EL SECRETO DE LA ASISTENTE DEL CEO
ndreina. La mañana estaba cargada de una humedad densa que parecía intensificar el peso de su decisión. Con un último respiro
a cálida, una expresión que parecía casi inadecuada para
o Juan, tratando de mantener la voz
e sorprendió al ver a Juan tan temprano. Su sonrisa se desvaneció lentamente mientra
o? -preguntó el señor Maximiliano, su
a Andreina -respondió Juan, sin apartar la
preocupación se hicieron evidentes mientras se levantaba de su silla
ñor Maximiliano, su voz ahora cargada
equeño sobre su maletín y lo deslizó sobre la mesa del comedor. Las fotos se esparcieron, mos
oy a casar con alguien que me ha traicionado con ot
imagen, su rostro mostrando una creciente incredulidad mientras sus ojos pasaban de una foto a otra.
aximiliano, su voz quebrándose bajo el peso
cio, sintiendo cómo la tristeza y el remordimiento se entrelazaban con su determinación. Sabía que el im
sombrío y lleno de pesar-. Me da pena con tu familia todo este lío que h
iera aún más dolorosa para Juan. La idea de que el contrato estaba
hablé con mis padres y llegamos a la conclusión de reemplazar a la novia. Así que me ca
n quería reemplazar a Andreina con Ana era un golpe adicional a la ya dura realidad que enfrentaba. La
no, su voz cargada de incredulidad-
ontrastando con la intensidad de la situación-
enfado y decepción. Finalmente, con un movimiento brusco y cargado de
pensar -dijo, su voz una mezcla de e
n las vidas involucradas era palpable, pero sabía que había tomado la decisión correcta por el bien de su prop
e una intensidad casi palpable, y el tiempo parecía alargarse mientras se dirigía hacia el apartamento de su hija.
zcla de furia, tristeza y determinación. La situación era más complicada de lo que había ima
ido de sus golpes resonó en el pasillo, un eco de su desesperación y enojo. Esperó en el s
olpeando nuevamente la puerta-. ¡
, preparado para enfrentar la verdad que su hija tenía que contar. La confrontación era inevitable, y el futuro de la familia estaba en juego mient
inua