Login to ManoBook
icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon
Seducir al mafioso.

Seducir al mafioso.

B.Jeremy

5.0
calificaciones
66.1K
Vistas
42
Capítulo

Pertenecer a la mafia no es fácil, mantener tu lugar mucho menos, atrapar a uno de los lideres más grandes del bajo mundo... es casi imposible. Dasha Morozova solo queria su lugar en el mundo, al lado de quien amaba, sabia los riesgos, creció con ellos, y cuando al fin creyó conseguir a quien queria... la vida le demostró que no todo es un cuento de hadas, más cuando vives rodeada de enemigos, ahora el amor ya no es su prioridad, busca venganza, quiere recuperar lo que por ley es suyo y no le importa a que demonio deba tentar para ello. Lukyan Neizan, sabe que el legado de sus padres pesa sobre sus hombros, el don de ver destellos del futuro es su gran aliado cuando debe cuidar su espalda y destruir enemigos, pero... hay imprevistos que escapan incluso de su don, es así como el gran mafioso dueño de casi toda rusia y apodado la muerte blanca, despierta un día con la noticia de que tiene un hijo, del cual ni siquiera sabe quién es la madre. Dasha debe atrapar a un mafioso que la ayude en su venganza. Lukyan debe honrar las leyes de su clan y casarse solo con la madre de su hijo. La venganza es un plato que se sirve frio, y atrapar a un mafioso puede hacerte arder mucho antes de conseguir lo que quieres, pero eso Dasha... aun no lo sabe.

Capítulo 1 Condena.

El calor que se extendía por su cuerpo, era casi insoportable, cada lugar que su boca recorría era atacada por pequeñas corrientes que la hacían estremecer, y suspirar, aunque debía reconocer que lo que predominaba en aquel lugar eran gemidos, hermosos jadeos de placer que él le provocaba, no obstante estaba un poco aturdida por el alcohol, no podía evitar cuestionarse lo que estaba haciendo, si su padre se enterara... no, no queria pensar en ello, ya era demasiado tarde para arrepentirse, el alcohol en su sangre no era el culpable de sus actos, ella solo bebió un poco, lo mínimo que necesitaba

para al fin dar el gran paso... entregarse a quien amaba.

Sus manos recorrían su amplia espalda, mucho más musculosa de lo que pensó que seria, y su miembro... Dios, estaba segura de que la partiría a la mitad.

- Más...más lento por favor. - suplico en voz baja, no por vergüenza, sino porque su garganta estaba seca de tanto gemir.

- Hermosa virgen de cabello negro sabía que te encontraría aquí, mi bella noche. - era vergonzoso escucharlo hablar de esa manera, e incluso el cambio de tono en su voz, solo la hacía excitar aún más, llevándola al orgasmo en más de una ocasión.

Inclusive después de varios días, ella creyó sentir su aroma aun impregnado en su piel; pero lo que para Dasha fue la mejor noche de su vida, para Alek Neizan, pereció ser lo contrario.

El segundo al mando en el clan Neizan, dejo de regalarle sonrisas cada vez que acudía a la residencia Morozova, si bien era algo lógico que se mantuvieran alejados, más en presencia del señor Sergei Morozova, padre de Dasha y socio del clan Neizan, la joven no pudo evitar pensar ¿Qué había hecho mal? Ya que ahora en lugar de sonreír cada vez que la veía, Alek solo achicaba sus ojos y endurecía sus labios, como evitando decir algo, e incluso viéndola con un deje de desprecio, hasta que un día solo dejo de acudir, delegando los negocios que los Morozova tenían con los Neizan a otro empleado del clan.

- Señorita Morozova, aquí está la ecografía, recuerde tratar de alimentarse mejor, si bien el bebé está en perfecto estado, usted está muy delgada, eso podría traer problemas en el parto.

Solo asintió a los dichos del doctor que atendía su embarazo y el responsable de que al fin saliera de la nebulosa de recuerdos que tenía en su mente y su corazón.

¿Cuándo comenzó a caer ante las miradas furtivas de Alek Neizan? No lo recordaba, solo sabía que había aguardado por él, ese amor platónico que dejo de ser solo un sueño apenas cumplió 18 años, como una niebla se acercó a ella y como una niebla la cubrió, envolvió su ser y corazón con palabras bellas y promesas de amor.

- No sé si creer en ti, eres un mafioso. - dijo una tarde entre las rosas del jardín, lejos de la vista de su padre Sergei.

- Soy un Neizan, Dasha, mi palabra vale más que mi vida, y te doy mi palabra de que tú serás mi esposa, solo debes esperar por mí.

- ¿Esperar aún más? - se quejó aun sin quererlo y solo consiguió que Alek supiera por su boca que desde hacía mucho tiempo que ella se guardaba solo para él.

- Entonces tú también me deseas. - aseguro con una sonrisa que la ponía a temblar, era inútil negar lo que ambos sabían, ella lo amaba.

- Como no lo imaginas. - susurro rendida y sus mejillas se cubrieron de rosa.

- Solo espera un poco más, el jefe vio que pronto será abuelo. - las palabras de Alek la hicieron fruncir las cejas, sin lograr comprender que tenía que ver una cosa con otra.

- No comprendo que tiene que ver que la muerte blanca sea padre. - dijo lo que pensaba, sabía que el próximo líder del clan poseía un nombre, pero pocos lo conocían, siempre se lo nombraba joven Neizan o la muerte blanca, solo sus más allegados lo llamaban por su nombre.

- Tiene que ver, porque nuestro clan poseer leyes, prometo explicarte cada una de ellas cuando seas mi esposa, por ahora solo debes saber que hasta que el próximo líder no sea padre, nadie de la familia Neizan puede procrear.

- Pero podemos casarnos... - apelo a la lógica, pero fue interrumpida por una sonrisa coqueta del castaño.

- ¿Es que no lo entiendes? - cuestiono a un centímetro de sus gruesos labios. - El día que seas mi esposa, tomare tu corazón, tu alma, tu cuerpo y el fruto de este. - fue como un juramento que el castaño sello con un beso.

Pero solo fueron palabras, pues menos de una semana había pasado, cuando la cito en aquel casino hotel, tomo su virginidad, algo que lo hizo amarlo aún más, no el hecho de que poseyera su cuerpo, sino cada cosa que hizo, la habitación en penumbras, los pétalos que la guiaban a una gran cama, la delicadeza al desvestirla, aunque luego todo aquello se desvaneció cuando al fin se hundió en ella, pero debía reconocer que fue lo mejor, hasta que la mañana siguiente despertó sola y luego vino todo lo demás, el cambio del castaño con ella, su nula comunicación y el estrés estaba causando estragos en la joven de 18 años, pues cada día se le hacía más difícil ocultar su embarazo, si solo fuera ella y su padre, quizás tendría una oportunidad, pero con su madrastra y su veneno, era vivir en el infierno o mejor dicho, caminar sobre una cuerda floja, de la cual caería ante el mínimo paso mal dado.

Salió del hospital y quedo de pie, bajo uno de los árboles, tenía calor, el verano estaba comenzado y ya no sabría que escusa daría cuando su padre le preguntara porque usaba esos amplios suéter con las altas temperaturas que azotaban a Rusia gracias al cambio climático, solo le quedaba rezar por dos cosas, primero que Alek asistiera a su cita, no era algo que se pudiera tratar por mensaje de texto, pero ante el rechazo de sus llamadas, Dasha opto por contarle las consecuencias de aquella maravillosa noche de hace 7 meses atrás y esperar a que el castaño fuera por ella al hospital, y la segunda cosa por la que pediría... era que su hermanastra regresara de su viaje de estudio, uno que se había extendido más de la cuenta, Harum, era la única amiga y aliada que tenía en su entorno más cercano y necesitaba de ella y sus consejos.

- Dasha. - pego un brinco del mismo susto, como aquella noche donde entrego su virginidad, la voz de Alek era distinta, aunque ahora era acerada y no cálida.

- Alek, si viniste. - susurro con una sonrisa, aunque le dolió ver el rostro serio y quizás molesto del castaño.

- ¿Cómo no hacerlo, cuando escribes tal estupidez? - sus ojos, esos que siempre la vieron con amor, ahora la observaban con desprecio.

- ¿Estupidez? Estoy embarazada de ti...

- No. - para la niebla, no fue necesario gritar, solo dio un paso al frente, y sus ojos carente de vida se encargaron del resto, asustar a Dasha hasta hacerla retroceder. - No vuelvas a decir eso. - el castaño suspiro con cansancio y solo por un segundo la vio como antes, cuando le prometía el cielo y las estrellas, pero solo fue un segundo. - Mira Dasha... yo... no sé qué paso esa noche...

- ¿Cómo que no lo sabes? ¿Cómo puedes negar eso? Salimos juntos del hotel... - la joven apretó sus puños, mientras sus lágrimas comenzaban a acumularse en sus celestes ojos. - Sé que tienes miedo de ser padre antes que la muerte blanca, pero...

- Si ese niño fuera mío, no me importaría enfrentarme a mi primo o incluso dejar el clan, pero no lo es Dasha. - el cuerpo de la joven comenzó a temblar, no tenía frio, tampoco era ira, lo que la hacía temblar como una hoja a punto de caer era el miedo, porque en los ojos de Alek veía honestidad y dolor.

- ¿Qué? - susurro incapaz de querer comprender nada.

- Yo no estaba en Rusia esa noche... no sé qué paso, solo sé que enviaron un mensaje de que fuera por ti a ese lugar y cuando te vi... cuando me agradeciste por esa noche tan especial. - Alek apretaba sus puños, sus nudillos blancos dejaban en claro que se sentía en el mismo infierno. - No tuve corazón para decirte que dormiste con un hombre que no era yo. - Dasha estaba sin palabras, solo podía negar con la cabeza, al tiempo que sus lágrimas caían y trataba de recordar algo, un indicio que le haga comprender lo que Alek decía, pero solo logro recordar que no vio su rostro, solo una silueta, y que escucho una voz que ella creyó que estaba distorsionada por el placer y que ahora comprendía que en realidad esa no era la voz de Alek.

- No puede ser.

- Lo es Dasha y lo lamento, yo no puedo ayudarte.

- Pero... - las palabras de Alek se mezclaban en su mente, acorralándola a un precipicio del cual caería cuando su padre supiera la verdad.

- Mejor regresa a tu casa y habla con Harum, ella es buena y te ayudara, yo no puedo hacer nada por ti. - el castaño giro sobre sus talones y Dasha sujeto su brazo, un último arrebato de valentía.

- ¿Ese era el amor que me jurabas? No es tuyo, pero es mío, ¿acaso mi padre no ama a Harum como suya? Tú puedes...

- El clan Neizan tiene reglas... y tú ya no aplicas a ellas, ya no eres pura.

Dasha libero el brazo de Alek, como si el joven mafioso de 25 años fuera lava, como si con aquella frase le hubiera arrancado el corazón, pero, aun así, ella continuara viviendo, condenándola a seguir sufriendo.

En silencio lo observo alejarse, y en silencio llevo sus ojos al cielo, ¿Cómo fue tan estúpida? ¿Cómo no pudo reconocer al hombre que durante años había observado en silencio? ¿Qué haría ahora? Su mano aun temblaba cuando la llevo sobre su vientre y como si recibiera una señal divina, su bebé se movió; ella lo había dicho, no era de Alek, pero era suyo, no cargaba rencor contra ese ser, no fue concedido a la fuerza, solo fue su error, la vergüenza de entregarse a alguien por primera vez, fue lo que la llevo a dejar la habitación en penumbras, y un desconocido que solo ayudo en su condena, pero si debía ser franca, era una dulce condena, pudiera ser que perdiera todo, su padre la expulsaría del clan Morozova, pero aun así, ella ya no estaría sola.

Seguir leyendo

Otros libros de B.Jeremy

Ver más
Tú... Mi Ángel.

Tú... Mi Ángel.

Romance

4.8

Stefano Zabet-Ángel lleva 5 años buscando a Macarena, su novia de universidad, la cual perdió por no poder manejar sus brotes de ira, fue el primer hombre en su cama y está seguro de que ella estaba embarazada cuando desapareció. Hoy con 23 años no descansara hasta recuperar lo que considera que es suyo. Hades Ángel-Olid tenía 25 años cuando encontró el amor en un aeropuerto, Macarena de 18 años lo enamoro día a día sin darse cuenta, mucho menos pretender aquello, mientras él solo quería ayudarla para calmar su conciencia por un trabajo que salió mal, estuvo a su lado por dos años, la acompaño durante su embarazo y vio crecer a una hermosa niña, Alma, pero no podía seguir huyendo de lo que era, Hades guarda un secreto que la latina desconoce y es que él es el gran asesino conocido como el Ángel de la muerte, la noche que al fin la hizo suya, fue la misma noche que la abandono. Pero regresara dos años después para decirle la verdad y recuperar su amor. Mateo Zabet-Ángel lleva tres años enamorado de la empleada de los recados de su empresa y a pesar de hacer todo lo posible por acercarse a ella, la latina lo evita, como si fuera el mismo demonio, hasta que un día al fin la tiene a su merced, aprovechándose de su desesperación ve la oportunidad para enamorarla o por lo menos obligarla a estar con él. Stefano es hermano de Mateo y ambos son primos de Hades, ¿qué sucederá cuando descubran que comparten más que el apellido ÁNGEL? ¿Qué hará Macarena cuando comprenda que a los tres hombres que se entregó en cuerpo y alma comparten la misma sangre?

Quizás también le guste

Nunca digas nunca

Nunca digas nunca

Romance

5.0

Sólo hace falta un segundo para que el mundo de una persona se derrumbe. Este fue el caso de Hannah. Durante cuatro años le entregó todo su amor a su marido, pero un día él le dijo fríamente: "Divorciémonos". Hasta ahora se dio cuenta de que todos sus esfuerzos de los últimos años fueron en vano. Su marido no la amó. Mientras ella procesaba la noticia, la voz indiferente continuó: "Deja de fingir que estás sorprendida. Nunca dije que te amaba. Mi corazón siempre ha pertenecido a Eliana. Sólo me casé contigo para apaciguar a mis padres". El corazón de Hannah se rompió en un millón de pedazos cuando firmó los papeles del divorcio, marcando el final de su reinado como esposa devota. La mujer fuerte que tenía dentro rápidamente se manifestó. En ese momento, juró no volver a depender de un hombre nunca más. Su aura era extraordinaria cuando se embarcó en el viaje por encontrarse a sí misma y dominar su propio destino. Cuando regresó, había madurado mucho y era completamente diferente de la esposa dócil que todos conocieron. "¿Qué estás haciendo aquí, Hannah? ¿Es tu truco para llamar mi atención?", preguntó su arrogante exmarido. Antes de que pudiera responder, un CEO autoritario apareció de la nada y la tomó en sus brazos. Él le sonrió y, en tono de amenaza, dijo: "Sólo para advertirle, señor, ella es mi amada esposa. ¡Aléjese de ella!". El exmarido no podía creer lo que oía. Él pensó que ningún hombre se casaría jamás con Hannah, pero ella le demostró que estaba equivocado. Pensó que ella nunca lograría nada. No sabía que habría aún más sorpresas por venir...

Poséeme

Poséeme

Romance

4.9

Santino Rivas, es un exitoso abogado de 35 años que no ha perdido un sólo caso en toda su carrera. Se caracteriza por ser un hombre vanidoso, frívolo, narcisista, y por sobre todo alexitimico, es decir, que es una persona incapaz de sentir cualquier emoción que esté relacionada con el amor, impidiéndole demostrar nada que tenga que ver con ese sentimiento, motivo por el jamás se le ha conocido una pareja y esto lo ha llevado a ser el soltero más codiciado en el mundo de las leyes. Abril Evans, es una joven de 21 años quien al fallecer sus padres y quedarse a cargo de su hermana, que necesita una operación para volver a caminar, se ve obligada a dejar sus estudios y trabajar duro para poder juntar la cantidad de dinero que necesita. Con una personalidad totalmente opuesta a lo que es él, termina siendo completamente seducida y arrastrada a su mundo lujurioso donde deberá arrodillarse a los deseos de un hombre que se cree el amo supremo de su vida y de su cuerpo y quien para obtener de ella lo que desea, le ofrecerá un acuerdo al cual, aunque quisiera, no se podrá negar. Pagar la operación y el tratamiento completo de su hermana. Pero no todo es tan sencillo como parece, porque este contrato tiene tres reglas fundamentales que bajo ningún concepto ella debe infringir. 1 - Discreción: nada de lo que suceda en la intimidad de ambos debe filtrarse. 2 - Exclusividad: no puede estar con ningún otro hombre a no ser que él lo autorice. 3 - Cero Sentimentalismo: tiene prohibido enamorarse. ¿Aceptará Abril arrodillarse a los placeres sexuales, poco comunes, de Santino Rivas a cambio del dinero? y aun así ¿Podrán ser capaces de no quebrantar ninguna de esas clausulas? YA PODES ADQUIRIR TU LIBRO POR LA PÁGINA DE ÁMAZON.

Capítulo
Leer ahora
Descargar libro
Seducir al mafioso.
1

Capítulo 1 Condena.

19/09/2023

2

Capítulo 2 Visiones.

19/09/2023

3

Capítulo 3 Mentiras y verdades.

19/09/2023

4

Capítulo 4 Odio.

19/09/2023

5

Capítulo 5 Muéstrame.

19/09/2023

6

Capítulo 6 Ella.

19/09/2023

7

Capítulo 7 Celebremos.

19/09/2023

8

Capítulo 8 Humanidad.

19/09/2023

9

Capítulo 9 Tal vez.

19/09/2023

10

Capítulo 10 Hermosa noche fria.

19/09/2023

11

Capítulo 11 Llanto

19/09/2023

12

Capítulo 12 Amores que matan.

19/09/2023

13

Capítulo 13 Idiota.

19/09/2023

14

Capítulo 14 Imposible.

19/09/2023

15

Capítulo 15 Paciencia.

19/09/2023

16

Capítulo 16 Genes.

19/09/2023

17

Capítulo 17 Solo un poco más.

19/09/2023

18

Capítulo 18 La cena.

19/09/2023

19

Capítulo 19 Larga noche.

19/09/2023

20

Capítulo 20 ¿Fin de la noche

19/09/2023

21

Capítulo 21 Brincos.

19/09/2023

22

Capítulo 22 Morozova.

19/09/2023

23

Capítulo 23 No es la primera vez.

19/09/2023

24

Capítulo 24 Vergüenza.

19/09/2023

25

Capítulo 25 El aleteo de una mariposa.

19/09/2023

26

Capítulo 26 La boda.

19/09/2023

27

Capítulo 27 Nueva familia.

19/09/2023

28

Capítulo 28 Noche de bodas.

19/09/2023

29

Capítulo 29 Primer día.

19/09/2023

30

Capítulo 30 Hijos.

19/09/2023

31

Capítulo 31 Soy su padre.

19/09/2023

32

Capítulo 32 Ser responsable.

19/09/2023

33

Capítulo 33 Vivir cuesta vida.

19/09/2023

34

Capítulo 34 La verdad, los hará libres.

19/09/2023

35

Capítulo 35 La verdad los condenara.

19/09/2023

36

Capítulo 36 Cazadora.

19/09/2023

37

Capítulo 37 Por favor.

19/09/2023

38

Capítulo 38 El principió del fin.

19/09/2023

39

Capítulo 39 Fue bueno mientras duro.

19/09/2023

40

Capítulo 40 Muchas formas de morir.

19/09/2023