Sacrificio por Amor: La Asistente del Tirano

Sacrificio por Amor: La Asistente del Tirano

Gavin

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El mundo de Sofía era una jaula dorada, un hogar de lujos y el aroma perfecto de los platillos creados por su padre, el aclamado chef del presidente. Pero esa burbuja de perfección estalló cuando el presidente colapsó en un banquete, acusando a su padre de envenenamiento y sentenciando a su familia a una vida de desesperación. Para salvarlos de la furia del tirano, Sofía tomó una decisión drástica: se ofreció como asistente personal del presidente, un aparente sacrificio que la arrojaría a los lobos. Sin embargo, el primer día de selección, el presidente, con una sonrisa cruel y mirada depredadora, anunció una nueva regla: "Todas las asistentes que lleven un delantal morado serán ejecutadas". Sofía, junto con todas las demás candidatas, vestía el fatídico color. El pánico la invadió; era una trampa, una broma sádica. "Este tipo está completamente loco", pensó, una furia impotente hirviendo en su interior. Pero el presidente la miró, clavando sus ojos en ella como si leyera su alma. "¿Qué es lo que acabas de decir?", preguntó. El terror helado reemplazó la rabia. ¿Cómo era posible? No había movido los labios. Fue entonces cuando la eligió, no solo como asistente principal, sino para un juego mucho más peligroso: él podía escuchar sus pensamientos. Desde una vida pasada como oficinista hasta renacer en un mundo de tiranos y secretos, Sofía se vio obligada a usar su ingenio y sus "voces internas" para navegar por una corte llena de complots. Pronto descubrió que el presidente, ese monstruo adicto al trabajo, no era solo un tirano, sino un reformador que intentaba salvar a su nación. Cuando su propia abuela intentó manipularla para envenenarlo, Sofía optó por la verdad, revelando que ambos eran peones en un juego peligroso. Su hermana, Clara, la joya mimada de la familia, no soportó su ascenso y conspiró para destruirla. Pero Sofía la humilló, devolviéndole cada gota de veneno que Clara le había infligido. El presidente, al ver la oscuridad de su propia familia, decidió cortar los lazos de Sofía con su pasado de invisibilidad, ofreciéndole un hogar y un futuro a su lado. Fue en medio de un atentado, en sus brazos, donde Sofía descubrió que ese tirano de mirada aguda no solo podía oír sus pensamientos, sino que había sido el niño hambriento a quien ella, como una pequeña hada, había salvado con un simple caramelo años atrás. Ahora, ella, la despreciada hija del chef, se ha convertido en Emperatriz, su historia tejida con los hilos del poder, el engaño y un amor inesperado.

Introducción

El mundo de Sofía era una jaula dorada, un hogar de lujos y el aroma perfecto de los platillos creados por su padre, el aclamado chef del presidente.

Pero esa burbuja de perfección estalló cuando el presidente colapsó en un banquete, acusando a su padre de envenenamiento y sentenciando a su familia a una vida de desesperación.

Para salvarlos de la furia del tirano, Sofía tomó una decisión drástica: se ofreció como asistente personal del presidente, un aparente sacrificio que la arrojaría a los lobos.

Sin embargo, el primer día de selección, el presidente, con una sonrisa cruel y mirada depredadora, anunció una nueva regla: "Todas las asistentes que lleven un delantal morado serán ejecutadas".

Sofía, junto con todas las demás candidatas, vestía el fatídico color. El pánico la invadió; era una trampa, una broma sádica.

"Este tipo está completamente loco", pensó, una furia impotente hirviendo en su interior.

Pero el presidente la miró, clavando sus ojos en ella como si leyera su alma. "¿Qué es lo que acabas de decir?", preguntó.

El terror helado reemplazó la rabia. ¿Cómo era posible? No había movido los labios.

Fue entonces cuando la eligió, no solo como asistente principal, sino para un juego mucho más peligroso: él podía escuchar sus pensamientos.

Desde una vida pasada como oficinista hasta renacer en un mundo de tiranos y secretos, Sofía se vio obligada a usar su ingenio y sus "voces internas" para navegar por una corte llena de complots.

Pronto descubrió que el presidente, ese monstruo adicto al trabajo, no era solo un tirano, sino un reformador que intentaba salvar a su nación.

Cuando su propia abuela intentó manipularla para envenenarlo, Sofía optó por la verdad, revelando que ambos eran peones en un juego peligroso.

Su hermana, Clara, la joya mimada de la familia, no soportó su ascenso y conspiró para destruirla.

Pero Sofía la humilló, devolviéndole cada gota de veneno que Clara le había infligido.

El presidente, al ver la oscuridad de su propia familia, decidió cortar los lazos de Sofía con su pasado de invisibilidad, ofreciéndole un hogar y un futuro a su lado.

Fue en medio de un atentado, en sus brazos, donde Sofía descubrió que ese tirano de mirada aguda no solo podía oír sus pensamientos, sino que había sido el niño hambriento a quien ella, como una pequeña hada, había salvado con un simple caramelo años atrás.

Ahora, ella, la despreciada hija del chef, se ha convertido en Emperatriz, su historia tejida con los hilos del poder, el engaño y un amor inesperado.

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