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Begonia

Capítulo 4 3

Palabras:3972    |    Actualizado en: 02/02/2023

ítu

a después de comprar un vestido azul eléctrico que combinaba con el color de mis ojos, me maquillé

Era una estúpida que se emocionaba por tonterías. No tenía experiencia en las relaciones, había tenido un novio en secundaria, pero no fue la gran cos

hicieron, y lo vi venir hacia las gradas, hacia donde yo estaba ubicada. Todo el mundo

i siquiera sabía que había algo como eso, pero yo no sabía muchas cosas. Estaba en la parte trasera de aquel enorme plantel educativo

ontraban sentados en las bancas debajo de los árboles. No hacía frío, solo había viento que moví

hinido. Llegamos a la parte más alta y me acercó al borde, donde había un barandal de cemento con piedrillas incrustadas. Si miraba ha

boca abierta, vislumbrando lo

cándose, haciendo que mil mariposas

acercó a él, llevándolas alrededor de su cuello, me sentía segura

o, pensé que el tiempo se había detenido. Minutos de

os mismos y refugiados en los labios del otro. Quiero que cada vez que veas la luna pienses en mí y recuerdes

dije

, sus padres no estaban por ninguna parte. Me había preparado por si sucedía algo, e

acía bromas y yo reía sin control, siempre fue de esa manera. Cuando acabamos, me limpié la boca con una servilleta y le d

iosa cuando su boca se abrió y miró mis labios fijamente. Nos acercamos y, de

e hizo que nuestros cuerpos se unieran, pero no me acarició de ninguna forma prohibida, empezaba a desesperarme. De pronto, se detuvo

sa —dijo con la respiración entrecortada, yo me

No había podido hacer que mi novio me tocara ni un milímetro. James no se dio cuenta de mi

hacía a propósito, me hubiera gustado que también me evitara

is sentidos me ruegan que tome tan solo una copa, un poco de vino. Es como una bestia que ruge desde adentro y me hace sentir ansiosa. Incluso

s yemas acarician las botellas que tanto me tie

muerte de su hijo. Después del entierro, él se encerró por meses en su oficina, solo salía para comprar más lico

superarlo. Me digo que no una y otra vez, que no lo haré, que yo soy fuerte, que esta n

perdonar mi pasado y caminar hacia el futur

toy cerca, con la desesperación aún caland

avor, necesito que

es me asegura que estará aquí dentro de poco. Es una suerte que no haya

anto he necesitado, me abandono junto a ella y siento las lágrimas resbalar inco

o tan fuerte. Ya no sé qué predomina más, ya no sé, pero me quema el interior —

i cabeza en su regazo mientras cepilla mi cabello como si fuera una niña peque

Me anima a continuar, y tal parece que no pue

, sin querer hacer el amor. Luego me coge y se larga. ¡Ni siquiera fue capaz de d

ara y le insistía, pero él se negaba siempre. El día que finalmente ocurrió fue después de su graduación de la universidad, fuimos a mi casa y simplemente

ón que me hizo conocer, pensé que era el momento más m

ente arrugada cuando no estuvo junto a mí, quería despertar j

o ni en la sala ni en la

imán que le habían dado a mi madre en la iglesia. Me acerqué, la tom

*

lguna vez te hice. Me duele más, de verdad que lo hace. No soy bueno para la

*

o último qu

, pasé horas en casa de su madre haciendo pasteles con la esperanza de que

me quedan. Ese maldito día que arruinó toda mi existencia, l

o nadie más me miraba. Luego soltarme y aplastarme contra el suelo como un insecto, como una jodida

para todos

eliz de nuevo

des sentada esperando a que la felicid

por la nariz, entretanto mis pulmones bus

ágrimas que aún siguen en mis mejillas y niego con la cabeza

o los ojos con diversión, ni siquiera le he confirmado que iré y ella ya está

o el teléfono móvil y le marco a Jess. Le informo de que pasaré algunos días fuer

intiséis años no debería permanecer tanto tiempo en casa y en el consultorio, pero siempre evito hablar del t

r a estos sitios, lo comprendo porque también es difícil para mí. Es por eso que no me sorprende cuando me dice que

a a alguien como ella, ser compañeras en la mism

el trayecto. No vengo todos los días, pero intento asistir cada vez que hay quimioterapias, no me gusta

trar, tomo un respiro profundo. Acostumbro a

entonces él sonríe mostrando todos sus dientes, luciendo más joven de lo que aparenta. Me ac

diarlo, mientras

que sus ojos oscuros contrasten; a veces son tan fríos que podría hacerme

queño rastro, pero nunca me he

s. Una tarde, llevaba las gelatinas que suelen darles, iba distraída y me estampé en alguien; ese era Andrew. Le arrojé los botes de gelatina ente

averigüé hasta que di con su identidad. Me enteré de su diagnósti

ría de las personas, pero me lo fui ganando, era

os meses le dijeron que estaba invadido. Afortunadamente, nada grave ha pasado, p

pecho se quede sin aire; no sé qué haría sin la presencia de Andrew en mis días. Y en el fondo

y luciendo relajado, mi cabeza se ladea, no pu

nsen, así que inmediatamente me apresuro a contestar—. Solo saldré por unos días

vuelve a la p

curso. Insiste en que todavía tengo mucho por vivir, pero él no se da cuenta de que todo lo que deseo es estar a su lado, a su lado me siento mejor, a su la

te aprensiva, de pronto ya no estoy tan segura de dejarlo.

ces tan distantes. Una enfermera se introduce en la habitación, al instante se transforma en un témpano de hielo, como una serpiente que cascabelea cuando se siente en

ev

y quita su mano de la mía, dejándome fría. Sé que no

una sonrisa triste. Comprendo su dolor, lo veo en su semblante aunque

lido escalofrío recorra mi cuerpo; esa corriente eléctrica es la que me

Amo a Andrew, pero nunca ha sido de esa manera descontrolada e irrefrenable

echo hacia atrás y recorro

eto, sabiendo que lo voy a cumplir, él asiente con el

sin antes pedirle al doctor Goulding—el oncólogo que ha estado encargado del tratamie

e Tess y juntas nos dirigimos hacia Nashville. En el estéreo se escucha el

oom», y yo sigo el golpe

retanto admiro el paisaje montañoso por

su suspiro de loca enamorada

a la perfección el carácter impulsivo de Dan, pero también sé que para Dan no hay nada más en e

verdad lo creo. Ella fue una luchadora toda la vida, me da gus

envare y mi pecho se comprima, trago saliva en un intent

podera del vehículo, es bueno que la música siga sonando de fondo. Pro

nos debíamos. Romina, la madre de Tess, sigue felizmente casada con Robe

as heridas, solamente alivia un poco el dolor, pues te acostumbras a vivir con él; sé eso a la p

toría, ella y Robert abrieron un grupo de apoyo pa

é que sería, pues los padres de Dan son gente de mucho dinero. Una casa de dos pisos al e

do algo le emociona, y me siento mal al insta

a entrada, un tintineo me indica que está por abrir la p

os colores marrones predominan y algún que otro tono verde lima resalta algunas paredes. Muerdo mi labio cuando observo una linda chimenea en el

pudiera tocar mi burbuja y lastimarme de nuevo; lo peor es que aparté a las per

a embelesada, a lo que ella sonríe mostr

ta del dueño. Dan está en el comedor con el teléfono pegado en

orna repitiendo nuestra broma universitaria, él me gu

ellos negros y ojos verdosos. No duda, rodea la cintura de una Tess qu

do de un pasillo, una puerta rosa con dos letr

e grandes van a ser preciosas. Me siento orgullosa de mi mejor amiga. Una ternura que no comprendo se instala en mi p

me en una de las habitaciones. Me dan un tiempo a solas para que me famili

na cortina oscura y brumosa que oculta a

scuridad, necesit

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