UN AMOR EN TIEMPOS OSCUROS
razo, de igual forma el que estaba indultado más no inocente, que se las daba de decente, pero que se consideraba más que la demás gente y a pesar de que él se buscó su filigrana, pese a que a él no le afectaba en nada las acciones del pregonero, en retaliación de la acción, saco una de sus armas y rompió para siempre a este «pocillo salvador de su mundo». O
cuidado se reincorporó para minimizar el dolor, busco sus chancletas, pues el helado del piso de cemento le producía dolor al orinar, este lo abrumo hasta que no aguanto y se le salió un gemido, eso provoco que la puerta se abriera, revelando unos hermosos ojos que demostraban preocupación, era Luisa quien el afán de ayudar le hizo olvidar la precaución abriendo el cuarto por el grito de su salvador, ella aunque tenía la cara desajustada de tanto llorar la tragedia que aunque él la menguo seguía siéndolo, pues se hallaban allí aunque todo
estaban encargadas de la cocina y dos niñas de meseras, eran como si todos anduvieran en parejas, excepto Luis quien era ayudado a andar por su hermano a quien
mezclada con incertidumbre, como se esperaba don Fab
s amigos y vecinos los Monroy, lástima que bajo estas circunstan
nte el otro padre
parme con el joven Luis porque fue un milagro que escucho los llamados de auxilio de mi hija, y sin dudarlo nos brindó ayuda, lamento mucho que algún escombro c
s que antes se odiaban, pero que habían sido unidos por
na razón a los Monroy, la noticia de su desgracia se había regado como loca de plaza y ya habían llegado los de la iglesia cristiana a ayudarles, a donde ellos iban, aunque no eran muy devotos, ya que se decían católicos, pero asistían a esa iglesia a veces cuando daban mercados o almuerzos, por eso los pastores los conocían muy bien, quiero decir por qué iban y se hacían los sufridos para lograr la mayor ayuda posible; se apr
iedras salieron obreros para reconstruir la vivienda o mejor aún para esta vez sí construir una viviend
a muy antiguo y ahora sales, con lo que
rincipal fue el sentido desinteresado de ayudar lo que conmovió a todas esas manos que hicieron en unos días lo que no se hizo en años, una casa de cemento y ladrillos; volteando así la desgracia de los Monroy, si hasta les
mejores vecinos y hasta invitar a almorzar a menudo a los padres de Luis, pero esto fue una promesa aún más vacía que