LEAH:
—Mamá, llevate a Roxanne por favor —le di la maleta— llegaré a casa en un momento, necesito solucionar esto y ella no debe estar presente.
—Claro cariño —acarició mi brazo, mientras me miraba con pena— tómalo con calma.
—Lo haré, lo prometo.
Me agaché a la altura de Roxanne, ella sostenía ese peluche con fuerza.
—Te iras con la abuela Roxanne ¿está bien? —ella asintió—, portate bien y haces caso a lo que ella diga.
—Si mami —deje un beso en su frente y les abrí la puerta, mi hermana estaba terminando de subir mis maletas al auto, luego ellas subieron y se marcharon.
Cerré la puerta con fuerza queriendo romper los vidrios de la misma, estaba tan molesta y dolida con todo esto que estaba pasando con Zack.
Subí a nues.. A la habitación y me quedé de pie en el umbral, no pude evitar sollozar con fuerza al recordar todos los años de matrimonio, todas las promesas de un "Juntos para siempre", todo eso se fue a la basura.
Me limpie las lágrimas al escuchar la puerta ser abierta y cerrada, era el.
Bajé hasta la sala y ahí estaba Zack, quitándose el maldito saco, ni siquiera se atrevía a mirarme a los ojos. Es un cobarde.
—Feliz aniversario número diez querido —tomé el florero y lo lance al suelo haciéndolo pedazos.
—Leah, cálmate.