Máximo me puso el teléfono delante de la cara: el vídeo del coche de mis padres, huyendo, chocando, las llamas consumiéndolo todo. "Quiero que tú y tu familia paguéis por la vida de Sasha", sentenció, su voz helada como el hielo. Mi corazón, ya débil, se apretó con una fuerza brutal hasta estallar, cayendo en una oscuridad profunda. Pero en vez de la muerte, me encontré de vuelta en el vestuario del instituto, el día antes de las pruebas de beca, el día en que todo empezó a ir mal. Máximo me hablaba de nuevo de Sasha, de su fiesta en Ibiza, ignorando por completo el futuro que nos esperaba, o al menos el que él creía que teníamos. No lo detendré esta vez; no le rogaré. Porque sé lo que me espera, el dolor de la traición y la muerte en mi vida pasada. Volver a vivir esa pesadilla, la humillación, la destrucción de mi futuro por sus celos y falsas acusaciones, me consumió. Nunca entendí por qué ese odio, por qué esa necesidad de destruir todo lo que éramos. Esta vez no. Esta vez, la historia es diferente y me salvaré a mí misma. Le sonreí, una sonrisa falsa pero firme, y le dije: "Diviértete, Máximo. Te lo mereces". He renacido, y este es el día cero de mi nueva vida.
Máximo me puso el teléfono delante de la cara: el vídeo del coche de mis padres, huyendo, chocando, las llamas consumiéndolo todo.
"Quiero que tú y tu familia paguéis por la vida de Sasha", sentenció, su voz helada como el hielo.
Mi corazón, ya débil, se apretó con una fuerza brutal hasta estallar, cayendo en una oscuridad profunda.
Pero en vez de la muerte, me encontré de vuelta en el vestuario del instituto, el día antes de las pruebas de beca, el día en que todo empezó a ir mal.
Máximo me hablaba de nuevo de Sasha, de su fiesta en Ibiza, ignorando por completo el futuro que nos esperaba, o al menos el que él creía que teníamos.
No lo detendré esta vez; no le rogaré.
Porque sé lo que me espera, el dolor de la traición y la muerte en mi vida pasada.
Volver a vivir esa pesadilla, la humillación, la destrucción de mi futuro por sus celos y falsas acusaciones, me consumió.
Nunca entendí por qué ese odio, por qué esa necesidad de destruir todo lo que éramos.
Esta vez no. Esta vez, la historia es diferente y me salvaré a mí misma.
Le sonreí, una sonrisa falsa pero firme, y le dije: "Diviértete, Máximo. Te lo mereces".
He renacido, y este es el día cero de mi nueva vida.
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