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Al límite de ti

Capítulo 3 Ara

Palabras:3647    |    Actualizado en: 13/01/2023

r

marz

un mecena

la lista interminable de documentos por entregar que mi jefa

de decirlo sería ordena

jo hacia el cesto de basura que esta en frente de una de las puertas div

—murmuro co

ta que me quedan casi dos horas, mi paciencia se ha extinguido, he acabado con mis uñas postizas y naturales, mi estómago ruge, mi cabello se está cayendo d

ieres tu trabajo. Ne

tra el frio escritori

y tus pies no sirven para vender fotos de ellos por internet. Así que, lo único que te queda es aguantar a la odiosa de tu jefa y trabajar como burra hasta que te jubiles en muchos años, a q

or lo ú

das las enfermedades que me ha ocasionado, pero lo repito como mantra interno hasta lograr autoconvencerme, si es que eso algún día lleg

os mis verdaderos conocidos lo saben; hablo sola, soy despistada con lo que ocurre a mi alrededor y dejo lo importante hasta el último minuto. Finjo que es por la adrenalina y que

, desde que nos c

iado acostum

bién le gu

desesperadamente, incluso metiendote a ti mism

eflejo imita mis movimientos. Estiro mis brazos por sobre mi cabeza hasta que escucho mi espalda tronar. Me he quedado en trance un momento tratando de recordar lo que debía hacer, pero ahora recuerdo que no quiero hacerlo. Esos anillos son lo único que aún me ata a é

erda papá justo antes de salir de la vieja ca

s nerviosa, cuento los pasos

dos,

Escucho susurrar a mi hermana

, cinc

está llena y aprieto con más fuerza el brazo de papá. Temo caerme y hacer el ridículo frente a todos. Estoy sudando como nunca. Maldita la hora en que d

cho, nue

todas las preocupaciones. Puedo sentir mi corazón palpitando y a nada de salir desbocado de mi pecho, al igual que una o dos gotas de sudor recorriendo lentamente mi espalda hasta perderse justo en mi

una semana antes de la boda, no éramos unos niños como para fingir pureza antes del matrimonio, pero se sentía peculiarmente bien el esperar. Lo compartíamos casi todo desde el comienzo; amistades, g

er el amor sin hacerlo, se dispuso a darme u

del resto de

lanco —sonre

bajas, pero en su mayoría una buena historia, al fin estábamos a nada de compartirlo realmente todo. Pasaría de ser Ara Rojo a Ara Rojo de It

mano sobre la suya y es ahí cuando —dentro de mis recuerdos— veo mi vida cambiar en un santiamén, y su ro

lo que me muestra la vista me deja momentáneamente paralizada en todos los sentidos. El rostro al

y su voz exasperante activa mis sentidos—, muy

o. Por un momento pienso que está a punto de atacarme con sus largas uñas rojas apuntando hacia mi d

algo, licen

—. Tengo que entregarlos al nuevo presidente en diez minu

a hacer estragos en mi estómago hasta el punto de provocarme náuseas, y

ida col

i oportunidad de deshacerme de ella, de volver a mi vida tranquila y sin caos ideando alguna forma de poder arrojarlo el escritorio hasta que quede aplastada en el suelo

nrió con confianza, pero terror en mi interior a

bilidad, Guillermo de diseños y Martha la asistente, Top modelo, del nuevo presiente de la empresa, me bebo en dos sorbos uno, dos y tres cafés, siento mi taquicárdico corazón a punto de desb

ción que mi jefa debe hacer, pero siempre termino haciendo yo. Logro colocar todos los documentos, en un tiempo récord de cuatro minutos y medio, en el escritorio de mármol blanco de la oficina d

cente y no puedo más que esperar hasta la cena o que mágicamente mi hígado esté libre de cirrosis gracias al exceso de café. Pero, contradicto

so

hacia mi dirección, así que, levantando las manos y con gesto de absoluta vergüen

er

lendario en el costado de mi espacio de tra

ena con las chicas. 8

o mucho más corto de lo habitual y sumamente maquillada a mi jefa en dirección a los

busca subir de puesto? —pregunta Ágata

la pequeña niña del grupo, aunque jamás la he visto dejarse intimidar por nadie, no como yo. Cuando nos conocimos, a principios de abril del 2019, no me agradó en lo absoluto, era tan opuesta a mí —alegre, vivaz, apasionada de la vida y con una energía que muy pocas personas poseen—, y aun lo sigue

no de mis más grandes enemigos—. Así es como viste para seducir. —Remata lo

mi apoyo en el área era Eunice Carbal, quien tras seis meses fue ascendida a promotora comercial y yo, en más de tres años no he podido ganarme ni un ascenso desde la última vez. Nino, desde luego me ve como su enemiga, su rival a vencer, pero no lo ha obtenido por dos simples razones: no es n

una eternidad, pero tan solo

l ratón de la computadora sobre la panta

ctora general. —Nino me guiña el ojo y vue

confío en que se quede callado y no corra con Greta a contarle lo mal que hablo de ella, porque si ella me cayera bien yo lo haría con tal que lo despidiera de una vez y por todas, sin emb

ñera, y casi mejor amiga, en forma ir

ímetros cuando veo el pequeño trozo de papel caer sobre el café de la vieja Inés asistente principal del área de diseños sin

murmurar y asiento con la cabeza

ero no puedo negar que con ellos sus piernas se ven bastante llamativas. Él, por otro lado, es bastante guapo, cabello oscuro ondulado, cejas bastante pobladas, rostro simétrico y labios carnosos. Porta

re sa

¿Cómo se sentirá apretarlo o

omo me g

ón gratamente sexual por aquel hombre,

buen

lguna —resp

ara ponerse colorada. No porque este mal el hecho de que me gusté un hombre

cual luce bastante hermético mirando hacia todos lados —como si buscara algo en específico—, tuerce la boca ligeramente, un g

, decido rápidamente volver a mi asiento, al menos mi cuerpo decide que eso es lo mejor para hacer

ar si se les ofrece algo d

abeza incapaz

emonios te p

es jugar así

acue

romisión. Están de pie frente a la ventana, ella tiene sus manos puestas en los hombros de él mientras le sonríe con coquetería y este la toma sin preocupación por las caderas. De

alguien tan detestable como ella? ¡Có

—. Es mi asistente principal. —Ahora se dirige a él, hacie

lo ha ganado, escupiré en l

mente hacia él con la esperanza de encontrar algo que me d

me quiere comer”, o

s guapo, bastante e intimidante a la vez con su expresión plana

i mom

nto a mis habilidades y conocimientos, para así poder ascender de puesto, él adoraba demasiado a mi j

Greta sonríe condescendienteme

Espero impaciente por sab

con sus ojos aceituna y se muerde el labio inferior a la vez que trag

mo es que se

voz me estremece y por un mom

icina, tambaleándome un poco por lo

para Greta mientras Ágata m

sexy o es de las que te espantan? ¿Estará

te quiero

jo. Eso parece. Bien, como si fuera cualquie

me escuch

rrea infinita—. Déjame terminar con

u expresión de niña regañada. Contengo el impulso de ir tras e

odo listo en la b

escupir, he

a que he colocado de adorno. Cuando entro de nuevo a la oficina, dejo todo en la mesa entre los sofás de cuero mientras ell

parlotea sin descanso y me interroga nuevamente por el nuevo jefe, mientras yo me quedo

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