Novia del Señor Millonario
Cariño, déjalo y ven conmigo
El regreso de la esposa no deseada
Yo soy tuya y tú eres mío
Tesoro de CEO
Mimada por el despiadado jefe clandestino
La segunda oportunidad en el amor
La venganza de la heredera genio oculta bajo la máscara
Enamorarme de nuevo de mi esposa no deseada
Mi encuentro con un misterioso magnate
Punto de vista de Emma:
"¡Feliz cumpleaños, perra! ¡Bienvenida al club!".
Pude escuchar la voz de Tiffany desde la sala de estar. Un momento después, la puerta principal se abrió de golpe y mis dos mejores amigas entraron irrumpiendo.
"¡Feliz cumpleaños, Emma!", dijo Carrie mientras aplaudía en voz alta, sosteniendo una pequeña magdalena roja con una vela en la parte superior.
"¡Pide un deseo ahora!", me ordenó Tiffany, por lo que obedecí.
Así que cerré los ojos y pedí mi pequeño deseo.
'Sin duda alguna, esta será mi noche especial', me dije a mí misma en mi cabeza.
Cuando abrí los ojos y soplé la vela, mis dos mejores amigas aplaudieron y rugieron con alegría.
"¿No son ustedes dos un poco ruidosas? Apenas son las 10 de la mañana", pronuncié, al mismo tiempo que me tapaba una oreja con la mano. Por suerte, mis padres ya estaban en el trabajo, de lo contrario, también dirían algo acerca de mis amigas.
"¿Y tú no estás un poco mal vestida? ¡Ya son las 10 de la mañana! Tenemos que irnos, hay mucho por hacer antes de esta noche", contestó Tiffany.
En realidad, ella tenía razón. Se refería al hecho de que ese día conduciríamos hasta Atlanta para visitar a mi novio Zach en Emory, y yo aún estaba sentada en mi sofá, vistiendo un pijama.
Aquel día, para mi cumpleaños, les dije a mis padres que no quería hacer una fiesta, dado que prefería recibir un auto. Así que el día anterior mi papá llevó a casa ese hermoso Ford Mustang convertible de color azul año 2010, como mi regalo de cumpleaños.
Entonces, esa misma noche mis mejores amigas sugirieron un viaje por carretera improvisado para poder ir a ver a Zach al día siguiente. Mi novio acababa de comenzar su primer año en la Universidad Emory. Habíamos estado saliendo durante casi un año y lo amaba muchísimo.
Cuando empezamos nuestra relación, yo era estudiante del segundo año y él estaba en el último año de la escuela. Él tenía cabello rubio y hermosos ojos azules, a decir verdad se parecía mucho a Patrick Schwarzenegger. Yo había estado enamorada de él desde el primer año, y jamás imaginé que se fijaría en alguien como yo, pero lo hizo.
Nos conocimos en la fiesta en una casa. En ese momento Tiffany estaba saliendo con el deportista, Robb, quien nos invitó a su casa para la pequeña reunión, que resultó ser una gran fiesta, llena de barriles de cerveza y licores fuertes.
Zach y yo comenzamos a hablar esa misma noche, el resto fue historia. Él fue mi primer amor, mi primer novio y mi primer beso. Para ese momento aún no habíamos experimentado todo los bases. Él ya me había preguntado sobre eso varias veces, pero yo nunca sentí que estuviera lista.
Sin embargo, desde que se mudó a la universidad a principios del verano, tenía semanas sin verlo, por lo que lo extrañaba mucho. Extrañaba su sonrisa, su roce y sus besos. Si yo pensaba que no estaba preparada antes, para el día de mi cumpleaños ya estaba completamente lista.
Podía suponer que era cierto lo que la gente decía, la ausencia hacía crecer el cariño.
La orientación de los nuevos alumnos de Zach fue el mismo día de mi cumpleaños, por lo que no pudo conducir a casa para verme, pero eso no sería un problema, pues, ya tenía mi auto nuevo y a mis dos mejores amigas para apoyarme.
"Bueno, ve y prepárate, vamos, vamos", dijo una de mis amigas, aplaudiendo para llamar mi atención.
"Está bien, está bien, iré a cambiarme", luego me levanté de un salto y me dirigí a mi habitación.
Ya había preparado el atuendo perfecto para esa noche. Había conseguido ese pequeño vestido negro con tirantes finos, el cual se amoldaba a mi figura por completo. A decir verdad, el vestido era demasiado corto, pero dejaba ver mis esbeltas curvas de la mejor manera posible. Había suficiente escote, no era demasiado revelador, pero hacía que mis senos parecieran atractivos.
Oh, sí, me sentía increíblemente sexy.
Tiff y Carrie, por otro lado, se quedaron boquiabiertas cuando me vieron con el atuendo.
"Chica, tendrás sexo esta noche", comentó Tiff, mientras alcanzaba mi cepillo de pelo.
"Tu novio va a perder la cabeza", asintió Carrie.
Tiff me ayudó a peinarme cuando comencé a maquillarme, y Carrie puso algo de música alegre para entusiasmarnos a todas por el viaje.
"Espero que esto no sea demasiado", les comenté a mis amigas.
"¿Estás bromeando? Te ves increíblemente hermosa", respondió Tiff.
"Tiene razón, no lo pienses demasiado", añadió Carrie, al mismo tiempo que rebuscaba en mi armario unos zapatos.
"Estoy muy nerviosa por esta noche", admití en ese momento.
"A decir verdad, la primera vez siempre es estresante, pero ustedes dos se aman, por lo tanto será genial", dijo Tiff para tranquilizarme.
Mis dos mejores amigas ya habían tenido relaciones sexuales. La primera vez de Tiff fue el año anterior con Robb. Ellos lo hicieron en la parte trasera de su Jeep. Ella dijo que al principio no le gustó, pero que las cosas mejoraron con el paso del tiempo.
Y la primera vez de Carrie fue cuando tenía catorce años. Fue con un chico que conoció en el campamento de verano. Ella dijo que el acto duró unos buenos treinta segundos, de esta manera no hacía falta decir que tampoco fue genial. Sin embargo, en ese momento Carrie estaba saliendo con Mark, el presidente de nuestro cuerpo escolar, y al parecer se llevaban muy bien.
Escuchando las horribles historias de ellas dos, me sentí muy asustada por mi primera vez, por eso nunca pasé a la cuarta base. No obstante, todo eso iba a cambiar esa misma noche.
Sin duda alguna, iríamos hasta el final.
Carrie encontró los tacones perfectos para mí, de modo que ya estaba lista para salir. Mi larga cabellera estaba perfectamente rizada, mi maquillaje estaba impecable y me encantaba cómo me hacía sentir ese vestido.
Después que estuve lista, tomamos algunos bocadillos y guardé algunas cosas necesarias en una bolsa de lona. A las 12 pm, cargamos todo en mi auto y empezamos el recorrido. Era un viaje de tres horas hasta Emory, pero queríamos ir primero a almorzar a Lombardi's, mi lugar italiano favorito. Según ese cálculo, deberíamos llegar a Emory justo antes de las 7 de la tarde.
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Atlanta era una ciudad increíble, y Emory era una escuela asombrosa, por lo que planeé que tal vez me postularía allí también, para que Zach y yo pudiéramos estar más cerca que nunca. A la seis y media, llegamos a la zona de la universidad. Llevábamos horas conduciendo, y mi trasero necesitaba descansar de tanto estar sentado.
Hablé con mi novio y me comentó que estaba cenando con su clase de primer año. Evidentemente, yo no le dije que estaba conduciendo hasta allí. Puesto que, sería una sorpresa. Yo solo podía imaginar la expresión de su rostro cuando me viera vestida así aquella noche.
Iba a esperar hasta que Zach terminara de cenar e iría a sorprenderlo en su dormitorio. Teníamos algo de tiempo para matar antes de eso, por lo que Tiff sugirió que deberíamos ir a ese bar llamado Puzzles.
Aquel era un sitio animado, estaba lleno de universitarios que jugaban ping pong, dardos, billar e incluso tenían una máquina de karaoke. Tiff, quien estaba soltera en ese momento, empezó a hablar con un universitario llamado Steve. Carrie, por otro lado, había tomado prestada la identificación de su hermana mayor y se las había arreglado para conseguirnos una ronda de cervezas. La atmósfera que me rodeaba estaba en su punto más alto, por lo que no pude evitar dejarme llevar. Carrie y yo comenzamos a bailar, y para la segunda ronda de cervezas, estábamos cantando karaoke con un grupo de chicas de la hermandad de mujeres.
Dos vasos de cerveza fueron mucho para mí. Entonces, repentinamente, sentí la fuerte necesidad de orinar. Tiff aún estaba hablando con ese chico, y Carrie estaba ocupada hablando con las chicas acerca de la vida en el campus, por eso me dirigí al baño sola.
A decir verdad, yo estaba haciendo todo lo posible por caminar con normalidad, pero el alcohol estaba afectando mis habilidades motoras. Y de la nada, un tipo alto se volteó y me bloqueó el paso. Intenté esquivarlo, pero tropecé y golpeé su pecho con mi cabeza.