente, pero nunca me imaginé que cuando obtuve el puesto de asistente personal de Mariano Lombardo, terminaría como la niñera de un hombre de casi 30 años!
Mire el reloj de la pared de mi apartamento y respire profundo, ya era hora de salir, tenia 5 meses trabajando para Mariano, y cada día era como una sorpresa, Mariano no era serio ni dormido! o estaba sonriendo o tenía una estúpida mueca de burla en la cara.
Llegué a una cafetería que estaba cerca a mi apartamento, compré un café ristretto y dos croissant rellenos de chocolate.
— muchas gracias! —
Le dije al hombre que me atendió.
Salí de la cafetería y detuve un taxi, tenia una penúltima parada antes de llegar a la empresa.
El taxi me deje frente a un enorme edificio de apartamentos de lujo.
Saludé al portero que ya me conocía y subí.
Abrí la puerta, deje el café y los croissants en la cocina y fui a la habitación, como era de esperarse el aún estaba dormido.
— buenos días señor Lombardo —
La chica que estaba a su lado empezó a gritar, Mariano se levantó de una salto.
— cómo entraste? —
Me preguntó un poco alterado, yo eleve las llaves y camine al ventanal y corri las cortinas.
— tiene una cita en dos horas —
Le informe. mire a su amiga y puse mala cara, no entendía que clase de obsesión tenía el con las rubias.
Recogí las prendas de la chica que estaban tiradas por el piso y se las entregué.
— trajiste coche? —
Le pregunté a la rubia, pero ella nego con la cabeza. yo saqué un par de billetes de mi cartera y se los entregué.
— esto es para el taxi —
Ella me miró con la boca ligeramente abierta, se levantó con rabia y corrió al baño.
— la asustaste —
Me dijo Mariano mientras bostezaba.
— cada día al levantarme me preguntó que si de verdad necesito este trabajo —
Le dije lentamente, Mariano me miró y puso mala cara.
— tienes prohibido renunciar, tampoco puedes embarazarte —
La anterior asistente de Mariano se embarazo para poner de excusa su estado para renunciar, al principio pensé que fue muy exagerado, pero ahora la entiendo por completo! no todas las personas pueden aguantar estar cerca a Mariano, el era demasiado demandante!
— que tanto hace esa chica en el baño? —
camine a la puerta del baño y toque un par de veces.
— estás bien? —
Pregunté, la puerta de abrió de golpe y salió la rubia hecha una fiera
— no vuelvas a buscarme Mariano! eres un imbécil! —
Grito antes de salir de la habitación.
— tampoco iba a volver a llamarla, ella tiene gustos raros —
Respire profundo y pensé en cachorros tiernos.
— al baño ya! —