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Entre las hojas

Entre las hojas

Deivi Roy

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Capítulo

A veces los peores secretos están ocultos en uno mismo y pueden ser tan devastadores que sería mejor no sacarlos a la luz. Álex se verá inmerso en un mar de dudas e interrogantes, que harán que su mundo cambie por completo y cuando las cosas empiezen a ponerse turbias y raras, las verdades deberán salir a la luz, su pasado atormentará poco a poco su presente. El amor tocará su vida y dará un giro al panorama. ¿Podrá ser felíz o sus misterios lo arrastraran? ¿Será más fuerte el amor o el destino?

Capítulo 1 El comienzo

13 de mayo 2025

Selva Amazónica 12:44 am

En una parte de la selva se encontraba alistado un campamento improvisado, en el campamento había 2 carpas, una fogata, muchas cosas y objetos tanto de excursión como científicos. A la izquierda de la fogata , estaba en una silla un joven con un telescopio admirando el firmamento

De unas de las carpas sale otro sujeto con 2 tazas de café en sus manos , su nombre era Roberts Linares, era un hombre como de veintitantos , castaño, piel clara, de buena estatura y parecía que iba seguido al gimnasio. Al salir habló

—¿Hasta cuándo estaremos aquí? Ya llevamos 4 días en este lugar— le entrega una taza a su amigo de la silla y continúa— Mira Jaire (suspiro pesadamente) tenemos tiempo aquí y no hemos encontrado nada aún, además extraño a mis hijos y te lo juro que si paso otra noche aquí voy a terminar por ser comida de mosquitos— se ríe por lo bajo.

—Ya lo sé Roberts, también pienso lo mismo— dijo Jaire dejando de observar por el telescopio y tomando un sorbo de su negro y tibio café— Solo que me decepciona de no haber encontrado nada, hicimos este viaje desde Río de Janeiro, para nada— suspira y vuelve a tomar un largo sorbo de su café.

—No te deprimas amigo ¡Anímate! Por lo menos puedes presumir que visitaste la gran Amazonía, en su interior, no es algo que todo el mundo pueda decir o hacer — dijo Roberts en un intento de subirle el ánimo a Jaire— Mira, podemos partir mañana y luego yo iré a Ciudad Bolívar a pasar tiempo con mi familia y mis hijos, luego volveré a Río dentro de 2 semanas y te ayudaré en lo que pueda, hombre.

Jaire se sintió un poco mejor con las palabras de su amigo , quiso agradecerle, pero las palabras quedaron a medias cuando sus ojos notaron algo detrás de Roberts, algo en el cielo que lo dejó atónito y boquiabierto.

—¡Mi,mi,mira eso Roberts!— dijo señalando al cielo detrás de su amigo— ¡¿Qué es eso?!

Roberts volteó incrédulo y al ver la gran luz que se aproximaba rápidamente , dejo caer su taza, está cayó al suelo rompiéndose en miles de trozos.

—¡¿Qué mierda?! ¿Eso es un cometa?— fue lo único que sus nervios dejaron que saliera de su boca.

—No, parece un asteroide y se dirige justo hacia aquí, ¡maldición!— dijo Jaire casi gritando.

La luz se aproximaba a toda velocidad, se escuchaba el estruendo de la naturaleza , casi se podía decir que la selva temblaba de pánico, al pasar aquello por encima de ellos, tuvieron que cerrar los ojos por que su luz era tal ,que era como ver al propio sol de frente, la luz los rebasó y ellos aún trataban de recuperar la vista cuando escucharon el impacto. Al recuperar la visión se vieron a la cara felices de seguir con vida, se miraron a los ojos y sin decir una palabra salieron disparados en dirección al lugar donde se había estrellado aquello.

•••••••••••••••••••••••••••••••••••••

Al llegar al sitio de impacto quedaron impactados, en realidad confundidos, no había nada, nada. Sabían que era ahí por que había un rastro de plantas chamuscadas, pero todo fuera de eso parecía normal; no había fuego, ni cráter, ni rastros alguno del dichoso asteroide.

El bosque seguía su curso normal en la penumbra de la oscuridad que dificultaba la vista ,por que desde el suelo ni la luz de la luna se filtraba para iluminar el terreno de batalla de las bestias nocturnas; gracias a dios ellos llevaban linternas siempre sujetas en las hebilleras de sus pantalones.

Iluminaron el lugar en busca del asteroide pero era inútil, era como si se fuese esfumado o desintegrado en el impacto ,se vieron a los ojos mutuamente y no era necesario hablar para entender lo que pasaba por sus mentes.

Sus mentes estaban inmersas en un mar de preguntas, ¿Qué había sido aquello? ¿Dónde demonios se encontraba el asteroide?¿Y por qué todo parecía tan calmo, como si nada hubiese sucedido?¿Lo habrían alucinado?

No, ni lo habían alucinado y menos ambos al mismo tiempo, aquello había sido tan real como el miedo que se plasmó en sus ojos al verlo. Pero había algo que si era cierto, era que conseguirlo era como buscar un aguja en un pajar. En la inmensidad de la jungla era casi imposible buscar un trozo de piedra espacial y menos con la penumbra acechando todo a su paso.

La oscuridad era la reina del lugar y no flaquearia en sumergir en sus tinieblas a los pobres hombres desprevenidos, el bosque estaba inundando de miles sonidos que solo daban al cerebro múltiples escenas de terror y pánico.

Nadie le gustaría estar en la posición de ellos justo ahora.

De pronto algo los saco de sus pensamientos y volvieron a la realidad, un ruido entre la hierba cerca de un árbol sin vida, fue ahí cuando entraron en cuenta que se encontraban en medio de la jungla a plena madrugada sin protección y al libre acecho de los depredadores nocturnos que se escondían en las sombras. Un escalofrío recorrió el cuerpo de ambos y se acercaron lentamente a la maleza con las linternas en sus manos temblorosas; pero siempre atentos por si alguna bestia saltaba para hacerlos su cena .

Cuando estuvieron cerca del árbol iluminaron el suelo y lo que vieron los dejo aún más sorprendidos a ambos, ahora sí sus cabezas se llenaba de interrogantes que necesitaban ser aclaradas.

Roberts y Jaire se encontraban en medio de la jungla a plena noche y acababan de descubrir algo que los desconcertó. Entre la maleza debajo del árbol sin vida reposaba un niño que ellos calculaban que tenía como 4 o 5 años, era un niño de piel tan clara como la nieve como si nunca el sol hubiese osado tocar su delicada piel, tenía el cabello castaño claro, estaba todo sucio y desnudo lo único que cubría sus partes íntimas era una especie de guayuco hecho de hojas.

Ambos se miraron con cara de ¿Qué mierda? Y Jaire decidió romper el silencio.

—¿Estas viendo lo mismo que yo? ¿CIERTO?—dijo Jaire con ciertas dudas sí lo que veían sus ojos era cierto.

—Si, sí lo que ves es un niñito durmiendo en pleno bosque, desnudo y en peligro de ser la botana de un puma o una pantera— dijo Roberts en un tono algo burlón.

Jaire rodeo los ojos, ante el comentario de su amigo y decidió acercarse con cautela al niño, camino unos pasos pero sus pies pisaron una rama haciendo ruido y el niño se levantó bruscamente como quien despierta de una horrible pesadilla. Observó a los dos hombres como analizándolos como si nunca hubiese visto a un humano; los veía con sus pequeños y hermosos ojos verdes, eran tan bellos que parecían 2 esmeraldas incrustadas en su cristalino , poseían un brillo inigualable tanto que si los mirabas fijamente sentías que te hipnotizaban.

Roberts se quedo embelesado mirando sus ojos por un momento pero luego reaccionó y decidió preguntarle algo al chiquillo

—¿Niño ,Quién eres? Y ¿Qué haces aquí solo?— lo dijo en un tono más fuerte de lo que quería.

La pregunta de Roberts saco de su trance a Jaire que también estaba admirando los ojos del niño y se dio vuelta para ver a su amigo y darle una cara de ¿Qué te pasa? Se giró de nuevo y vio al niño y le pregunto.

—Hijo, ¿Qué estas haciendo en un lugar como este? ¿Y tus padres?— dijo en un tono amigable y dulce.

El niño no respondió a ninguna de las preguntas de los jóvenes, solo se les quedaba viendo incrédulo como perdido en otro planeta.

—Tal vez ,no hable español puede ser un niño de algunas de las tribus indígenas del lugar, que se perdió— dijo Roberts ante el silencio del niño.

—Podría ser, a no ser por algo— dijo Jaire mirando de arriba a bajo al niño que se había puesto de pie —los indígenas no son tan blancos y no tienen los ojos de color verde y si fuese ese el caso ya su tribu estaría buscándolo en toda la selva, ¿No crees?

—Pero siii….— dijo Roberts antes de ser interrumpido por el niño que habló en un tono seco y lleno de indiferencia, que helaba la piel, a cualquiera le sorprendería que un pequeño pudiera transmitir tanta frialdad en tan pocas palabras.

—Soy Alex y si hablo español y , No, no soy un indígena— dijo el chiquillo mirando a los hombres y luego viendo sus manos y sus pies de forma peculiar.

Los hombres lo miraron atónitos por su forma tan clara, directa e indiferente forma de hablar. Luego se miraron a la cara ambos y uno se atrevió a indagar.

—Y entonces ¿De dónde eres?— dijo Roberts esperando con ansias la respuesta del niño.

El chico los vio , luego miro hacia arriba y puso cara de desconcierto por no poder ver el cielo por la frondosidad de los árboles y luego los volvió a mirar.

—Soy de ar…—pensó y luego dudó sí decirlo— Mmmm no sé, no me acuerdo.

Los jóvenes se miraron preocupados y pensaron en que hacer, no podían solo irse y dejarlo ahí solo, en medio de la selva.

—Y si nos lo llevamos — dijo Jaire a su amigo— y mañana pasamos por algunas de las tribus cercanas haber si es hijo de alguno de ellos.

Roberts asintió con la cabeza y miró con algo de compasión al niño por que de alguna manera le recordaba a sus hijos.

—Ven chiquillo te vienes con nosotros y luego buscaremos a tus padres —dijo Roberts al niño.

Luego hizo un intento de cargarlo pero el niño negó con la cabeza y caminó hacia ellos ,les pasó a un lado y caminó solo al frente ,como si conociera el camino solo al campamento y no le tuviera miedo a las criaturas que acechaban en la oscuridad de la Amazonía.

El trayecto hacia el campamento fue silencioso y algo incómodo, los jóvenes no sabían como el silencio de un pequeñuelo intimidara tanto.

Al llegar al campamento el niño no dijo ni una palabra , solo pregunto donde dormiría y yendo al sitio indicado se recostó y se echó a dormir, cerrando sus párpados y privando al mundo del dulce brillo de sus ojos.

•••••••••••••••••••••••••••••••••••

Al día siguiente ambos jóvenes se levantaron a las 6 am y descubrieron que el niño ya estaba despierto, pero no se molestaron en preguntar nada, prepararon el desayuno y comieron, el niño en un principio dudó si comer o no, pero terminó por hacerle caso a su estómago que rugía de hambre y devoró todo. Luego los jóvenes recogieron el campamento y partieron los 3 a la aldea indígena más cercana.

Después de recorrer 5 aldeas y nada, llegaron a la aldea Pemón. Al llegar preguntaron cordialmente por el shaman o jefe de la tribu. Al aparecer el shaman los vio con incertidumbre y luego pronunció una palabras en su idioma natal. Gracias a dios en la aldea contaban con un traductor que les explicaría aquel palabrerío que para ellos no tenía sentido alguno.

—El shaman dice que Bienvenidos a nuestra humilde aldea y ¿Qué se les ofrece?— habló el joven traductor.

—Queremos saber si este pequeño no es hijo de alguna de las familias de su tribu— dijo Jaire explicando el motivo de su visita— lo encontramos sólo en medio de la selva y dice que no sé acuerda, de sus padres ni de donde viene.

Álex estaba detrás de ellos, vestido con una camisa de Roberts que le quedaba como bata, pero era mejor eso que nada; salió y se dejó ver por el shaman, este al ver los profundos ojos verdes del niño también se perdió en ese brillo tan peculiar. Y luego volvió a hablar y notaba en medio de sus trabalenguas sin sentido que estaba algo alterado.

—No, ese niño no pertenece a ninguna de nuestras familias, ni a ninguna tribu de la madre selva Amazónica — dijo el traductor explicando el ajetreo del shaman.

Los jóvenes se vieron mutuamente , pensando en la reacción del shaman ante el pequeño, luego vieron al niño y este tenia una expresión de indiferencia como siempre . El shaman le dijo algo a otro sujeto que estaba con ellos, que parecía ser su ayudante, pero eso no debía traducirlo el otro chico.

—¿Por qué le intriga tanto mis ojos?¿y por qué le pregunta a Waryo sobre si es bueno que nos quedemos esta noche? ¿No es usted acaso el jefe?, no necesita permiso de nadie— dijo el niño Alex en un tono seco pero firme.

Los jóvenes lo vieron de tal forma, que sus ojos parecían que se saldrían de su cabeza, no les sorprendía la actitud del niño, por que ya sabían su forma de expresarse tan inusual para su edad, lo que los dejo boquiabierto fue que el niño pudo entender aquel palabrerío sin sentido aparente.

—¿Entendiste lo que dijo el shaman?¿Pero cómo?—pregunto incrédulo Jaire al niño.

—Si, mierda ¿cómo sabes ese dialecto?, no que no te acordabas de nada— dijo Roberts intentando procesar lo ocurrido.

El chico solo se encogió de brazos y no respondió a sus interrogantes y por su parte el shaman no pareció sorprendido por la actitud de Álex. Y volvió a decir en su lengua unas palabras para que el traductor las interpretara.

—Descuida, se podrán quedar aquí esta noche, ya que esta oscureciendo— dijo el traductor interpretando lo dicho por el shaman que pareció que se dirigió solo al pequeño.

Luego el shaman volvió a dirigirse al tal Waryo para que les mostrara una choza a los invitados.

Los 3 fueron guiados por Waryo a su choza donde pasarían la noche para irse, apenas saliera el sol mañana, el pequeño se acostó sin cenar esa noche y no dio razón alguna para su falta de apetito. A las 8:43 pm ya todos se habían acomodados en sus hamacas para ser arrastrados por Morfeo al reino de los sueños.

••••••••••••••••••••••••••••••••••••

En una de las casas construidas de barro, piedra y palos se encontraba un sujeto sentado frente a un altar, humo y cenizas cubrían el pequeño espacio que estaba en penumbras, el olor a incienso y hierbas de aromas amargos se mezclaba a la perfección dándole una sensación a quien lo inhalara de estar en las nubes.

—Pero no está listo, no puede hacerlo—decía el sujeto sentado en el suelo pero no se veía con quien hablaba ni las respuestas que dicha persona le transmitía.

—No lo dejaré, debo impedirlo , le harán mucho daño— siguió aquel sujeto y ni señales de con quien hablaba.

……

Alex estaba recostado en su hamaca dormido pero sin ninguna clase de sueño que pasara por su mente y algo vino a su mente de la nada. Se vio en un mar negro apunto de ahogarse y lo último que pudo oír antes de sumergirse en su lecho de oscuridad en el fondo marino fue: “al término del ciclo volverás”.

Al despertar Roberts y Jaire levantaron al niño que aún dormía, este se levantó dando un largo bostezo y limpiándose los ojos para ver mejor, el chico los vio y les regaló una sonrisa amable y sincera ,casi inocente sin ningún rastro de indiferencia ni sarcasmo. Los jóvenes se desconcertaron ante el gesto y tuvieron que tragarse sus preguntas hacia el niño, pero algo había cambiado en el niño pero no sabían bien que era , tal vez solo era su imaginación.

A las 7am decidieron partir , se despidieron y agradecieron el hospedaje por parte de los indígenas y se fueron sin ver al shaman que no quiso salir a despedirlos.

….

Al salir de la Amazonía y llegar a la civilización partieron a Río de Janeiro para luego tomar una decisión sobre que hacer con Álex. Llegaron y empezó las propuestas por ambas partes y el niño esta vez no tenía nada que opinar, solo los miraba con inocencia, como las miradas de los niños al hablarles sobre un tema que desconocen.

Luego de casi 2 horas de diálogo llegaron a una decisión certera pero algo difícil para ambos y para el pequeño Álex. Decidieron que Roberts lo llevaría consigo a Ciudad Bolívar y lo llevaría a servicios infantiles, puesto que no podían quedarse así como así ,con un niño que consiguieron en plena jungla a media noche. Y optaron llevarlo hasta allá y no dejarlo en Río ya que Álex hablaba español y no portugués y sería más difícil para el niño .

Ese mismo día sin demora y sin esperar que le surgieran más percances Roberts partiría con Álex para Ciudad Bolívar. Roberts se despidió amistosamente de su amigo y el niño se despidió con un abrazo fuerte y conmovedor que una vez más los dejaba atónitos por el brusco y repentino cambio de Alex. Y sin más que esperar Roberts y el niño abordaron el avión que los llevaría a ambos a su destino.

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