La Identidad Robada De La Madre

La Identidad Robada De La Madre

Gavin

5.0
calificaciones
88
Vistas
11
Capítulo

El zumbido monótono del aire acondicionado apenas enmascaraba el calor sofocante de la Ciudad de México. En mis manos, sostenía el acta de nacimiento de mi hijo, Leo. Todo parecía correcto, el nombre de mi bebé, Leo Herrera Rivas, el de su padre, Mateo, y el mío, Sofía Rivas. Hasta que mis ojos se detuvieron en la sección de los padres. No estaba mi nombre. En su lugar, vi: Ximena Solís. Y no solo eso, su hija, Luna Solís, también estaba registrada bajo la misma acta, usando nuestro mismo domicilio. Ximena Solís. La colega de Mateo. La madre soltera a la que Mateo "solo estaba ayudando". Un torrente de furia helada me recorrió. Mateo no solo lo permitió. Él lo hizo posible para que Ximena usara mi casa, mi dirección, para meter a su hija en una de las mejores escuelas del país, asociada a mi propia casa de modas. "Hay un error", dije finalmente, mi voz extraña, metálica. "Un error muy grave". En el coche, con el acta arrugada en mi puño, llamé a Mateo. "¿Por qué está el nombre de Ximena Solís en el acta de nacimiento de mi hijo, Mateo?". Hubo un silencio culpable al otro lado. "Sofía, no te enojes, puedo explicarlo. Ximena estaba desesperada". "¿No significa nada?", repetí, incrédula. "¿Poner a otra mujer en el acta de mi hijo no significa nada? ¿Usar mi casa para sus planes sin siquiera consultarme no significa nada?". "Estás exagerando, Sofía. Solo quería ayudar. Sabes cómo soy, me gusta apoyar a la gente que lo necesita". Su frialdad me dejó sin aliento. Colgué el teléfono sin despedirme. Mi mente se aclaró con una determinación helada. Él quería ayudar a otros, ¿verdad? Yo iba a ayudarme a mí misma. Mi siguiente llamada fue a mi abogado. "Quiero anular esa acta de nacimiento inmediatamente. Y quiero registrar una nueva. El niño solo tendrá un apellido. El mío. Mi hijo se llamará Leo Rivas. Punto".

Introducción

El zumbido monótono del aire acondicionado apenas enmascaraba el calor sofocante de la Ciudad de México.

En mis manos, sostenía el acta de nacimiento de mi hijo, Leo.

Todo parecía correcto, el nombre de mi bebé, Leo Herrera Rivas, el de su padre, Mateo, y el mío, Sofía Rivas.

Hasta que mis ojos se detuvieron en la sección de los padres.

No estaba mi nombre.

En su lugar, vi: Ximena Solís.

Y no solo eso, su hija, Luna Solís, también estaba registrada bajo la misma acta, usando nuestro mismo domicilio.

Ximena Solís.

La colega de Mateo.

La madre soltera a la que Mateo "solo estaba ayudando".

Un torrente de furia helada me recorrió.

Mateo no solo lo permitió.

Él lo hizo posible para que Ximena usara mi casa, mi dirección, para meter a su hija en una de las mejores escuelas del país, asociada a mi propia casa de modas.

"Hay un error", dije finalmente, mi voz extraña, metálica. "Un error muy grave".

En el coche, con el acta arrugada en mi puño, llamé a Mateo.

"¿Por qué está el nombre de Ximena Solís en el acta de nacimiento de mi hijo, Mateo?".

Hubo un silencio culpable al otro lado.

"Sofía, no te enojes, puedo explicarlo. Ximena estaba desesperada".

"¿No significa nada?", repetí, incrédula. "¿Poner a otra mujer en el acta de mi hijo no significa nada? ¿Usar mi casa para sus planes sin siquiera consultarme no significa nada?".

"Estás exagerando, Sofía. Solo quería ayudar. Sabes cómo soy, me gusta apoyar a la gente que lo necesita".

Su frialdad me dejó sin aliento.

Colgué el teléfono sin despedirme.

Mi mente se aclaró con una determinación helada.

Él quería ayudar a otros, ¿verdad?

Yo iba a ayudarme a mí misma.

Mi siguiente llamada fue a mi abogado.

"Quiero anular esa acta de nacimiento inmediatamente. Y quiero registrar una nueva. El niño solo tendrá un apellido. El mío. Mi hijo se llamará Leo Rivas. Punto".

Seguir leyendo

Otros libros de Gavin

Ver más
La Venganza De La Sustituta

La Venganza De La Sustituta

Romance

5.0

Trabajé tres años como asistente personal de Roy Castillo, el heredero del imperio tequilero. Me enamoré perdidamente de él, aunque yo solo era un consuelo, un cuerpo cálido mientras esperaba a su verdadera obsesión, Scarlett Salazar. Cuando Scarlett regresó, fui desechada como si nunca hubiera existido. Fui abofeteada y humillada públicamente, mis fotos comprometedoras filtradas por toda la alta sociedad. En el colmo del desprecio, me forzaron a arrodillarme sobre granos de maíz, mientras Roy y Scarlett observaban mi agonía. Me despidieron, pero no sin antes hacerme pagar un precio final. El dolor de la rodilla no era nada comparado con la humillación, la confusión. ¿Cómo pude ser tan ciega? ¿Por qué la mujer que amaba se convertía en mi verdugo, y el hombre al que di todo me entregaba al lobo? Él me vendió como un objeto, como una mercancía, por un estúpido collar de diamantes para Scarlett. Me arrojaron a una habitación de hotel con un asqueroso desconocido, y solo por un milagro, o quizás un último acto de misericordia de Roy antes de irse con ella, logré escapar. Decidí huir. Borrar mi antigua vida, la que había sido definida por la obsesión y el desprecio. Pero el pasado tenía garras. Las fotos, el acoso, me siguieron hasta mi refugio en Oaxaca. ¿Me dejaría consumir por la vergüenza, o me levantaría de las cenizas como el agave, más fuerte y con una nueva esencia? Esta vez, no huiría. Esta vez, lucharía.

Quizás también le guste

Capítulo
Leer ahora
Descargar libro