Novia del Señor Millonario
Ese príncipe es una chica: La compañera esclava cautiva del malvado rey
Mi esposo millonario: Felices para siempre
El arrepentimiento de mi exesposo
Extraño, cásate con mi mamá
El dulce premio del caudillo
Los Mellizos del CEO
El réquiem de un corazón roto
Yo soy tuya y tú eres mío
El gran regreso de la heredera despechada
"¿Acaso pretendes seducirme?", preguntó el hombre con un tono frío y cargado de ira.
Inmovilizada contra la cama, Gracie Jones se estiró audazmente y sus dedos comenzaron a trazar un camino desde su abdomen hacia arriba.
Pudo sentir claramente cómo los músculos del hombre se tensaban ante su toque.
Ella se detuvo cuando llegó a sus labios, posando allí uno de sus dedos, resaltado gracias al esmalte de uñas de color rojo vino.
"Sí, ¿te agrada la idea, Waylon?".
El hombre que sujetaba a Gracie era Waylon Hughes, el tío de su exmarido.
Con una media sonrisa, él observó la expresión intrépida pero serena de la chica que se encontraba debajo. "¿No te preocupa que mi sobrino pueda enterarse de esto?".
"Él ya es mi exmarido", declaró Gracie con una sonrisa sutil.
Este día marcó el final oficial de su matrimonio con Lorenzo Hughes.
El rostro de Waylon se tornó severo ante sus palabras. Soltándola del cuello, dijo bruscamente: "No me interesas. Vete de aquí".
La chica envolvió rápidamente sus brazos alrededor de su cuello y le susurró al oído: "El interés no solo se expresa con palabras. Son más importantes las acciones".
El cálido aliento de Gracie contra el cuello del hombre hizo que se le subiera el rubor a las orejas.
Él tragó saliva con fuerza mientras la mano de la chica continuaba explorando su abdomen. "Puede que me estés rechazando, pero tu cuerpo parece decir otra cosa".
El calor inundó la parte inferior del abdomen de Waylon; una sensación de hormigueo se extendió desde el lugar que Gracie estaba tocando.
El hombre nunca antes había experimentado algo como esto.
De repente, Waylon agarró su mano errante y dijo con un tono firme: "Tendrás que pagar el precio por acercarte a mí".
Dejándose llevar por sus deseos más bajos, presionó sus labios contra los de ella, con su dulce aroma floral envolviéndolos.