Otra vez tengo ese sueño de nuevo donde me veo con mi prima, pero ella se tira en un acantilado y cuando quiero impedir eso demasiado tarde.
—Hija, ya falta poco para llegar a la terminal. Te vamos a extrañar mucho.
Me costó mucho convencer a mis padres en este viaje por qué ellos son sobre protectores conmigo. Además, nunca me he ido de tanto tiempo de casa.
Solo es un pequeño receso de mis vacaciones antes de volver a la Universidad, pero presiento que va a hacer más que eso.
Cuando llegamos al terminal de buses, me bajo primero del carro con mis maletas, entonces espero a mi mamá para irnos juntas hacia mi destino.
Mi madre me termina de dar instrucciones, por ejemplo, que no olvide el protector solar, verifique la dirección y tenga el número de la guía.
Ella tiene buenas facciones físicas, es alta, bonita y sobre todo inteligente.
Antes de montarme en el bus, le doy un beso en su mejilla y luego me acomodó en los primeros asientos esperando iniciar pronto esté viaje que vengo planificando desde hace dos años.
A los diez minutos viene un señor mayor pasando la asistencia y luego firme en su lista al darle el número de mi cédula.
Nadie se sienta a mi lado, sino que se terminan de llenar algunos de los otros puestos.
Cuando agarran el bus, me despido de mi mamá por medio de la ventana mientras ella me sonríe deseándome la mejor suerte del mundo con su mirada.
Estoy al lado de la ventana, escuchando en mis oídos canciones de Ariana Grande.
Pero me quedé dormida hasta que me despierta el terramozo exigiendo mi boleto.
Enseguida lo empiezo a buscar en mi cartera, pero entre más lo busco, nose que hacer, el pánico se apodera de mí y finjo que todo está bien.
Busco y busco hasta que de repente viene un chico y entre su sonrisa y palabras le entrega un boleto a él.
Me quedé en silencio apresar de que esté pleno desconocido, se sienta a mi lado.
los pocos minutos no decimos nada, pero él luego se ofrece su mano y me quedo totalmente sorprendida.
—Hola, bonita. Me presento soy Bruno García ¿Y tú?—me pregunta aún con su sonrisa.
—Soy Emma, muchas gracias por ayudarme, nose que hubiera hecho en serio.
Él tiene un buen físico, es musculoso, delgado junto con su piel blanca. Anda vestido con una camina negra, pantalón azul y unos zapatos deportivos.
—No te preocupes, antes de subirte me llamaste la atención por tu cabello pelirrojo ¿Es natural?—me preguntó tocando con unos de sus dedos un mechón de mi cabello—Menos mal, soy un caballero que ayuda a las damas.
—Si es natural. Pensé que fue por qué te había sobrado un boleto—en ese momento que lo mire pude contemplar sus ojos oscuros como la noche.
—Nada que ver, muñeca. Por cierto, aquí tienes mi número de teléfono, siempre estoy en línea—agarro un bolígrafo azul para escribirlo en la palma de mi mano derecha.
—Presiento que pronto nos vamos a hablar, estaré pendiente a tu llamada. Por cierto, tengo que ir a ver a unos amigos, cuídate.
Luego de eso se fue a unos asientos más adelante, pero cuando le perdí la vista me limpié las manos por qué primero puede ser un acosador, además nunca le pidió que hiciera nada por mí.
Supuse en lo estúpido y mujeriego que es este chico, quizás esté sacando conclusiones apresuradas, pero no creo que necesite que lo llame.
La verdad se va a quedar esperando mi llamada por qué jamás va a llegar y si nos volvemos a cruzar ni siquiera le tengo que hablar.
Este viaje es un tiempo para mí, un momento para reflexionar, buscar mi fuerza interior y divertirme con nuevas amistades que voy a hacer en las excursiones hacia el Amazonas.
Durante el resto del camino, continúe escuchando música, incluso el viaje continúo de noche, así que se hizo complicado dormir aparte del enorme frío que golpeó a mi cuerpo. Así le envío un mensaje de texto a mi prima diciendo que me espere temprano en el terminal para que me ayude con las cosas.
De nuevo, en la mañana, veo que al fin llegué a mi destino junto con los demás. Bostezo un poco para ir a buscar mis maletas. Entonces, cuando terminé de acomodar mis cosas, veo a mi prima Ana Karina saludando de lejos.
Me voy acercando lo más rápido que puedo hasta que incluso la recibo con un fuerte abrazo.
—Bienvenida, Emm. Cuando llegues a la casa vamos a prepararte pastichos con la única condición que seas nuestra invitada de honor y disfrutes todo lo que mereces.
Ella tiene un peinado sencillo en su pelo corto, es delgada y anda con un suéter rosado pequeño junto con unas sandalias y un short corto.
Ana es mi mejor amiga desde niñas, tenemos gustos similares.
Digamos que es ella es más loca y extrovertida, si es verdad que estamos separados por la distancia, pero eso no impide nada.
Nos mantenemos comunicadas por medio de mensajes y llamadas todos los días apresar de las discusiones que tenemos, pero al rato nos perdonamos. Ella es una de las pocas personas con quién puedo contar en las situaciones más difíciles.
—No te preocupes, vámonos.
Nos fuimos de ahí para buscar otro autobús más cercano y cuando nos subimos nos pusimos al día de todo.
Ella me contó que espera inscribirse en la Universidad porque hace poco pudo terminar el bachiller.
También me contó que se mudó un nuevo vecino, algo misterioso al frente de su casa.
Ya cuando al fin vamos a la ciudad veo que ha cambiado en muchas cosas.