Novia del Señor Millonario
Cariño, déjalo y ven conmigo
El regreso de la esposa no deseada
Yo soy tuya y tú eres mío
Tesoro de CEO
La segunda oportunidad en el amor
Mimada por el despiadado jefe clandestino
La venganza de la heredera genio oculta bajo la máscara
Enamorarme de nuevo de mi esposa no deseada
Mi encuentro con un misterioso magnate
Cuando Leena Yang miró su reloj, inmediatamente corrió al camerino. Arrojó su bolso, murmurando para sí misma: "No llegues tarde. ¡No llegues tarde!". ¡Solo quedaban cinco minutos! Arrojó sus zapatillas a una esquina del vestidor antes de abrir el bolso y sacar su lencería y unos tacones altos.
Luego abrió su casillero y sacó su traje. Después de vestirse, ya no parecía más una estudiante universitaria inocente. Ahora se había transformado en una fuerte mujer de negocios lista para conquistar el mundo.
Leena se hizo un moño en el cabello sin dejar ningún mechón suelto. Luego sacó su bloqueador solar y se lo aplicó en la cara. Sin decir palabra, salió del camerino. Mary, que estaba afuera esperándola, se quedó atónita.
"¡Directora Yang, no sabía que fuera tan rápida! Solo te tomó tres minutos cambiarse de ropa".
Mary era una mesera que trabajaba para Leena. Enseguida se apresuró a guardar las otras cosas.
De acuerdo con las reglas de su hotel de cinco estrellas, los camareros debían vestirse adecuadamente. A excepción de los accesorios necesarios, no se podían usar joyas o relojes. Se trataba de una estricta norma que todos debían obedecer.
"Anoche me acosté tarde y por eso hoy me desperté tarde", refunfuñó la mujer, frustrada.
"Pero usted siempre llega a tiempo", dijo Mary mientras parpadeaba sorprendida. Normalmente, Leena nunca llegaba tarde. De hecho, siempre llegaba a tiempo. ¡Tanto así que algunos pensaban que era un robot!
Esta no se molestó en responder y tan solo frunció los labios. De hecho, se acostó tarde porque estaba terminando su tarea, la cual la tuvo ocupada hasta las tres de la mañana sin dormir. Finalmente, fue al hotel a las ocho de la mañana para organizar al personal de limpieza, y estuvo a punto de llegar tarde.
Durante los últimos años, había mantenido su vida de estudiante en secreto para sus compañeros de trabajo.
Leena salió gallarda del camerino, saludando con la cabeza a los meseros que pasaban. Fue entonces cuando apareció Lewis Liu, el gerente general del hotel. Al verla de tan buen humor, le indicó con un gesto que lo acompañara a su oficina. "Prométeme que trabajarás durante este mes solamente. Te presentaré mejores trabajos después".
Leena frunció el ceño. "¿No quiere acaso Simon que trabaje aquí?". Simon era el jefe del hotel.