UN AMOR EN TIEMPOS OSCUROS
mes has dicho, le estás
historia o tal vez quizás sea la
en que me beneficia a mi saber la historia de esta g
al vez todos somos creaciones imaginarias?, igual nuestra existencia es insignifica
contando esa historia, que como mi vecina dé al frente, se está c
, siempre están enojones, pero quien no, deben
r siga con
e Luis empezó a a
so no habías quedado, fue l
ser contadas, igual tú me estás acosando por no llegar a tu punto, así qu
bien borracho para ir a donde ese mafi
entonces el viejo Michel por el cam
tu carne, así que no se detendrá en venir por el resto, además tienes el deber de proteger a Linda, así es, ya la conocí, por eso llegue a ti, siguiendo su cordón rojo, ¡regoc
, sin embargo, él respetaba a los mayores, así que quiso seguirle la corriente, no en s
me pr
n salto, apretando el puño derecho
lo todo porque podríamos sucumbir de confusión, ahora tal vez se te hará increíble todo lo que puedes presenciar, pero no es nada comparado con lo que ya has vis
e para no ser grosero con este viejo loco, quiso
seguir en esta conversación
brió la ma
epasado tuyo los oculto para proteger a su descendencia o quizás no se los pudo enseñar a sus suceso
co en el suelo del tamaño de una casa, delante del muchacho, que si no frena por reflejo y miedo queda allí enterrado. Sorprendido con la cara pálida y l
de arriba es igual a lo de abajo", este golpecito muy pronto será nada con lo que aprenderás a hacer,
al fondo del hueco. Cuando su vista se despejó observo que era cargado por el anciano, aunque debería de estar alucinando porque pudo ver que estaban sobre las casas y que avanzaban sin que Miche
io sombras y pelos volando, el suelo debajo de él se disuelve haciéndolo caer en un torbellino verde, negro y rojo, la música cambia a unas risas macabras y el olor cambia a podredumbre, cae de golpe a una gran montaña café y puede visualizar en la cima una estrella blanca que se derrumba sobre él solo que dos hermosos ojos lo salvan levantándolo de los brazos, lo dejan en un pedestal para luego seguir al horizonte donde se que