Login to ManoBook
icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon
HOMBRE LOBO COLOMBIANO

HOMBRE LOBO COLOMBIANO

Jarrisson Galeano

5.0
calificaciones
685
Vistas
27
Capítulo

Alberto es el heredero de una mafia colombiana que es controlada por hombres lobo, donde el padre alfa quiere que su hijo se case con la una hija de un jefe de otra manada para expandir sus dominios, pero él se enamora de Mariana, una humana de clase pobre, tímida e inocente, quien resultara en medio de las luchas de las mafias y de su suegro que no soporta la idea de tenerla en la familia además de que se convierte en la obsesión del hijo del mayor enemigo del clan de los lobos, quien intentara tenerla a toda costa.

Capítulo 1 NO PUEDE SER MI LUNA, ES UNA HUMANA

—Alberto, entiende que lo nuestro no puede ser.

—Mariana, lo entiendo, pero no lo acepto, yo te amo y no me importa nada más.

—es muy romántico, pero que está muy alejado de la realidad, no solo es el hecho de que eres un hombre lobo, es todo lo demás.

—te juro que voy a encontrar solución a todos esos inconvenientes, no sé cómo, pero lo haré, solo sé que no puedo vivir sin tus hermosos ojos verdes, tu cabello dorado y ese hermoso aroma que hueles.

—eso es otra cosa, a mí también me encanta tu porte elegante, tus ojos color miel donde me pierdo, tu peinado que nunca se arruina, ese cabello negro, tu barba en candado que me apresa, tu corpulencia, me hace sentir protegida, sumado a tus modales y atenciones, fue imposible que no me enamorará de ti.

— ¿entonces porque no me aceptas?, vámonos juntos a vivir a una isla privada, alejémonos de todo, en ese lugar estaremos solo los dos, donde nos entregaremos de lleno al amor.

—Alberto, sabes que tus enemigos no nos dejaran en paz ni siquiera en el último rincón del planeta.

—pues mi amada Mariana, nos iremos a otro mundo, donde logremos ser felices para siempre,

—no, mi adorado Alberto, ya tomé la decisión, no quiero seguir pasando por todo lo que me ha tocado, es un milagro que este viva, después de tantos infortunios, es que saque la conclusión de que es muy peligroso ser la esposa de un mafioso y aún peor de un hombre lobo mafioso.

—te lo repito, haré lo que sea y eso incluye dejar la mafia, sin importar que sea expulsado de la manada, eres mi luna, el amor de mi vida.

—Alberto, por favor reacciona, tu padre es el alfa, él nunca nos dejará estar juntos, recuerda cómo se opuso cuando se enteró de que yo era una humana y peor una pobre. Por favor déjame en paz,

—no, recuerda lo que te prometí el día en que nos conocimos, por favor recuérdalo.

—eso hace mucho recuerdo que ese día estábamos en una situación parecida a esta, yo estaba siendo perseguida por un ejército de jaguares y cuando me tenían acorralada, tú apareciste como caído del cielo salvándome como un superhéroe. Los sucesos de ese día me hicieron cuestionar en todo lo que yo creía que era la realidad, no solo por tu transformación, sino por la de ellos, aparte que no me pasaba por la cabeza que las mafias eran controladas por seres sobrenaturales.

—es que nuestras habilidades nos dan ventaja frente las calamidades de esta profesión tan peligrosa. A propósito, nos tienen rodeados, son veintidós, los puedo oler, tendré que pelear mientras que escapas.

—nada de eso, señor, ya no soy esa muchacha asustadiza, aprendí a luchar y a afrontar mis miedos, lucharé a tu lado, nunca más volveré a ser la damisela en apuros que necesita de su príncipe para ser salvada. Considere que escondernos en este edificio abandonado, no era una buena idea.

—entonces Mariana querida, ¿por qué accediste a esconderte conmigo?

—porque necesitaba hablar contigo, también quería colocar mis ideas en orden y descansar un poco, llevamos huyendo toda la noche.

—en cuanto a que escapes, no lo digo por qué me dé miedo que no puedas defenderte, es que temo que yo pierda el control y pueda hacerte algún daño.

—Alberto no puedo escapar sabiendo que te pueden causar daño, o te maten.

—tranquila, he tenido peleas más duras, desde que llegué a este país huyendo de los cazadores europeos, tuve que enfrentarme a muchos enemigos, en especial cuando mi padre acepto ser el chofer de ese narco y luego lo reemplazo cuando sus enemigos lo eliminaron, se hizo jefe de esa organización y reunió a varios hombres lobo sin manada, quienes lo eligieron como el alfa, por esto siempre fui un blanco de bravucones que querían hacer sufrir a mi padre por medio de hacerme daño.

Justo en ese momento unos hombres vestidos con ruanas de lana entraron al cuarto donde se encontraban escondidos detrás de una pared y uno de ellos les grito:

— ¡quietos!, entréguense, les prometo que les respetaremos sus vidas, no se escondan, podemos oler su miedo.

—no les tenemos miedo, solo queríamos traerlos a este sitio, ustedes si tienen razones para temer, aún pueden huir, antes de que se arrepientan. —Alberto, salió del escondite, sacando pecho y mirándolos con desprecio y altivez.

—no te creas el invencible, pedazo de can, ustedes son solo dos, en cambio, nosotros somos varios, no tienen oportunidad. —le contesto uno de sus perseguidores mostrándole una mano que se transformó en una garra amarillenta y detrás de este aparecieron más hombres.

—puede que nos superen en número, pero nosotros somos más poderosos. —Alberto se hinchó aumentado su tamaño, le broto pelo gris por todo su cuerpo destruyendo su ropaje, su mandíbula se estiró, sus orejas se volvieron puntiagudas, sus dientes se alargaron como colmillos, sus ojos miel ahora parecían lanzar chispas y sus manos eran unas poderosas garras.

—claro lobato, sabemos que eres fuerte, aunque no tanto para pelear contra todos nosotros y a la vez proteger a esa chica humana, ya veremos que no aguantaras mucho. —el hombre se quitó la ruana lanzándola por el aire y se transformó en un jaguar que rugía mostrando sus poderosos colmillos.

—si es verdad, ya son muchas palabras, vamos a la acción, recuerden que tenemos que llevar viva a la mujer, fue lo que nos encargó el chamán y por este perro no tenemos que cohibirnos, vamos a darle con todas nuestras fuerzas. —también se transformó otro, rugiendo y fue seguido por los demás que se abalanzaban contra Alberto, quien los golpeaba con sus garras a manera de bate de baseball, aunque un logro esquivar su defensa y consiguió morderle el cuello, donde quedo prensado como un gancho de tendedero.

—suéltale el cuello, bestia repugnante, largo de aquí gatos superdesarrollados. —grito Mariana, golpeando con una patada voladora al jaguar que mordía del cuello al lobo, consiguiendo que lo soltara y se estrellara contra el piso donde fue rematado por un pisotón de Alberto.

—compañeros, el chamán nos ordenó llevarla con vida, eso no implica que tenemos que llevarla intacta. —rugió uno de los hombres jaguares, que se lanzó a atacarla, pero fue bloqueado por Alberto, quien por defenderla descuido su guardia y sus atacantes le mordieron las patas y la cola, haciéndolo perder el equilibrio.

— ¡déjenlo quieto!. —exclamo Mariana, al contemplar como varios de esos pequeños tigres estaban encima de su amado, desesperada los tacleo apartando a unos, los suficientes para que Alberto se pudiera reincorporar,

—gracias mi amor, solo nos queda una opción, tenemos que correr. —Alberto rugió atacando a los jaguares más cercanos.

—no amor, no tenemos opciones, solo nos quedan las medidas desesperadas. —ella sacó un encendedor de su bolsillo, se subió sobre los hombros de su hombre lobo y lo prendió debajo de un sensor del sistema contra incendios, que provoco que los aspersores se activaran llenando de agua el lugar, provocando desorientación en los jaguares.

—Agárrate fuerte mi amor. —le dijo Alberto a Mariana, mientras esta se aferró a su espalda, él corrió en cuatro patas esquivando a las otras fieras y salto por una vieja ventana que daba a la calle principal, la caída de seis pisos no les afecto por la resistencia corporal del enorme lobo, quien al caer siguió emprendiendo la huida.

—amor, por favor espera, para un momento, por favor Alberto.

—desde luego amor, me parece que ya estamos a salvo, ¿Qué te paso?, ¿déjame ver esa herida?

—Alberto, no es una simple herida, es una mordida, sabes lo que significa.

—tranquila encontraremos la manera de solucionarlo, sabes que siempre lo consigo.

—no amado mío, este es el fin, sabes que, si está mordida, no me mata, me transformaré en una de ellos y eso será una poderosa razón para que tu padre nos impida estar juntos, ahora nuestra relación se ha vuelto más imposible.

—tal vez puede haber una solución, escuche de una sacerdotisa que tiene el poder de curar las maldiciones y a los híbridos,

—de nuevo te aferras a una esperanza, a un rumor, debes de afrontar la realidad, deja de pensar en quimeras, abandona tu ingenuidad y lo más importante abandóname, olvídame.

—eso no lo puedo hacer Mariana de mi corazón, porque yo te amo con todo mi ser.

Seguir leyendo

Quizás también le guste

Otros libros de Jarrisson Galeano

Ver más
Capítulo
Leer ahora
Descargar libro