EL PRIVILEGIADO
tor
Tablasa, a
doméstico a nuestras órdenes, desde hace años. Esto me hizo recordar a aqu
mamá, también era dueña. Además, de ser el cantante del momento. Llegué, en algún instante, a sen
mi habitación, para que mi madre no se enterara. Todos los cuales, ordené botar
a mi casa, recordaría al traid
con mucho amor. Si alguien conoció mi dolor y sufrimiento por aquel
, te extrañé mucho -confesé con
bella que cuando te fuiste hace años -añadió, con su rostro
en mis manos- Por fin estoy aquí en la casa, aunque sea para pasar una tempora
ontigo, para ayudarte con tu hij
y a mudar para acá, en unos días. Mientras, h
e irás conmigo -ofrecí con determinación, porque aun contra la volunt
entó con una sonrisa, que me dejaba ver una hi
rrogué contenta, recordando que le faltaba
e quería aquí porque me faltaban varios
ia -exclamé llevando mi mano a
a sepultura -aclaró Nana, co
*
Recuerdo que salí de Tablasa huyendo del sufrimiento y del dolor, a Bacatá. Pero, al vivir ahí
una relación de pareja con nadie, porque me costó olvidar. Además, siempre tenía la duda de s
s y unas gruesas lágrimas brotaron de mis ojos, recordando aquel día, cuando el inno
comprender que acababa de herir de muerte mi corazón enamorado», recordé, cerr
tro lugar preferido, intentando abrir la puerta de mi coche. En vista, que no podía por e
ese sucedido, apenas ayer. Son 20 años, los que han transcurrido y no puedo estar ll
con el magnate de la tecnología en Bacatá y quien me había contratado para qué me encargará d
por un diseñador famoso en Milán, en la época que estuve en Italia. Era un traje de sastr
quedándome dormida debido al trajín del viaje. Me dormí, alegrándome, porque será difícil encontrar aquí al
tenía cuarenta minutos para bañarme, vestirme, maquillarme, peinarme y sali
i nana, quien al igual que antes, estaba sentada cer
Interrogó ella, asombra
me quedé dormida! -Resp
udo? -Volvió a
quillarme y peinarme, que ya la ropa la tengo lista
nana llamó al chófer que estaba disponible en la casa para que me llevara a m
incondicional, por eso me dolió que mi madre también me separara de Nana, al
*
gnate y CEO de la Empresa Multinacional de la Tecnología estaba de muy mal hum
o aquí, ya! -Gritó malhumorado,
ulpe, mi retraso, pero ya estoy aquí! -Explique, caminando hasta la silla de
orazón se aceleró y mis manos temblaban. Me parecía irreal, lo que obs
ndo de inmediato que me había equivocado, puesto que su mirada era distinta, sus o
esa saber ¿Quién es usted? -Interrogó este, agresivo,
e la Zona Occidental de la Multinacional -Aclaré, aún conf
dos candidatos supuestamente más adecuados al cargo. No obstan
ejor elección, la más preparada y diestra para el mi
ar al CEO y dueño de la Empresa. Lo más elemental para un candidato, es i
orar quién era el Dios de esta empresa! -Aseveré con rabia
ad e ineptitud. Mi tiempo es sinónimo de millones de dólares, así que p
ento. Al parecer, llegué con el pie izquierdo, como se dice c
el mismísimo dueño!», analicé dispuesta a
i intervención. Uno de los presentes, hizo una exposición detallada del origen de la Empresa, la f
rando fijamente su rostro. Estaba asombrada y trataba de encontrar u