Mi Segunda Oportunidad: Sin Perdón

Mi Segunda Oportunidad: Sin Perdón

Gavin

5.0
calificaciones
174
Vistas
11
Capítulo

Las llaves de mi coche nuevo, un trofeo de repostería, se sintieron frías y pesadas en mi mano, un presagio de mi nueva vida. El aire del pueblo ya olía a incienso y cera, anunciando la inminente Semana Santa. Pero entonces, mi prima Valeria entró en mi pastelería, su sonrisa tan falsa como siempre, seguida de cerca por mi prometido, Mateo. Sus ojos devoraban el sedán reluciente. "¡Sofía, qué coche! Tienes que dejárnoslo para ir al pueblo", dijo Valeria. Mateo añadió: "Cariño, solo es para el viaje, el mío gasta mucho y este es más seguro." En mi vida anterior, les entregué las llaves. Esa noche, Valeria, al volante de MI coche, atropelló y mató a una anciana. Con la ayuda de Mateo, dejaron MI carnet de conducir en la escena. Fui incriminada, nadie me creyó. Mis padres, mis amigos, el pueblo entero me abandonaron. El hijo de la víctima, Diego, me encontró en la procesión de Viernes Santo. La multitud, azuzada por sus mentiras y mi desesperada verdad silenciada, me linchó allí mismo, en la plaza del pueblo. Morí entre el dolor y la traición. Ahora, con el recuerdo de su vileza y mi propia muerte grabado a fuego en mi alma, volví a ver la misma petición, la misma sonrisa falsa, el mismo plan despreciable. ¿Cómo pude ser tan ciega? ¿Permitiría que me destruyeran de nuevo? ¡Esta vez no! Mi voz salió firme y fría: "No". Guardé las llaves en mi bolsillo, el aire se llenó de una tensión que solo yo comprendía. Ellos veían a una prometida caprichosa. Yo veía a mis asesinos. Y esta vez, no les daría el arma.

Introducción

Las llaves de mi coche nuevo, un trofeo de repostería, se sintieron frías y pesadas en mi mano, un presagio de mi nueva vida. El aire del pueblo ya olía a incienso y cera, anunciando la inminente Semana Santa.

Pero entonces, mi prima Valeria entró en mi pastelería, su sonrisa tan falsa como siempre, seguida de cerca por mi prometido, Mateo. Sus ojos devoraban el sedán reluciente. "¡Sofía, qué coche! Tienes que dejárnoslo para ir al pueblo", dijo Valeria. Mateo añadió: "Cariño, solo es para el viaje, el mío gasta mucho y este es más seguro."

En mi vida anterior, les entregué las llaves. Esa noche, Valeria, al volante de MI coche, atropelló y mató a una anciana. Con la ayuda de Mateo, dejaron MI carnet de conducir en la escena. Fui incriminada, nadie me creyó. Mis padres, mis amigos, el pueblo entero me abandonaron.

El hijo de la víctima, Diego, me encontró en la procesión de Viernes Santo. La multitud, azuzada por sus mentiras y mi desesperada verdad silenciada, me linchó allí mismo, en la plaza del pueblo. Morí entre el dolor y la traición.

Ahora, con el recuerdo de su vileza y mi propia muerte grabado a fuego en mi alma, volví a ver la misma petición, la misma sonrisa falsa, el mismo plan despreciable. ¿Cómo pude ser tan ciega? ¿Permitiría que me destruyeran de nuevo?

¡Esta vez no! Mi voz salió firme y fría: "No". Guardé las llaves en mi bolsillo, el aire se llenó de una tensión que solo yo comprendía. Ellos veían a una prometida caprichosa. Yo veía a mis asesinos. Y esta vez, no les daría el arma.

Seguir leyendo

Otros libros de Gavin

Ver más
Cinco años de amor perdido

Cinco años de amor perdido

Romance

5.0

Tentu, saya akan menambahkan POV (Point of View) ke setiap bab sesuai dengan permintaan Anda, tanpa mengubah format atau konten lainnya. Gabriela POV: Durante cinco años crié al hijo de mi esposo como si fuera mío, pero cuando su ex regresó, el niño me gritó que me odiaba y que prefería a su "tía Estrella". Leandro me dejó tirada y sangrando en un estacionamiento tras un accidente, solo para correr a consolar a su amante por un fingido dolor de cabeza. Entendí que mi tiempo había acabado, así que firmé la renuncia total a la custodia y desaparecí de sus vidas para siempre. Para salvar la imprenta de mi padre, acepté ser la esposa por contrato del magnate Leandro Angulo. Fui su sombra, la madre sustituta perfecta para Yeray y la esposa invisible que mantenía su mansión en orden. Pero bastó que Estrella, la actriz que lo abandonó años atrás, chasqueara los dedos para que ellos me borraran del mapa. Me humillaron en público, me despreciaron en mi propia casa y me hicieron sentir que mis cinco años de amor no valían nada. Incluso cuando Estrella me empujó por las escaleras, Leandro solo tuvo ojos para ella. Harta de ser el sacrificio, les dejé los papeles firmados y me marché sin mirar atrás. Años después, cuando me convertí en una autora famosa y feliz, Leandro vino a suplicar perdón de rodillas. Fue entonces cuando descubrió la verdad que lo destrozaría: nuestro matrimonio nunca fue legal y yo ya no le pertenecía.

Quizás también le guste

Capítulo
Leer ahora
Descargar libro