Venganza Helada: Madre Traicionada

Venganza Helada: Madre Traicionada

Gavin

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Capítulo

El rancho era el refugio de Sofía, un santuario construido lejos del ruido de la ciudad para sanar heridas invisibles, marcado por el sacrificio de su brazo derecho para proteger a su hijo, Mateo. De repente, la paz es destrozada por una voz femenina chillona y venenosa: "¡Saquen a esa perra de su escondite!" "¡Les juro que hoy le voy a enseñar lo que es la decencia! ¡Mateo me dio permiso para limpiar la basura que mancha el nombre de la familia!" Sofía, conmocionada, enfrenta a Valeria, la nueva socia de Mateo, quien, confundiéndola con una empleada, la abofetea brutalmente. Antes de que Sofía pueda pronunciar una palabra, Valeria ordena romperle el cuello a María, la leal sirvienta de Sofía, matándola frente a sus ojos. El dolor físico se vuelve insignificante ante la furia helada que la consume. "Usted no sabe quién soy..." dice Sofía, temblorosa por el shock, mientras Valeria la humilla sin piedad. Sofía revela su identidad: "¡Soy Sofía! ¡Soy la madre de Mateo!" Pero Valeria y sus secuaces se burlan, desestimando la verdad, y la someten a una tortura inimaginable: le rapan la cabeza, le rompen las piernas y le cosen la boca. La dejan tirada, un despojo humano, y luego la arrastran, dentro de un saco de arpillera, a la fiesta de graduación de Mateo. Ante la multitud de élite y un Mateo furioso, Valeria la presenta como la "criminal" que ha manchado el nombre familiar. Mateo, cegado por la ira y el engaño, hundió su navaja en el saco, hiriéndola, y ordenó que la llevaran a la lobera para que los lobos "terminaran el trabajo." Allí, con la vida escapándose, su último pensamiento es: "Mateo... hijo mío... ¿qué has hecho?"

Introducción

El rancho era el refugio de Sofía, un santuario construido lejos del ruido de la ciudad para sanar heridas invisibles, marcado por el sacrificio de su brazo derecho para proteger a su hijo, Mateo.

De repente, la paz es destrozada por una voz femenina chillona y venenosa: "¡Saquen a esa perra de su escondite!"

"¡Les juro que hoy le voy a enseñar lo que es la decencia! ¡Mateo me dio permiso para limpiar la basura que mancha el nombre de la familia!"

Sofía, conmocionada, enfrenta a Valeria, la nueva socia de Mateo, quien, confundiéndola con una empleada, la abofetea brutalmente.

Antes de que Sofía pueda pronunciar una palabra, Valeria ordena romperle el cuello a María, la leal sirvienta de Sofía, matándola frente a sus ojos.

El dolor físico se vuelve insignificante ante la furia helada que la consume.

"Usted no sabe quién soy..." dice Sofía, temblorosa por el shock, mientras Valeria la humilla sin piedad.

Sofía revela su identidad: "¡Soy Sofía! ¡Soy la madre de Mateo!"

Pero Valeria y sus secuaces se burlan, desestimando la verdad, y la someten a una tortura inimaginable: le rapan la cabeza, le rompen las piernas y le cosen la boca.

La dejan tirada, un despojo humano, y luego la arrastran, dentro de un saco de arpillera, a la fiesta de graduación de Mateo.

Ante la multitud de élite y un Mateo furioso, Valeria la presenta como la "criminal" que ha manchado el nombre familiar.

Mateo, cegado por la ira y el engaño, hundió su navaja en el saco, hiriéndola, y ordenó que la llevaran a la lobera para que los lobos "terminaran el trabajo."

Allí, con la vida escapándose, su último pensamiento es: "Mateo... hijo mío... ¿qué has hecho?"

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