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EL SECRETO DE LA ASISTENTE DEL CEO

Capítulo 2 CAPITULO 2

Palabras:1106    |    Actualizado en: 09/09/2024

olor de cabeza punzante, como si un tambor retumbara en su cráneo. Abrió los ojos con dificultad y miró a su alrededor, tratando de entender

, una escena confusa. Había pasado la noche con ese hombre y se levanto de la cama, con cautela, buscando en la habitación alguna pista sobre la identidad

del hotel para pedir ayuda, pero las empleadas no podían proporcionarle ninguna información sobre los hu

onerse. La ansiedad la envolvía. La noche anterior había una mezcla de alcohol y decisiones impulsiva

borrosos y fragmentarios, como si una niebla los hubiera envuelto. Todo lo que podía recordar

ergüenza y arrepentimiento la invadió. Sin pensarlo mucho, recogió sus pertenencias y salió de la habitación con el rostro cubierto por su chaqueta para evitar las cámaras de seguridad

partamento con la esperanza de encontrar alguna respuesta. La búsqueda en la calle por un taxi resultó infructuosa. Su frustración y angustia aumentaban con cada minuto que pasaba s

ino de emociones, y el peso de lo que había hecho la estaba consumiendo. Se metió en la ducha, esperando que el agua caliente pudiera aliviar un poco

ella que preferiría no conocer. La falta de control y la decisión impulsiva eran ahora

rometido , de su futuro esposo, pero ella no tenía ánimo para responder.

que había visto en el bar la noche anterior, pero sin éxito. La preocupación y la confusión aumentaban

. Estaba sentado en una esquina del área común, con la cabeza entre las manos. Al principio, Pab

ave, aunque la preocupación y la confusi

endido de ver a Pablo allí. No podía creer q

a-. Simplemente necesitaba salir de mi casa. No podí

imiento de desconcierto y desilusión, y en ese momento,

lo-. No entiendo qué pasó anoche. Solo

mientras ambos procesaban sus senti

reo que cometí un gran error

osa, había una conexión en su dolor compartido. La conversación que siguió fue una mezcla de disculpas, lágrimas y explicaci

omprensión y la redención no era claro, al menos podían encontrar consuelo en la compañía del otro. Era el

s y sus esperanzas. Aunque no sabían qué les depararía el futuro, el reconocimiento de su sufrimiento mutuo fue el

to, ambos encontraron una pequeña chispa de esperanza e

inua

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