Margia

mos juntos contra

Por un momento se vio a sí misma en la luna que aún era visible, se podía ver con claridad su fragmentada forma a causa de los múltiples meteor

mería, que se quedó dormido al recuperarse de la pelea o al menos con he

taron entre las sombras proyectadas del coliseo y sólo el aroma las delató a la distancia, ella se acercó a esa barrera de olores que marcaba el paso a un reino d

a tejer sus trampas entre las frías lámparas y los roedores guarecidos por la oscuridad, escudriñaron las sobras que yacían por el suelo. Las gradas se encontraban ocupadas por una masa de piernas, brazos y sexos que yacían

otro tenía la cabeza pegada al escritorio y el último de ellos, estaba despierto revisando las ganancias de la noche. Los ojo

mentalmente, puedes llamarlo y no hacerme perder el tiempo, deja de babear cada vez que vengo aquí. ― Su petición fue ignorada. Kira

er más original, ya sabía lo que iba a decir después. ― Te dejo pasar si me dejas pasar un rato a solas. ― Nunca d

― Por debajo del escritorio, con su bota le aprisionó

e tu llegada! ― Saltó de la silla para huir de

pacios donde pudiera estar, seguro y quedó atrapado en algún trabajo que le apareció y va de camino a la casa a

ndar a buscarte, pero me hiciste el favor de venir. ¡Que servicial! ― Con un mov

cejeó, pero era inútil, la superaban en fuerza, e

servicios, ¡pero no!, ¡con alguna trampa o alguna treta mató a mi campeón y arruinó la enorme ganancia que obtendría de esa pelea! ¡Después, mis tres lacayos no volvieron

us senos subrayando las palabras. ― Tú y tu hermana saldarán la cuenta de lo que se me debe y quizás llegarás a ganar un pequeño extra por tus servicios, aún con el cabello en ese estado y poca carne sobre tus huesos te sacaremos un buen provecho. ― Los tipos que la tenían sometida rieron. ― Puedes r

es sólo una niña,

eje ir. ― Le dio una chupada a un habano. ― No tien

lo que debe, cumple con su parte, tú ere

debió de hacer con total agrado. Depende de mí y de lo que más me convenga, lo demás es sólo un acto. ― Caminó a la salida. ― No te preocupes, ya lo entenderás,niña. ― Realizó

d la nueva mercancía obtenida, Kira aprovechó para propinarle una fuerte mordida, el tipo respondió con múltiples golpes al abdomen de la chica, pero la fortaleza de Kira no se vio mermada y siguió defendiéndose c

o respirar ante el castigo sufrido a su cuerpo. Saldría de ahí y castraría a cada uno de esos y les haría probar lo que ella sintió hasta este momento. Al

uitos reflejos del agua ante las primeras luces del día, flota el