Ese príncipe es una chica: La compañera esclava cautiva del malvado rey
Mi esposo millonario: Felices para siempre
El arrepentimiento de mi exesposo
Novia del Señor Millonario
No me dejes, mi pareja
Destinada a mi gran cuñado
Regreso de la heredera mafiosa: Es más de lo que crees
Diamante disfrazado: Ahora mírame brillar
Renacida: me casé con el enemigo de mi ex-marido
Extraño, cásate con mi mamá
Mamá estacionó en la entrada principal de la escuela, que se encontraba abarrotada de jóvenes por doquier.
Solté un bufido de fastidio.
Levantarme temprano era una tortura para mi, no entendía porqué no nos dejaban dormir unas horas más y así estar más concentrados en clases. Que por cierto eran muy aburridas, excepto literatura.
Los libros eran mi perdición, siempre han sido mi pasatiempo favorito. Perderme en la biblioteca y estar ajena a todo es lo mejor.
Bajé del auto y me despedí de mamá, caminé por los pasillos esquivando a los estudiantes que murmuraban sobre la gran fiesta que haría Harper Owens, la capitana del equipo de porristas y por supuesto popular de la preparatoria Townsend Harris High School.
No presté la menor atención a lo que estaban diciendo, e ignoré a todos y caminé hasta mi casillero.
—Claire dice que llegará un poco tarde y que mañana iremos por unas hamburguesas —habló Matthew, mi mejor amigo, en cuanto cerré el casillero. —¿Te apuntas?
—Seguro —dije, guardé los libros en la mochila. —El profesor Declan dijo que haría un examen sorpresa esta semana. Espero que no sea hoy, porque no estudié nada de nada.
El timbre sonó, dí un respingo por el sonido tan escandaloso.
—¡Rayos! —exclamó.— También olvidé estudiar —dijo y avanzó caminando hacia los pasillos.
—Estamos perdidos —murmuré derrotada, le seguí detrás.
Matthew se detuvo a saludar a varios chicos populares. Hice una mueca al ver como uno de ellos me guiñó un ojo, y desapareció por los pasillos.
Fruncí el ceño preguntándome que había sido eso. Negué con la cabeza, seguí caminando hacia mi primera clase al igual que lo hacía el resto de los estudiantes.
Me impresioné cuando escuché como los cerebritos de mi clase hablaban de álgebra analítica como si era la cosa más fácil y entretenida del mundo.
Me senté en mi puesto y apoyé la cabeza en mis brazos, descansé unos segundos, antes que el profesor Declan llegara.
—Buenos días jóvenes —saludó entrando al aula. —Hoy haremos un repaso para que después no digan que no les di tiempo de estudiar.
La clase suspiró aliviada, pero se oyó las quejas de los inteligentes que no estuvieron de acuerdo puesto que ellos sí habían estudiado. Más no se atrevieron a decir palabra alguna.
Fue gracioso verlos enojados por algo así, casi nunca solía ocurrir.
Saqué los cuadernos de la mochila y presté atención a la clase mientras el resto finge interés, se me hizo difícil entender la tan tediosa explicación de la materia.
Observé desde mi lugar a algunos de mis compañeros que simularon tomar apuntes, otros mordían sus lápices y otros simplemente se durmieron demostrando desinterés a la clase.
Giré la cabeza sobre mi hombro, ví a Matt muy concentrado que escribía en su cuaderno.
Decidí hacer lo mismo y comencé a escribir.
***
Solté un suspiro aliviada, observé la hoja del examen corroborando que había una nota decente en la hoja.
Salí del aula en dirección a la cafetería, al igual que el resto de los estudiantes. Matt caminaba a mi lado mientras me decía de que su hermano regresaría en la semana.