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Tras Escapar Me Caso con un Millonario

Tras Escapar Me Caso con un Millonario

Librosromanticos

5.0
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27
Capítulo

María Montero, una joven que escapa de los abusos de su padrastro en busca de libertad y un nuevo comienzo. Sin embargo, su huida toma un giro inesperado cuando es atropellada por Andrew de la Torre, un atractivo y adinerado millonario. Despertando en una mansión desconocida, María se encuentra bajo el cuidado de Andrew, quien le explica que el accidente no puede salir a la luz. En un intento de protegerla y salvar su reputación, Andrew le propone un matrimonio de conveniencia. A medida que conviven, la relación entre ellos evoluciona de la frialdad a la complicidad, y María comienza a ver a Andrew como más que un extraño. Sin embargo, su felicidad se ve amenazada por un escándalo mediático y la venganza de un antiguo socio de Andrew que busca destruir su imagen. En medio de esta tormenta, María descubre que está embarazada, lo que la lleva a enfrentarse a sus propios miedos y secretos. A medida que la pareja navega por las dificultades externas e internas, descubren que el amor verdadero puede surgir incluso de las circunstancias más complicadas. Juntos, luchan por su felicidad y su futuro, demostrando que, a pesar de las adversidades, pueden encontrar la luz en la oscuridad.

Capítulo 1 01

La noche se cernía sobre la pequeña ciudad de San Felipe, envuelta en un manto de oscuridad que parecía absorber cualquier rayo de esperanza. María Montero, una joven de 23 años, respiraba con dificultad mientras se escabullía por las calles desiertas. Su corazón latía desbocado, no solo por el esfuerzo de correr, sino por el miedo que la perseguía como una sombra constante. Había llegado al límite de su resistencia; su padrastro, un hombre cruel y despiadado, había cruzado una línea que nunca debería haberse cruzado.

La vida de María había sido una serie de pesadillas, cada día más insoportable que el anterior. Desde que su madre había fallecido, su hogar se había convertido en una prisión. Su padrastro, un hombre que una vez había mostrado algo de bondad, se había transformado en un tirano, descargando su ira y frustraciones sobre ella. Las cicatrices en su alma eran más profundas que las que cualquier golpe físico pudiera dejar. Esa noche, había decidido que ya era suficiente.

Con su mochila al hombro, que contenía solo lo esencial: algunas prendas, un diario desgastado y un pequeño retrato de su madre, María había planeado su escape con meticulosidad. Había esperado a que su padrastro se fuera a la bar con sus amigos, un lugar donde pasaba la mayor parte de la noche, ahogando sus problemas en alcohol. Era su oportunidad, y no podía dejarla pasar.

La brisa fría de la noche acariciaba su rostro, revitalizándola mientras corría por las calles que conocía tan bien, pero que ahora se sentían extrañas y aterradoras. La adrenalina la impulsaba; cada paso era una promesa de libertad, pero también un recordatorio del peligro que la acechaba. No podía permitir que su pasado la alcanzara.

Mientras cruzaba una intersección, se dio cuenta de que la luz del semáforo estaba en rojo. Miró a ambos lados, asegurándose de que no hubiera vehículos a la vista. Sin embargo, el destino tenía otros planes. En un instante, un coche apareció de la nada, y su corazón se detuvo. María no pudo reaccionar. El sonido del motor y el frenazo apenas tuvieron tiempo de registrarse en su mente antes de que el impacto la lanzara al suelo.

El mundo se volvió negro.

Cuando María despertó, estaba en una habitación blanca, rodeada de un silencio inquietante. Su cuerpo dolía, y la confusión la invadió. La última imagen que tenía era de la carretera y aquel coche acercándose a gran velocidad. ¿Dónde estaba? ¿Qué había sucedido? Trató de incorporarse, pero un dolor punzante la detuvo.

De repente, la puerta se abrió, y un hombre alto y apuesto entró en la habitación. Andrew de la Torre, un millonario conocido en la ciudad, se encontraba frente a ella. Su expresión era seria, casi fría, y María sintió un escalofrío recorrerle la espalda. Era el hombre que la había atropellado.

-¿Te sientes mejor? -preguntó, con un tono que no transmitía calidez, pero que en su interior parecía preocupado. María no respondió. Su mente estaba llena de preguntas: ¿Por qué estaba aquí? ¿Qué le había pasado?

Andrew, observando su confusión, decidió explicarle la situación. -Te atropellé accidentalmente. Estabas en medio de la calle y no pude detenerme a tiempo. Te traje aquí porque estaba preocupado por ti -dijo con voz grave-. No podemos permitir que esto salga a la luz. La prensa no lo tomaría bien, y tú... tú fuiste la que cruzaste sin mirar.

María sintió una mezcla de alivio y pánico. -No quería causarte problemas. Lo siento -murmuró, sintiéndose culpable. En su mente, luchaba con la realidad de que el hombre que la había herido ahora era su única esperanza.

-Lo sé -respondió Andrew, suavizando ligeramente su tono-. Pero necesitamos manejar esto con cuidado. Te he llevado a una de mis propiedades, lejos de la ciudad. Aquí estarás a salvo.

A medida que las palabras de Andrew se asentaban en su mente, María comenzó a darse cuenta de la magnitud de su situación. No solo estaba lejos de su hogar, sino que ahora estaba atrapada en un mundo completamente ajeno. Pero, a pesar del miedo, había una chispa de esperanza.

¿Podría este hombre, que había sido su verdugo, convertirse en su salvador? A medida que Andrew hablaba, María sintió que la vida le ofrecía una segunda oportunidad. Pero, ¿a qué costo?

Mientras la conversación continuaba, María no podía evitar preguntarse qué sucedería después. Su vida había cambiado para siempre, y aunque la libertad parecía más cercana, también estaba llena de incertidumbres. El destino, una vez más, había tejido un hilo complejo entre sus vidas, y lo que parecía ser un accidente podría ser el comienzo de una nueva historia.

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