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Al límite de ti

Capítulo 4 Max

Palabras:2023    |    Actualizado en: 13/01/2023

a

un poco la cabeza-, ya estamos aquí. Ahora sí me dirás, ¿por qué ha

ntarme ante los empleados, ya que mi abuelo no est

forma sensual al restarle

caballeroso posible sin ofenderla colocando mis manos a los costados de su cintura y la alejo con la sonrisa más amplia que puedo hacer; es guapa y nos hemos involucrado muchas veces antes, pero ahora es po

Hace un raro puchero infantil que me

o ella trató de coquetear conmigo y yo, sin profesionalismo alguno, cedí. Aunque nunca he tenido una relación formal, como mi familia espera, me atraen las mujeres; mucho más de lo que deberían. Con ellas tengo un buen trato, las que se dejan y no están al asecho de algún chico millonario al cual encajarle el diente; sexo ocasional sin compromisos. Hay muchas cosas beneficiosas para ambas partes en ese acuerdo, no hay ataduras, ob

rgía de la que prete

te la connotación de doble sentido que esa palabra

be estar por aquí. Con las prisas n

pregunto si seré lo suficientemente bueno como él. Una cosa es mantener el negocio familiar ya bien fundamentado y con todas las puertas abiertas en la industri

ma al fin y la veo

uslo y se lo aprieto un p

to es la

ativo -sonríe orgullosa mostrándo todo

zo el repo

cada persona que pudiese mentirme, pues tendría que hacerlo cada día de mi vida y aun así no terminaría. Aunque, claro, no estaría mal empezar con la bella asistente. Pero no, ya no me acostaré con nadie que e

mí y comienza a besarme. Instintivamente mis manos se van directo a sus muslos y comienzo

enterrar sus dedos en mi cabello y jala mi cabeza para atrás

cuándo come

balancean de un lado al otro frente a mi cara en cuanto deja de besarme y lleva sus manos hacia mis pantalones. Colocando mis manos por detrás de mi cabeza, dejo que ella haga todo cuanto quiere conmigo.

. Ella

oficina»,

edezco. La beso con más ferocidad que al principio, como si ella fuera mi co

i pantalón y baja mi cremallera con dedos ágiles

de que olvide todo. Es aquí donde me pregunto si en verdad merece el puesto o si hacía esto mismo con el viejo cada que debía entregar reportes o hacer algo que le costara demasiado. Tal vez, simplemente no debí recomend

comida mexicana y el maldito cisne que mandé a hacer especialmente para ella no llegaba. Mi pacienc

rle tiempo a la mala suerte que me asediaba, me puse en pie y la invité a bailar conmigo. Sabía que

rpos y su emocionada risa por mi

conociendo la felicidad después de mucho tiempo. No busco ya nada más de lo que tú me ofre

de emoción se descompone en pena-, pero el cisne sí me lo quedo -concluyó con voz quedita, temero

i vida, me conocía mejor que nadie y era la única amiga que no cayó por la galanteria de

descubrí que el a

tras varios minutos sa

elva a sentar en su lugar. Obedece cabizbaja mie

e todas formas, ya hace lo que tú deberías estar haciendo.

ados, pero solo estoy decepcionado y ella lo sabe. No puedo tener a alguien al mando de l

a junta directiva emita su voto. Tú no tienes todas las de ganar y lo sabes perfectam

tras partes íntimas-, dejará de pasar de

ada retadora me dice que espera un nombre d

ón me muestra que la noticia l

mirada, me dirijo hacia el ventanal tras su escr

casi en un sorbo. Se relam

mina lentamente hacia a

uo-: Eres brillante, de las mejores de la clase, te graduaste con honores, Greta. Aplica las cosas que sabes y deja de perder el tiempo laboral con lo que no vale la pena. Porque el trato solo

emonios te cre

indica q

te. Lo sé. Yo no, yo solo... Per

jo que hacer. -La veo cruzarse de brazos y

o. No han dado nada nuevo en los últimos tres años y su contrato ya expiró. No habrá má

sa decisión? -cuestiona con cierta

tragar saliva -. Y de tu trabajo hablarem

z tiembla como si estuv

, respira profundo lista para fingir ante los demás y, con una gran son

s por sus fut

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