Capítulo 1 “Zafiro”
Alan POV.
En un mundo donde yace el amor y la maldad muchas veces existen pequeños puntos medios que nos hacen dudar de quiénes somos y de que hacemos aquí, con suerte las almas que se mantienen fuertes en este fatídico mundo son capaces de sacar la cabeza a flote, pero así ninguna puedo sobrellevar ni la perdida ni el dolor, lo que puede vivir en ellas es el oscuro miedo de un alma verdaderamente retorcida y amarga, colores negro y blanco conforman la cordura de algunas de ellas que desesperadamente buscan la verdad y son diferentes. Aunque muchos no lo comprenden así es, así es mi mundo que con aplomo puedo combatir entre tantos demonios.
Son las dos mil horas y mi equipo y yo estamos entre los árboles esperando la señal de mi infiltrada, la mujer que me convierte en uno de sus demonios todas sus malditas noches en soledad. Tenemos frío y solo el apoyo de nuestras armas son mantiene con los pies en la tierra, tenemos visión nocturna, pero visualizo perfectamente el zafiro de Carly con un solo ojo.
—Señor Carly está en la guarida en el tercer piso de la mansión —menciona mi subordinado que no se ha movido por 12 horas.
—No tengas prisa apenas estamos comenzando —pongo de lado mi arma y me enfoco en el zafiro.
—Señor tengo el blanco a la vista —susurra mi mano derecha, pero esta vez la misión no es matar sino extraer.
—Aguarden —digo cuando por fin veo el dedo índice de Carly tocar su zafiro, es la señal para proceder.
Hago una seña para que todos se pongan en marcha detrás de mí entonces con cuidado saltamos la pequeña barda que rodea la mansión de uno de los narcotraficantes más importantes de México. Ingresamos por la cocina y hago la señal para que solo entremos mi mano derecha y yo. Disparamos con silenciador y los cuerpos caen sin cesar sobre nuestro camino, sumos los escalones y la seguridad es cada vez menor, entramos en la habitación y el pequeño narco se encuentra de espaldas a Carly que le quita su camisa lentamente, me mira y le inyecta un somnífero, él apenas reacciona, pero cuando va a caer en la alfombra lo sujeto.
—Justo a tiempo jefe —Carly me sonríe, pero cuando tengo el cuerpo del narco en los brazos una bala le da en el brazo a Carly, haciéndome perder el control de la situación.
—Mierda corre apresúrate —le exclamo a mi mano derecha entregándole al narcotraficante, a punto hacia la puerta, pero no veo a ninguno de sus guardias.
—Señor no pienso dejarlo.
—Déjate de idioteces y largarte —golpea con fuerza en la baranda del balcón amarrándose al narco en el cuerpo para bajar tres pisos con una cuerda.