Cuantas han sobrevivido al miedo de cambiar su vida por seguir el instinto, seguir la lujuria, seguir el corazón, aquí una historia de la vida real, como la mía, la tuya la de cualquiera.
En épocas de mi juventud, creía ser una persona elocuente, respetada, con ambiciones como todo ser humano, era además deportista, me encantaban los retos, fue cuando a mis 19 años empece a jugar fútbol, era sin duda alguna la mejor de mi equipo, orgullo de mi zona, de mis padres entre otro, habían diversidades de chicas en el equipo, de todas las edades, allí empezó a cambiar mi vida! Cuando la vi llegar, era una señora atlética, talentosa,muy admirada por el círculo deportivo llamada Eloisa, caí al igual que ellos perpleja al ver como se desenvolvía, como con su edad de 42 años, podía hacer cosas como una chica de 18,sentía profunda admiración, lo que no sabía es que más adelante esa admiración se convertiría en un gran e inmenso romance.
Cuando decían su nombre me enorgullecía ser pare de su equipo, al igual que yo, ella estaba impactada por mi juventud y dotes futbolistas, una tarde al haber conquistado el primer lugar del campeonato, llegó la celebración ... Allí fue cuando empezó a cambiar mi vida! éramos un grupo grande donde bailábamos, reíamos, disfrutábamos la victoria, habían bebidas, música en fin la noche perfecta, poco a poco se fueron retirando gran parte del equipo, luego en la madrugada bajo el efecto del alcohol, paso lo inevitable, habían varias personas por lo tanto no todos tenían cama para dormir, a mí me toco el sofá grande y retirado de la sala, estaba tendida en el cuando de repente... sentí alguien sobre mí, era ella la mujer que tanto admiraba, susurrándome que estaba perdidamente impactada conmigo, pregunte que tienes? Que te pasa?, ella me miro y empezó a besarme, mientras lo hacía solo pensaba, que esto?, que estoy haciendo?, no soy así!!!, pero luego dije ...ey quita los frenos por un segundo y ve que se siente besar a otra chica, me deje llevar, luego de los besos empezó el intento de sexo, wao le dije hasta ahí no llego yo, déjame en paz lo siento, no puedo, ella insistía y le amenace diciendo que gritaría, seguía insistiendo y la arroje al piso, se alejó pidiéndome perdón una y otra vez, fueron muchas disculpas, pero ya era tarde para las dos