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La cortina de cristal

Capítulo 2 Cap. 2: Encantos

Palabras:3680    |    Actualizado en: 14/04/2022

iendo con dulzura al enorme perro mestizo, que estaba sentado y expectante junto a mi silla. Tendí una mano para acariciarle las o

arse civilizadamente el uno con el otro cuando Clare estaba delante, pero su relación acababa ahí—. O puede que su estómago sea un barril sin fondo. Es el perro más

evolencia. Sus ojos

bien de ti c

sonrió fugazmente enseñando los dientes—. Solo me tolera porque no quiere ofenderte. Seguramente

n, él solito, no creo que pued

e fuera tonto. Solo q

se que sea simpático. Claro que, a mí nunca

<< no estaría aquí contigo, en mi

mpático no era. Se podría compararse con Hunter, fu

número de inflexibles arrugas. Su pelo, casi negro, estaba entreverado de gris en las sienes. Aquello habría podido darle un aire distinguido de haber tenido esos rasgos agradables y regulares de los empr

e vestido con vaqueros, camisas de algodón descoloridas y zapatillas de deport

tó Michael despreocupadamente, sirviénd

ordando—. Nos miramos el uno al otro, y

ra que eras pan comido. Para empezar, sospecho que seguramente

y Hunter se recostó pesadamente contra su pierna. Sus ojos

ra. Porque, ¿qué demonios es, si puede

dijo que parecía una mezcla de

de conocerte, se ganab

zmente, y luego intentó disimu

nto. Su curiosidad respecto a Michael crecía de día en día. Se sentía profundamente atr

da a controlar su

tiempo. Y después trabajé sobre todo en la cons

era una de las pocas que se había molestado en contes

res má

endas, pero ¿solo sabes hacer verduras salteadas y arro

e so

he tenido tiempo de aprender a cocinar de verdad. Además, m

bién me gusten las verduras. —Michael r

no es el único co

con la boca llena de arroz—.

subir a lo alto

S

fascina ese

vista es increíble. El agua capta los rayos del so

se est

título del libro q

os párpados, escudriñaron el rostro de Clare mie

a distancia desde que lo conoció en la oficina de envíos del pueblo, unas semanas antes. Había percibido algo turbador y peligroso

no lograba conocer. El sentido común la aconsejaba que cortara por lo sano aquella relación antes de quedar atrapada, pero Clare se sentía incapaz d

omo si percibiendo el rumbo que habían to

dazo de la mejor carne—. Desayuné, redacté unos cuantos currículos y cartas para mandarlos a las agencias de

ticas, ¿no? ¿Se puede saber por qué elegiste este

lla misma se había hecho aqu

lugar tranquilo. Un día estaba mirando un mapa, vi la Colonia To

caminos del destino son inescrutables. Pero no es precisamente halagüeño para mí que estés tar

ndole otro bocado a

na vez —dijo sinceramente

encogió d

antes habías leíd

e tu libro, por fin sé por qué he tenido el buen sentido de evitar el género de terror t

o por ello —contestó él suavemente—.

runció

sas? ¿No te molesta? ¿No te as

ogran asustarme, sé que

abeza notando una

z lograré entender del to

vino. Bajo los párpados entrecerrados, su mirada era aguda e inquisitiva—. ¿Es esa la razón de que estemos jugando a e

e puso alerta y miró a Michael con ojos acusadore

siempre le había servido en el mundo de los negocios—. Pensaba que nos estábamo

on lo justo para enseñar sus dientes. Mich

jaré que te me escapes. Sabes perfectamente que estás haciendo todo lo posible por mantene

fijamente, cada

ndo a cenar varias veces por semana solo porque estabas inquieto y aburrido? ¿Cre

a miró la

idadosamente—, a mí la Colonia Tovar nunca

iendo una intensidad sa

vuelto después de casi

ia delante y dobló los

a la casa de tía Jesse, y necesitaba un lugar tranquilo para terminar F

ncida de que

dió la cabez

to, Clare: no tengo intención de dejar que me mo

nes importantes respecto a mi carrera. Sin duda, será mejor que me concentre en ello en vez de en ti. Dejémoslo así. Los dos cometimos un error.

oniéndose en pie de un salto, se interpuso en el c

abrió las manos sobre su pech

áspero y feroz mientras Clare p

—ordenó Michael, su cara a po

hacerlo? Solo in

gerte. Tú puedes cuidarte

lícitas de Michael y del perro, que parecían viciar el

za—. Buen chico. Échate, Hunter. N

a su ama entre los brazos de Michael. Lu

as oído a tu ama. Ve a echa

a de mala gana y se dirigió a un rincón de la habitación. A

nervioso —dijo el

lena leonina de su atadura—. Hacía mucho tiempo que quería hacer esto —añadió complacido cuando el cabello de

ndo un mes entero por fin la había acorralado. Tras postergar tanto tiempo lo inevita

gruñido cuando Clare alzó lo

. ¿Por qué demonios has sido tan testaruda y esquiva todas est

si extraterrestre y, al mismo tiempo, lo más natural del mundo. Era como si Michael fuera una nueva y extraña forma de vida masculina qu

, extraño y perturbador. Michael era tan exigente como ella sospechaba, pero descub

ella. Michael la deseaba, no era ningún secreto. Algo brotó dentro de ella, y aquel apasionado beso am

edos le rozaba de pasada la prominencia de los pechos, y un sofoco sensual, se apoderó de ella. Cuando él la agarró de las nalgas y la apretó con fuerza contra su cuerpo fib

u pelo. El deseo hacía que le temblaran las manos—. Apasionado, dulce y á

chael,

indecisa—. La primera vez será rápida, dura, salvaje. Pero después nos tomaremos todo el tiempo del mundo. Pero no la primera vez. E

enturbiaba su mente. Experimentaba una extraña sensación de disolución, como si partes importantes de su ser estuvieran girando salvaje e incontroladamente. Se p

pitió, esta vez con mayor firmeza—. Ahora no. Esta noche no.

e y con las palmas de las manos cu

de

es suf

bién me

iciente. Por favor

e lucidez que, si no lo hacía, ella se vería arrastrada de nuevo al borde del a

no. Había demasiadas cosas que no sabía

mente, pasándose una mano por el pelo negro. Se detuvo frente a la ventana de la casita y m

hombros dejaba traslucir su irritación—. ¿A qué viene este constant

erró lo

o. ¿A qué viene esa rabieta porque no quiera enrollarme contigo, como dicen los chicos? Tienes cuarenta años, Michael

grises parecían iluminados por un

mente—. Supongo que he ma

tiendo que se le encogía el corazón. No q

el uno al otro sin ofrecerse un modo amable

ente, sin poder evitarlo—. ¿Qué echemos un

un poco de cerebro busca un rol

re—. Y bien, ento

s traseros del pantalón y empezó a pasearse por la pe

pocos días? ¿Varias semanas

una mirada c

s santos, mientras los dos estemos a gusto. Maldita sea, ¿quién demonios puede c

zó los dedos

uave tono de disculpa—. Me gustan las respue

es que analizarlo todo hasta la saciedad? ¿Obtener todas las respuestas

amente, sintiendo que la f

aquí,

e por la habitació

ásperamente—. Eso e

ora quiero que te ma

sarse los dedo

o de decir, ¿de acuerdo?

. Ahora vete antes de que

nte, se puso en pie y mi

lanzó al animal una mirada desdeñosa y luego se ac

, in

miró con rabia contenida y con algo más; algo qu

lzó la

isculparte? Estoy segura d

éeme, me arrepiento sinceramente de cada pala

có a la puert

ra, por fa

ra. Quiero h

os nada q

mente hacia la

arrepentirás de e

con aspereza—. Yo no teng

el pasó a su lado y

el motor del Jeep negro de Michael despertó rugiendo. Clare lo oyó

oso consuelo. Clare acarició su pelaje con mano temblorosa—. A veces me asusta, Hunter. Pero también me fascina. No logro sacudirme la sensación de que lo conozco de otro lugar, o de otra

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1 Capítulo 1 Cap. 1: A mi regreso2 Capítulo 2 Cap. 2: Encantos3 Capítulo 3 Cap. 3: Encontrando el pasado4 Capítulo 4 Cap. 4: Disculpas5 Capítulo 5 Cap. 5: Pétalos de pasión6 Capítulo 6 Cap. 6: El ocaso7 Capítulo 7 Cap. 7: Sorpresa8 Capítulo 8 Cap. 8: La Cena9 Capítulo 9 Cap. 9: Decisiones10 Capítulo 10 Cap. 10: La cascada de la Prisionera11 Capítulo 11 :Seduciendo al ocaso I12 Capítulo 12 Seduciendo al ocaso II13 Capítulo 13 : Sucesos del pasado14 Capítulo 14 : Elizabeth Velutini15 Capítulo 15 : La sombra16 Capítulo 16 : Aprender a confiar17 Capítulo 17 : Aprender a confiar II18 Capítulo 18 : Encuentros19 Capítulo 19 : Malentendidos20 Capítulo 20 : Malentendidos II21 Capítulo 21 : La sombra oculta22 Capítulo 22 : La sombra oculta II23 Capítulo 23 : Comandante de la policía24 Capítulo 24 : Comandante de la policía II25 Capítulo 25 : El intruso26 Capítulo 26 : El intruso II27 Capítulo 27 : La noticia28 Capítulo 28 : La noticia II29 Capítulo 29 : La Cena30 Capítulo 30 : La cena II31 Capítulo 31 : Pasados oscuros32 Capítulo 32 : Pasados oscuro II33 Capítulo 33 : Oficina de envíos34 Capítulo 34 : Oficina de envíos II35 Capítulo 35 : Oficina de envíos III36 Capítulo 36 : Oficina de envíos IV37 Capítulo 37 : Fiesta38 Capítulo 38 : Al fin juntos39 Capítulo 39 : Al fin juntos II40 Capítulo 40 : Desacuerdos41 Capítulo 41 : Desacuerdos II42 Capítulo 42 : Persecución43 Capítulo 43 : Persecución II44 Capítulo 44 : Persecución III45 Capítulo 45 : Persecución IV46 Capítulo 46 : Disputa47 Capítulo 47 : Disputa II48 Capítulo 48 : Nueva vida49 Capítulo 49 : Nueva vida II50 Capítulo 50 : La gota que derramó el vaso51 Capítulo 51 : Incordio52 Capítulo 52 : Incordio II53 Capítulo 53 : Bajó el mismo efecto54 Capítulo 54 : Bajó el mismo efecto II55 Capítulo 55 : Decisiones56 Capítulo 56 : Decisiones II57 Capítulo 57 : Tregua58 Capítulo 58 : Convalecencia59 Capítulo 59 : Convalecencia II60 Capítulo 60 : Rivales61 Capítulo 61 : La verdad62 Capítulo 62 : La Verdad II63 Capítulo 63 : Más allá de la oscuridad64 Capítulo 64 : Destino65 Capítulo 65 : Destino II66 Capítulo 66 : Destino III67 Capítulo 67 Epílogo