Ese príncipe es una chica: La compañera esclava cautiva del malvado rey
Destinada a mi gran cuñado
Ella se llevó la casa, el auto y mi corazón
Enamorarme de nuevo de mi esposa no deseada
Novia del Señor Millonario
Una esposa para mi hermano
Demasiado tarde para arrepentirse: La heredera genio brilla
Mi esposo millonario: Felices para siempre
Antes ignorada, ahora inolvidable
Resurgiendo de Las Cenizas: La Heredera a Quien Intentaron Correr
Sara Stewart
__ ¡¿Como pudiste hacerme esto?! - mis palabras salieron en un grito que agrietó mi garganta al ver la imagen que tenía frente a mí. Los dos se giraron a la vez al oír mi llegada.
Byron estaba con mi vecina sobre sus piernas, ambos sin ropa y en mi propia cama. El asco que sentí fue atroz. Todo me dió vueltas por la rabia y el desprecio.
__ ¡Déjame explicarlo! - se apresuró a levantarse, subiendo el pantalón y juntando su camisa para alcanzarme.
Aún tenía en la cabeza la corona que Byron, unas horas antes había colocado para festejar mi titulación. Con enojo la quité y se la lancé a los pies. A toda prisa, atropellé a varios en mi camino, hasta que alcancé la salida.
__ Sara, hija no hagas dramas. Es una fiesta con los socios de tu padre. Su padre está cerrando un trato con él. - mi mamá trató de detenerme.
__ ¿Que no haga dramas? ¡Me engañó, mamá! ¿Que te ocurre? - me enfadé
__ Baja la voz. - apretó los dientes.
La desconocí totalmente.
__ Necesito irme de aquí. - me faltó el aire.
__ Solo sonríe y haz como que nada sucedió.
__ Señora Eva, ella necesita...
__ Keyla no te metas. - la interrumpió mi madre.
__ Sara, déjame hablar. Solo fue una vez. Solo fue esta vez ¡lo juro! - Byron tomó mi brazo y de forma abrupta me solté para no vomitar, pues solo recordar que estaba tocando a otra me hizo sentir repugnancia hacia él. - ¡Sara, por favor!
__ ¡Por favor, un carajo! - solté el puño que le volteó la cara deteniendo sus intenciones de volverme a tocar. - ¡Eso y más te mereces!
__ ¿Sara, que hiciste? - me dolió más que mi madre lo apoyara a él y no a mí. Me estaba dando la espalda por conveniencia económica.
__ Yo arreglo esto. - alegó Byron levantándose con su ayuda. - Sara, no te conviene hacer esto...
Su impulso fue detenido por mi amiga, quien se puso al frente para darme espacio. Caminé hacia la salida, con los ojos de todos sobre mí.
__ Quítate Keyla.
__ No, no le harás más daño. - se metió indicando que entrara al vehículo junto a ella.
__ Sara, cariño podemos hablar. - suplicó de pie, frente al vehículo que no se detuvo cuando emprendió su marcha. Sus gritos se oyeron al quedarse en el suelo, implorando que lo perdonara.
Pero no pensé en detenerme jamás, no quería estar en la misma casa que él, ni siquiera en la misma ciudad, por ello junto a Keyla, esa tarde decidimos viajar hacia Manhattan, ese era nuestro nuevo destino al cual llegamos cayendo la noche.
Lo último que deseé fue pensar en lo sucedido, ninguna llamada de mis padres, el único que insistió fue Byron, pero ellos dos o mi hermana jamás lo hicieron, por eso acepté la invitación de unos primos de Keyla en esa ciudad diciendo sobre un club nuevo que daba entradas gratis a todo el mundo, solo por ser la inauguración. Así que en lugar de quitarme el vestido de fiesta con el que llegué, tomé la opción de que valiera la pena haber pagado por él.
Entrando al sitio, entendí que no era la única queriendo olvidar su vida, ya que en su mayoría, todos llevaban máscaras, hablando con unos y otros a la vez.
__ La tuya. - me dijo Keyla colocando el antifaz con plumas a un lado que me hizo reír.