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El Sueño Previsto que Nadie Cree

El Sueño Previsto que Nadie Cree

Gavin

5.0
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Capítulo

Mi pesadilla no era solo un sueño, era una premonición. Embarazada de siete meses, vi con vívidos detalles a los "Sombras" masacrar mi aldea: la señora Elena, los niños, y a mí misma, desangrándome. Desesperada, rogué a mi esposo Mateo, capitán de la guardia, que no dejara el pueblo indefenso. Pero su orgullo, avivado por su amante Camila, lo cegó. Él partió con todos los hombres armados, abandonándonos a mujeres y niños. El horror se desató. Los "Sombras" atacaron, masacrando a los indefensos. Cuando los hombres regresaron, Camila me acusó de traidora. Y Mateo, ¡mi propio esposo!, me pateó el vientre brutalmente, arrebatándome a nuestro bebé. ¿Cómo mi sincera advertencia, mi amor por el pueblo, me condenó a tal infierno? Fui arrastrada, rota y sangrando, al poste de la vergüenza, acusada por aquellos a quienes intenté salvar. La injusticia era insoportable. Justo cuando iban a lincharme, Sofía, la hermana de Mateo, emergió de las ruinas con niños supervivientes. Su voz desgarradora reveló la cobardía y negligencia de Mateo y Camila. El odio de la multitud se desvió. Mi desesperación se transformó en fría determinación. Me levanté. La venganza sería mi único consuelo.

Introducción

Mi pesadilla no era solo un sueño, era una premonición. Embarazada de siete meses, vi con vívidos detalles a los "Sombras" masacrar mi aldea: la señora Elena, los niños, y a mí misma, desangrándome.

Desesperada, rogué a mi esposo Mateo, capitán de la guardia, que no dejara el pueblo indefenso. Pero su orgullo, avivado por su amante Camila, lo cegó. Él partió con todos los hombres armados, abandonándonos a mujeres y niños.

El horror se desató. Los "Sombras" atacaron, masacrando a los indefensos. Cuando los hombres regresaron, Camila me acusó de traidora. Y Mateo, ¡mi propio esposo!, me pateó el vientre brutalmente, arrebatándome a nuestro bebé.

¿Cómo mi sincera advertencia, mi amor por el pueblo, me condenó a tal infierno? Fui arrastrada, rota y sangrando, al poste de la vergüenza, acusada por aquellos a quienes intenté salvar. La injusticia era insoportable.

Justo cuando iban a lincharme, Sofía, la hermana de Mateo, emergió de las ruinas con niños supervivientes. Su voz desgarradora reveló la cobardía y negligencia de Mateo y Camila. El odio de la multitud se desvió. Mi desesperación se transformó en fría determinación. Me levanté. La venganza sería mi único consuelo.

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