UN AMOR EN TIEMPOS OSCUROS
, a excepto por qué ya casi me ayudas a desocupar mis bo
tú eres el que te quieres complicar o tal vez las cosas no son lo que parece, pues me pareció que ese mafioso con el que se fue
ro, mejor dicho, esa desgracia les fue bien, hasta a Lucho que
restos del rancho, aunque nadie le dio razón por que ya habían sido vendidos por chatarra, miraba la tierra sacaba péndulos, probaba el suelo, y cada cosa la an
ue ustedes me necesitan,
y al juzgar por su escaso equipaje debería ser en efectivo, vaya que dicha
ntos a cualquier bendic
habían donado los de la carpintería, mientras se presentaba diciendo mil artilugios observaba cada parte
l, ¿Cómo te llamas?,
en muy tímida
es la mi casa y Mich
uy fuerte y le e
ás grave es que vienen por ti, no sé cómo te salvaste, aquel ser que des
ca que contrastaba con la de él, por lo regordeta, grande, arruga
te, por eso han e
a mano volvió a mirar a
lguien muy habilidoso le coloco unas protecciones que le han servido muy bien, incluso con el ser que d
muy duro las manos y bajando
toalla y quedo toda viringa, la bestia me lanzo sus relámpagos, y pude ver cómo rompía el techo como cuando cortas una espuma con un cuchillo caliente, los vi encima de mi cabeza, lo único que pude hacer fue cerrar los ojos y rezar, cuando menos sentí fue que alguien me colocaba la toalla, abrí los ojos viéndolo a él, un hombracho fuerte, barbado con un sombrero de vaquero, el cual sin que yo sintiera me jalo para un rincón salvándome, pues pude ver como se rejoneó el piso y a la vez me vistió para evitar que me siguieran viendo los morbosos que no faltan. Enseguida se paró frente a la bestia donde le pude ver que sus ojos amarillentos ahora tiritaban, la bestia con sus luces de energía moldeo como un machete, y se lanzó con todo para partir a mi salvador, el cual muy tranquilo saco como un bordón que incluso parecía de madera como de esos que se utilizan para cabestrear las vacas, y con eso le paro los ataques, descalabrándolos para seguir golpeando a la bestia, la molió a golpes hasta que la bestia se tumbó de bruces, él aprovechó a sacar un frasquito cuadrado como donde guardan el perfume los de las películas, rociándole todo el contenido, luego como todo un galán de novela vieja saco un puro, lo prendió, se lo metió a la boca absorbió una bocanada de humo alzo su bello
rascó la barba, form
e?, o ¿tenía algún sím
ellos no lo olvido, era como una flecha con dos pequeñas lín
abezota hacia atrás, dicien
ne el don de estar cerca de estas situaciones,