Lazos de sangre en nuestra oscuridad

u

os para que encuentren a donde fueron. Martín pudo averiguar que tomaron un vuelo a Beuri, un país

án que esperar, porque le debo respeto al abuelo. Aun cuando ya me puedo liberar de todo el yugo familiar, le debo mucho a este y no es porque me importa para nada el testamento que pu

una de las personas que menos quiero ver se lanza a mi cuello. Como puedo me quito a V

mo e

al menos, pero aún no

ojos azules se acerca

s Lucas, tu he

s Alana, mi prometida, a

mi hermano ha

verla bien, la realidad era que tampoco estaba interesado. Pero es gracioso como mi hermano y yo nos vinimos a fijar just

agas ave

la protege, siento algo de envidia y pienso en mi hijo mi

encontrará

la de Paula, pero no puedo y menos aquí, con mi prometida pegada. La cual

l estado del abuelo avísame, por favor. —Me

on ella. Pero es como si no me escuchara y cuando voy a montarme en el carro tengo que hablarle fuertemente. Odio maltratar a las mujeres, pe

mos! ¿Por qué eres así? Dé

ves que estoy cansado, quiero est

ante el tiempo que estuve lejos. Aunque se mantuvo alejada el primer año después comenzó a buscarme, tuve que volverme casi un mago para que no me encontrara. Y volver a amenazar con que rompería el com

no vea al viejo recuperado y en casa. Vivian me tiene loco, ya no sé cómo echarla de mi habitación, creo que mis padres me hicieron volver a la residencia par

peores, hoy han llenado mi casilla. Vivian volvió a colarse en mi habitación e incluso intentaron

edes quedar embarazada, que ni, aun así, pienso quedar

miles de insultos más. Por supuesto, enseguida

ces Lucas?! ¿Cómo puedes

o ustedes no escuchan y hasta tratan de drogarme. ¡Están lo

on quién? ¿Con

ero mi hermano me to

en de querer obligar a mi

uestro heredero con una mujer de bue

Ustedes dos se casaron enamorados y aún se quie

l tiempo Lucas se enamorara de Vivia

manipu

cas Barracuda que

de quié

xclamaciones de asombro. Hacía un buen tiempo que no ponía su mano en mí, quizás porque desde que cumplí los dieciocho

tá pasan

y el alivio me invadió, porque eso significaba dos cosas. Una, ya

é no nos avisast

áculo que como siempre

mi hijo que le falte

e alegro de que ya esté bien, bienvenido a casa. Ahora, si me l

pregunta a dónde voy, pero mi abuelo le dice que me deje en paz. A pesar de ser algo