EL SECRETO DE LA ASISTENTE DEL CEO
olor de cabeza punzante, como si un tambor retumbara en su cráneo. Abrió los ojos con dificultad y miró a su alrededor, tratando de entender
, una escena confusa. Había pasado la noche con ese hombre y se levanto de la cama, con cautela, buscando en la habitación alguna pista sobre la identidad
del hotel para pedir ayuda, pero las empleadas no podían proporcionarle ninguna información sobre los hu
onerse. La ansiedad la envolvía. La noche anterior había una mezcla de alcohol y decisiones impulsiva
borrosos y fragmentarios, como si una niebla los hubiera envuelto. Todo lo que podía recordar
ergüenza y arrepentimiento la invadió. Sin pensarlo mucho, recogió sus pertenencias y salió de la habitación con el rostro cubierto por su chaqueta para evitar las cámaras de seguridad
partamento con la esperanza de encontrar alguna respuesta. La búsqueda en la calle por un taxi resultó infructuosa. Su frustración y angustia aumentaban con cada minuto que pasaba s
ino de emociones, y el peso de lo que había hecho la estaba consumiendo. Se metió en la ducha, esperando que el agua caliente pudiera aliviar un poco
ella que preferiría no conocer. La falta de control y la decisión impulsiva eran ahora
rometido , de su futuro esposo, pero ella no tenía ánimo para responder.
que había visto en el bar la noche anterior, pero sin éxito. La preocupación y la confusión aumentaban
. Estaba sentado en una esquina del área común, con la cabeza entre las manos. Al principio, Pab
ave, aunque la preocupación y la confusi
endido de ver a Pablo allí. No podía creer q
a-. Simplemente necesitaba salir de mi casa. No podí
imiento de desconcierto y desilusión, y en ese momento,
lo-. No entiendo qué pasó anoche. Solo
mientras ambos procesaban sus senti
reo que cometí un gran error
osa, había una conexión en su dolor compartido. La conversación que siguió fue una mezcla de disculpas, lágrimas y explicaci
omprensión y la redención no era claro, al menos podían encontrar consuelo en la compañía del otro. Era el
s y sus esperanzas. Aunque no sabían qué les depararía el futuro, el reconocimiento de su sufrimiento mutuo fue el
to, ambos encontraron una pequeña chispa de esperanza e
inua