-¡Thiago, Thiago, cariño es momento de levantarse! .
Abrí un poco mis ojos,Aria abría las cortinas de mi cuarto sin algún tipo de piedad por la intensa luz que entraba.
-¡Dios! Cierra las cortinas porfavor.
-Oh no claro que no, es tu último día en la universidad debes de ir.
Puse mi mano encima de mis ojos tratando de tapar esa molesta luz.
-Que importa que sea el último día. No iré.
-Claro que si.
Senti como tomo la cobija en mis pies y la jalo tirándola al piso.
-¡Arriba, ya!
Hize una mueca y quite mi brazo de mi cara, escuche la puerta cerrarse por fin se había ido, me levanté y fui directo al baño a ducharme.
Nunca me han gustado los últimos días de escuela, las personas se ponen sentimentales, lo amigos hacen planes para volver a verse aunque saben que eso no pasará, los hipócritas te dicen que te quieren y que te volverán a ver aunque eso tampoco pase.
Yo por mi parte solo tengo a mi mejor amiga Vanesa hemos estado juntos desde que íbamos a la primaria , ella es como mi hermana.
Termine de bañarme, me puse la ropa más cómoda que encontre, calzoncillos flojos, un pans gris, tenis negros, una camisa negra y quede listo.
Baje a la cocina, tome un vaso de agua y agarre una manzana qué estaba en el frutero de mi mamá.
-¿Ya vas a decirme por fin cuando es la graduación?..
Me detuve en seco al escuchar a mi papá hablar, pare el masticar de mi manzana para poder hablar.
-Pues es el Jueves, y apenas es Martes papá.
Seguí masticando mi manzana, el no despegaba la vista del periódico.
-Espero que te hayan otorgado el puesto de capitán en el equipo de fútbol, que aunque hayas salido de la universidad aun tienes que estar en el equipo.
-Si papá ya lose, seré un abogado futbolista.
Le sonreí irónicamente para después seguir comiendo mi manzana.
Agarre mi mochila y salí de casa, el clima estaba bastante frío, como me gustaba.
Llegue a la parada del autobús, las personas me ponían incomodo así que me puse mis auriculares para disfrutar un poco de música era mi manera de escapar del mundo un momento.
Subí al autobús, tome asiento rápidamente y me recargue en la ventana, amaba tanto esta cancion me recordaba cosas hermosas, incluso también personas, personas que por desgracia tuve que dejar de amar.
A mi lado se sento un chico, se me hizo atractivo a primera vista, usaba lentes negros grandes, era blanco, su cabello era lacio color café, labios rosados y ojos verdes, tan verdes como las aceitunas.
De un momento a otro me miró y yo desvíe la vista, no era normal que un chico viera a otro, podía resultar un poco incomodo.
Se bajó una estación antes que yo dejando a su paso un intenso olor a perfume que alborotaba mi nariz.
Con voz temerosa hable, quitándome el auricular.
-¡Bajo en la que sigue porfavor!
Senti un vacío en el estómago al notar que toda la gente me miraba, a lo que me puse aún más nervioso.
El autobús por fin se detuvo, bajé lo más rápido que pude, sintiendo al instante un poco de alivio.
Me gustaba el camino a la universidad, tenía que pasar por un pasillo lleno de árboles de cerezo, qué dejaban caer sus hojas rosadas al suelo de piedra.
Llegue a la universidad apresurado al ver que estaba diez minutos retrasado.
-¿Otra vez llegando tarde joven Miller?
Me detuvo en la puerta el director de la escuela, pude respirar un momento después de correr tanto.
-El autobús se demoró más.
El director de la escuela era muy temido y respetado por todos los alumnos y maestros.
Cuando te corregía siempre se inclinaba más hacia ti, haciendo una ceja más arriba que la otra, esa acción por alguna razón se me hacia graciosa.
-Te la pasaré, es el último día ¿No?.
Entré a la escuela, llegue a mi casillero y metí mi mochila.