-Aterrice muy temprano en Arabia saudita porque hoy es el día de mi matrimonio, es absurdo que me case con una mujer que no conozco, pero este es el precio del ser, el jeque. Mi matrimonio fue arreglado desde mi nacimiento, por esa razón dejé los negocios a un lado, ya que hoy firmaremos el nikah, (el acuerdo matrimonial, ese es el matrimonio) y en dos días será la boda religiosa, quería conocer a mi esposa hoy, pero su familia no acepto así que vendrá su padre y hermano.
Eso quiere decir que no podre verla hasta la boda religiosa, llegue al castillo y mi familia me recibe con los brazos abiertos como siempre, me acercó a mi madre y la abrazo.
-abn (hijo) ¿cómo estás? ¿Qué tal tu viaje?
-al'umu (madre) bien, bese su frente como siempre lo hago al verla y es que ella es lo más sagrado en mi vida, mi madre me reprendió por haber llegado justo el día de mi matrimonio, pero me excuse con el trabajo, mientras sacaba los obsequios que le había traído. Mi madre me llenaba de información innecesaria sobre mi futura esposa. Ella sabía que yo estaba renuente a aceptar mi futuro, por esa razón trataba de convencerme de que Amira Al Bekir era la mejor opción para esposa que podría encontrar en Arabia saudita. Aunque se notaba, ella estaba algo insegura de esa unión porque somos musulmanes, pero nos han educado de manera flexible por los continuos viajes que realizamos, eso quiere decir que somos un poco liberales con las costumbres, pero la familia de Amira es muy tradicional. Tanto así que no permitieron noviazgo, ni presentaciones previas a la boda, otro tema es que ella se cubre de pies a cabeza y yo estoy acostumbrado a ver a las mujeres con el rostro descubierto en Dubai, no sé si nuestras vidas podían compaginar. Aunque no hay nada que yo pueda hacer, soy el primogénito, tengo que asumir mi responsabilidad como jeque y una de esas es contraer matrimonio para tener descendencia pronto. Ya que he dejado pasar algo de tiempo, tengo 25 años y Amira 20, en nuestra cultura las mujeres se casan a temprana edad y ella está comenzando a ser señalada, esa fue la razón por la que adelantaron los acontecimientos.
-Amira estaba en su casa emocionada, ¡por fin había llegado el día de su matrimonio! Estaba cansada de ser el centro de los comentarios malintencionados de toda su familia y allegados, muchos afirmaban que la familia del jeque se había arrepentido de la unión porque habian pospuesto el matrimonio tres años consecutivos. Pero su Baba le había dicho que se debía a los negocios de su futuro esposo, ella sabía que Hassan era un hombre ocupado que vivía viajando por ser un jeque. Estaba muy nerviosa porque toda su vida había sido preparada para ser la esposa perfecta del jeque y quería cumplir con las expectativas para que su familia se sintiera orgullosa. También deseaba un matrimonio armonioso, lleno de amor e hijos, le pedía a allāh todos los días que la bendijera la noche de bodas con un embarazo. Mi madre no para de repetirme mis deberes, debo ser obediente y comprensiva, siempre velar por el bienestar de mi esposo y darle tantos hijos como sea posible, ya que de eso depende nuestra unión. A mí me hubiera gustado asistir al matrimonio para poner algunas condiciones y conocer a mi esposo, pero mi padre dice que los negocios no son para las mujeres, él se encargara de conseguir un acuerdo beneficioso para mí y eso es lo único que yo debo saber.