Ese príncipe es una chica: La compañera esclava cautiva del malvado rey
Destinada a mi gran cuñado
Enamorarme de nuevo de mi esposa no deseada
Demasiado tarde para arrepentirse: La heredera genio brilla
Novia del Señor Millonario
Ella se llevó la casa, el auto y mi corazón
Una esposa para mi hermano
Mi esposo millonario: Felices para siempre
La heredera fantasma: renacer en la sombra
No me dejes, mi pareja
En esa mesa estaban esos dos hombres, uno lleno de codicia y sediento de poder, y el otro con ganas de comerse al mundo, buscando en cada rincón lo que ha perdido, algo valioso que ha estado buscando durante mucho tiempo que, por cosas del destino, el cual estaba en su contra, perdió.
—Usted tiene algo que es mío, señor Jones —empezó Callum, con una mirada penetrante e indiferente —y yo tengo algo que usted necesita.
—Hmm —Enzo frotó su barbilla con una mirada de sumo interés —¿Puedo saber qué es lo que tengo yo que le pertenece?.
—Primero dígame si en verdad desea firmar el contrato con nuestra empresa —demandó, uniendo ambas manos en una sola sobre la mesa.
—Sabe cual es mi respuesta, señor Winston —Enzo sonrió con arrogancia —si tengo algo que usted desea, y puedo dárselo, haremos un buen acuerdo. Ambos nos beneficiamos.
—Veo que es usted un hombre de negocios, interesante...—Callum lo miró con neutralidad.
—¿Y bien? Dígame qué es lo que desea de este humilde hombre.
—Seré claro. La razón por la que me interesé en su empresa, es porque usted tiene lo que yo necesito, nada más por eso, ¿Está dispuesto a darme lo que quiero a cambio de ese importante y beneficioso contrato, aunque lo que le pida sea parte de su familia?.
Enzo pensó por un momento, él es solo dueño de una mini empresa de cosméticos, no tendría nada de valor para ofrecerle al hombre más destacado en el mundo de la moda, Callum Winston. Cualquiera que escuche su nombre, sabe que es el CEO de la empresa Styles Golden, una de de las compañías más importantes de la ciudad de Nueva York, y nombrado como el rey de la moda.
Pero...la duda es, ¿Que es lo que no ha podido obtener ese poderoso hombre y que busca con tanto desespero? Además, ¿Puede Enzo Jones, un cordero delante de un león, tener ese "algo" que busca Callum?.
Por la firmeza de Callum, y la seguridad que tiene en sus palabras, se puede decir que, Enzo si tiene lo que él busca, y está dispuesto a hacer todo lo que esté en sus manos para recuperarlo. Además, esta es la oportunidad de oro para un hombre codicioso como Enzo.
—Estoy dispuesto, señor Winston, no hay nada que pensar —afirmó Enzo, con mucha firmeza y seguridad.
Esta oportunidad de oro no la podía desperdiciar, su pequeña empresa crecería mucho más si cerraba ese contrato con los Winston.
—Bien, entonces.
Callum, con una seña, hizo que su asistente se acercara a la mesa con un portafolio.
—Quiero a una de sus hijas...
* * *
Elizabeth estaba en ese oscuro lugar resistiendo el dolor de su cuerpo, y el tenaz frío que congelaba sus huesos. Sus labios estaban pálidos, su cuerpo delgado, el cabello hecho jirones, y lo que llevaba puesto era un vestido viejo y roto que no la podía proteger del frío desgarrador.
Pero ya estaba acostumbrada, solo era un día más de tantos de los que le falta, tal vez toda su vida estará encarcelada en ese frío agujero.
Sin embargo, a lo que ella no estaba acoplada todavía, era al dolor de su corazón, viendo como el hombre del que se enamoró con solo verlo de vez en cuando a escondidas, se besa con su hermana.
Si, Elizabeth Jones, quién ha llevado una vida miserable por muchos años, se enamoró de un hombre que ni siquiera sería capaz de mirarla por sobre su hermana, que es mucho más bella, y seductora, en comparación con un simple chica, hija de una criada rompe hogares.
—No me digas, ¿Estás llorando? —la voz chillona de Lorna, hizo que Elizabeth se asustara—nos viste, ¿No es así?.
Elizabeth guardó silencio, y lentamente secó sus lágrimas para no verse más patética de lo que ya se siente.
—...¿No piensas decir nada, mugrosa?.
Nuevamente Elizabeth guardó silencio.
Como hija de una criada, la tratan como criada, así que cuando estaba haciendo sus labores, se dio cuenta de que Axel, un doctor muy importante amigo de la familia, había llegado a la mansión Jones, se escondió para verlo de cerca, ya que es de la persona de la cual se enamoró.
Sin embargo, no se esperó que Lorna estuviera con él en el jardín, besándose, ahí fue cuando su corazón se terminó de hacer añicos. Aunque ella tenía claro que Axel iba a la mansión por Lorna, tenía tan si quiera un poco de esperanzas en su corazón que tal vez en algún momento él pudiera notarla. Pero esa esperanza se desvaneció al ver esa escena.