EL PRIVILEGIADO
Car
en los 15
o se estremeciera y se excitará aún más. Por su parte, su cuerpo tenía la piel e
mis días. ¡Que eso, no se te olvide! Pase lo que pase, entre nos
razos y no poder besar sus labios como lo anhelaba. Estaba consciente, que esa noche sería el fo
impulsos. Me sentí muy orgulloso, sobre todo de la fortaleza de ella, para proteger su
la mía y fui yo quien inició el baile con su hija, siendo los dos el centro de atenció
o cr
*
uego, partirá hacia el viejo continente, en donde también pasará tiempo con algunos
nciones y composiciones a mis fan, que cada vez crecían más y más. Al final, estuvimo
nuestro camino. En todas partes, estuvimos a casa llena. Como siempre, desde que inicié con esta agru
er edad, se me acercaban, me invitaban e intentaban seducirme. Mi fama creció vertigin
*
ias a mi ejecución con el piano y mi voz. Dos días, antes de que llegara su hija de viaje, me llamó
Luis Carlos! -M
n curiosidad porque no sabía c
abras, estaba mi verdadero origen. Asombrado ante esto, la tomé y comencé a leer el resultado de un
o gemelo y al nombre de mi verdadera madre, no así de mi padre. Esto me dejó en shock. Sospechando q
iva, aunque ella no te adoptó, sino que te presentó como si t
ra contigo! -Insistió
para retirarme del lugar al saber hasta donde era capaz de llegar, con tal de separarm
a! Tienes derecho a
agradezco que te alejes de ella, porque si no te quería como yerno por tu origen hu
con mi hija, acabaré con tu carrera -advirtió y se levantó sal
tí a mi madre que me diera a conocer el nombre de mi padre. Sin embarg
ria que no me convence. Estoy convencido de que ella fue la partera que asistió a m
alí de una vez para Coquivacoa para hablar con ella. Tomé esta decisión, sin i
ue se me reconozca en el país como el mejor en mi género. Tampoco, el hecho de que, a mi edad, haya reci
, quienes me lo demuestran en cada presentación o concierto, y esta señora parece odiarme, sol
an mi nuevo estatus económico y financiero. Pero, por lo visto, el único que a ella le interesa e
oqui
ciar en esta, un fuerte nerviosismo y miedo, por lo que temí le diera algo. Para terminar con tod
ad, coincidiendo está con la expuesta por la madre de Vicky. Esto, me derrumbó moral y físicamente,
tuvo conmigo en todo momento, me apoyó, me cuidó. Fue una verdadera madre para mí. En vista de esto
e me la dio, nací aquí en San Benito, en Venecia -aclaré enojado y con dete
lado derecho, María Reyes -me inf
cual mi madrina se asustó, entrando en ese m
ella, con lo cual su hijo, no reaccionó de momento,
de Granada? -Me consultó y fue así como analicé que salí sin p