Hit me, Cupid
P
dejó caer en la silla en la esquina trasera opuesta y se inclinó hacia atrás, cerrando los ojos y apoyando los pi
ren seguía siendo el único al otro lado de la habitación y estaba en la misma
responder a su nota. Eché un vistazo a mi reloj. Faltaban unos buenos siete minutos para que comenzase la clase. ¿Por qué hoy, de todos los días, tenía que e
ví para pararme frente a Darren. No abrió los ojos, pero se movió ligera
favor, apagar
r la cortesía, por
arga calada a su cigarrillo. Suspiré, resignada. Esto tomaría un tiempo pa
sentó. Por desgracia, se olvidó de que tenía los pies sobre el escritorio, así que se
er eso? —inquir
ese usado. Se había recuperado de su malestar y
eso»? —dije, arrast
más fácil si él no fuese una
me el cigarrillo.
S
argo, lacio y castaño, y me encontré con sus ojos cerúleos co
qué fue lo que te pr
esionante —obse
n problema. De acuerdo, solo tuve uno. No era suficiente para detenerme; si de verdad me iba a hacer d
ndeme!
S
ida, aunque fugaz
preguntar. Te digo que sí,
toma
illo? —escupió. Eso fue diverti
es. Al negarte a responder, tomé
qué ha
—le expliqué en un tono maternal—.
ta? —Su voz se estab
ero a
las reglas. Si él quería meterse en problemas, aleluya para él, pero fue una
que me importa l
n todo el disgusto que su arroganci
oy más poderoso que tú», en serio necesitaba superarlo. Claro, él era atractivo y gu
o me puse de pie desafiante delante de él. Asustado, él n
de escuchar la estampida que siempre
iné de regreso a mi asiento, asegurándome el privi
í mucho después de sentar
RR
de evitar sentir que había perdido, aunque ella huy
suelo y me senté. Me gustaban las matemáticas y era decente en ellas, era por eso que estaba en la clase más avanzada. En realidad, contrariamente a la
aba sus libros. Me gustaba el Sr. Kaplan, era un buen maestro y pa
, su señal de que la clase
arme. Por el rabillo del ojo, vi
o estaba bajo mi atención, pensaba que conocía a todos los de esta clase. Tal vez ella solo se esc
es. Un poco simple para precálculo, pero todavía estábamos repasando. No podía es
ió cuatro ecuaciones en el pizarrón—. Cuando lo hagáis, os acerc
mio, no había nada valioso que pudiese ofrecer, pero más fama siempre era útil y era
mirar hacia arriba. April Jones caminó con rapidez pero sin prisas al e
l Sr. Kaplan, entregándole una barra
e vencido? La miré con enojo, pero mordía la barra de chocolate mientras estaba
eté los puños. Ya había contenido mi ira antes, s
aba justo al lado de la clase de Matemáticas y mi casillero estaba en la mitad de la esc
ido por un abatido Brock caminando hacia mí. Levantó la mano a modo de
é sin rodeos cuando estaba a un
ompió c
dijiste que no t
antes desde el año pasado. Se supone que soy el único que pu
ras me volteaba para poder caminar con Bro
a terapia
exclamó—. Si la tuviese,
tando de r
Di unos pasos más ant
anna —dijo rotundamente—. Eso es imposib
s encontrar otro amor —respo
nción más, esta semana su en
o amor! —rep
so. Así que ni Jess ni Rh
baleó hasta su asiento, un p
su fuerza. ¿Brock estaba enojado porque su amor se había ido? D
é los libros en él. Ya me estaba aleja
ico me miró con
? —es
cayó algo —
ente a mi casillero. Asentí con brusquedad al chico y se
ndo tal y como lo había planeado; había logrado obtener la ate
rlo mejor que una