En una noche fría y oscura de la ciudad x en la habitación de una humilde vivienda se encontraba María dando a luz a una hermosa niña con cabellos de oro y unos ojos azules como el inmenso mar, en eso llega Leonardo el esposo, emocionado a conocer a su princesa pero se encuentra con la mala noticia de que su esposa había muerto dando a luz. En un mar de lágrimas se despide de su amada esposa en un hermoso funeral en el que todo el pueblo se despidió de María. Señor Leonardo ahora que va a pasar con la niña como se llamará, su nombre será Elizabeth ese fue el nombre que eligió mi amada esposa y voy a criar a mi niña con mucho amor, señor Leonardo yo estoy dispuesta ayudar a cuidar a la pequeña Elizabeth, muchas gracias Carmen. Pasado 17 años de la muerte de María la pequeña Elizabeth se convirtió en una hermosa niña, a pocas semanas de cumplir su mayoría de edad el papá llega a casa con una noticia que sería el inicio de su sufrimiento.
Elizabeth esperaba con ansias a su padre que se iba por semanas a trabajar fuera de casa en las minas.
Carmen: mi niña que haces
Elizabeth: tía Carmen estoy vigilando para ir al encuentro de mi papá
Carmen: lo extrañas demasiado verdad mi niña
Elizabeth: si tía Carmen
En eso Elizabeth ve llegar a su papá y corre a su encuentro.
Elizabeth: papá llegaste
Leonardo: hija que lindo volver a verte.
Entran a casa y saluda a Carmen
Leonardo: hija tengo que hablar
Elizabeth: más tarde papá ve a lavarte la manos y el rostro para que nos sentemos a la mesa.
Leonardo nervioso de lo q pensará su hija al darle la noticia, terminan de comer y se sientan en la sala a charlar.
Leonardo: hija tengo que contarte algo y no puede esperar
Elizabeth: papá que sucede te siento un poco nervioso
Leonardo: hija mía tu madre murió hace 17 años y todo este tiempo le he guardado luto y me he dedicado a cuidar de ti con la ayuda de Carmen.
Nervioso Leonardo por la reacción de su hija le dice
Leonardo: hija voy a casarme
Elizabeth: papá felicidades
Leonardo se queda boquiabierto al ver la reacción de su hija
Leonardo: hija me lo dices enserio
Elizabeth: si papá, estoy muy agradecida porque te dedicaste a cuidar de mi y se de que como hombre tu tienes el derecho de enamorarte y ser feliz
Leonardo: hija me sorprende tu madurez, en qué momento creciste tanto
Carmen: felicidades señor Leonardo
Leonardo: gracias Carmen me encanta sentirme apoyado por ustedes y estoy muy feliz por esta nueva vida que nos espera.