-18 de abril de 2021, estamos dando inicio a la primera lectura del testamento del Señor Lionel Favio Berlusconi. Fallecido el 8 de abril de 2021 -lee en alta voz el avvocato Gabriel Rossi -como última voluntad del fallecido hoy se leerá la parte que beneficia a la familia solamente. Mañana se efectuará otra reunión con los demás mencionados en el documento.
La sala constaba con la presencia de humanos, hijos, nietos, sobrinos y nueras. Algunos estaban por codicia y esperaban heredar algo del capo italiano. Otros estaban de puros oyentes que no querían perderse la primicia, pero solo dos estaban por respeto.
Alessandro, como muchos dirían, el nieto favorito de Lionel, tal vez fuera cierto. El único nieto que se crío bajo el mismo techo que su abuelo. Había sido educado por el mismo jefe de todos los jefes.
Ahora, sentado junto a su padre, escuchaba al abogado del clan y amigo íntimo de este. Todavía no se sentía con ánimos de estar escuchando sobre títulos y dinero. Y estaba seguro de que su padre se sentía de igual manera.
Pero ambos tenían que responder frente al liderazgo que tenían.
Todos hacían algún sonido de felicidad cuando iban heredando tierras, edificios y títulos nuevos, olvidando sus expresiones falsas de tristeza.
-A mi segundo hijo Leonardo Berlusconi Giorgio, desde que me enteré de mi condición física terminal hice los trámites legales, los cueles fueron aprobados por unanimidad, le dejo el título de Capo di tutti capi, sé que serás un líder estupendo, lo sé por todo lo orgulloso que me has hecho sentir a lo largo de mi vida -dice el abogado continuando con su lectura.
Favio Junior Berlusconi no puede disimular su mirada de odio hacia su hermano, él era el primogénito, nadie debía heredar ese título más que él.
Alessandro se giró hacia su padre y a pesar de no sonreír sus ojos transmitían orgullo, entonces lo abrazó fuertemente.
-Sé que lo próximo que voy a escribir no te va a gustar al principio mi pequeño protector -todos dirigieron sus miradas hacia Alessandro y este se tensó. El significado de su nombre no era ningún secreto, era algo que su abuelo siempre había alardeado. Lo que Alessandro no entendía era el porqué de las palabras de su nonno, siempre había estado de acuerdo con lo que este dijera. -…sé que darías tu vida por Armi Rosse, por ello he decidido dejarte al mando de la empresa con una condición. Deberás casarte con la signorina Cristel Wilson – leyó -solo tienes el plazo de un mes para hacerlo o mi primogénito, vuestro tío Favio, ahora el nuevo Don del clan, se hará cargo.
Alessandro no aguantó más la humillación y la impotencia que sentía en ese momento, por lo que no espero a que el abogado terminara y se largó de la sala.
Se largó de la casa.
Y se largó en su moto, solo tenía como dirección la ira.
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Cristel
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-Este lugar es maravilloso, todo aquí es arte. Las casas, la gente, la comida, las ropas -digo al teléfono.
-Cristel, cuando vas a volver a Toronto? –pregunta Josh.
-Cariño ya te dije que no depende de mí, Emma está encantada con el trabajo que le envié y ahora quiere algunos más.
-Pero ya llevas dos semanas en Roma, ¿acaso no me extrañas?
-Se exactamente el tiempo que llevo aquí Josh, sabes que te extraño a ti, a mis padres, a Luci y a Kate. Pero mi trabajo es importante y disfruto haciéndolo. Por algo fue la carrera que estudie, así que no sigas presionando o encontrarás la misma respuesta cada vez -le digo, quiero a este hombre, pero a veces es asfixiante que no entienda mi trabajo.
Ser la historiadora del Arte principal de la galería LiveArt, hace que la mayoría del tiempo este viajando alrededor del mundo, básicamente, buscando obras que me inspiren a hacer una buena crítica, si mi jefa la aprueba, paso a la parte en la que compro la obra para la galería.
Josh sigue hablando cuando escucho el timbre del apartamento.
-Hey, hablamos luego. Llaman a la puerta. Te quiero.
-Te amo Cris -dice él y yo cuelgo.
Cuando abro la puerta veo que es el cartero con un sobre en la mano.
-Buon pomeriggio Signorina, sei Cristel Wilson? - me pregunta el chico.
-Me stessa.
-Firma qui per favore -dice mientras me extiende un comprobante y señala donde debo firmar.
Firmo y cojo el sobre amarillo en mis manos.
-Grazie -le digo mientras cierro la puerta.
Cuando me fijo en la etiqueta, deduzco que me lo envían mis padres ya que tiene dirección de Toronto, Canadá. Y solo ellos podrían mandarme un correo en lugar de un email electrónica.