La Sirena
eda uno, las cosas que recu
paredes de nuestro camarote
Recuerdo el olor a agua sala
como el sonido de la risa
menta fuera una emocionant
adi
n de miedo o de preocupaci
nta estaba estropeando nues
uperior, adiós a la ocasión d
sas que me preocupaban ento
sarlo. Pero eso era antes,
uento, porque
lancearse, no voy a tener
a cena -se
ión, tendida en el suelo,
re me recordó el póster de un
ella nunca se se
suelo -me dijo mirándome-
dirigí trastabillando hast
ción fuera necesariamente l
a que el agua se calmara. N
je había sido de lo más norma
ora no me acuerdo de adónd
s con estilo, como siempr
bían sobrevivido a la Gran
asegurarse de que la gente
te con grandes ventanas y pe
o de los sirvientes
fusión del mareo, cuando o
espertó mi curiosidad y, p
rtada, y vi que mamá tambié
do. Nuestras miradas se cruz
do era real. Cuando tuvimos claro que no estábamos so
embriagadora, como un hi
l baño, luciendo un nuevo a
ntentar afeitarse
ntó. Su voz tenía un tono
a desesperaci
iene del exterior, ¿no?
evó una mano a la garganta a
s a
ogió su suéter. Yo no daba
a la
Tu maquillaje! A
e importancia con un gest
Solo será un momento. Tendr
vam
me quedo aq
í la misma atracción que en
a que estaba de las arcadas.
tado. Me encogí aún más, re
n pie y s
ó y me miró
eniéndote a mi lado
s palabras que me dirigió.
, me encontré cruzando el ca
ue subir a cubierta. Tenía q
, probablemente quedaría
ría unirme a mi familia. En e
todo aquello era
el camino se nos unieron
cuenta de que algo iba mal
multitud, mientras que
la lluvia que caía con fuerz
. Con las manos apretadas co
de la música hipnótica, inte
a mi lado y se lanzaron po
tan grave que tuviéramos q
o vi saltando hacia la lluv
. Cuando alguien a su lado
acabaron peleándose por l
a a mi hermano mediano. No
zaba hacia la barandilla, de
que estaba p
ogidos de la mano, con l
rás como si nada. Sonre
? ¿Es que el mundo
do. Bajé las manos. Mis m
la canción iba asentándos
ullada por las olas, en lugar
oso. Necesitaba bebérmelo, ll
mones c
ndome y latiendo en mi i
placer llenarme de aquella
Apenas me di cuenta de que
que el impacto del agua e
cie
a mo
e debatía para volver a
a! ¡Quie
suficientes. Aún me qu
visitar. Esperaba que un ma
una fracció
ver
dar de si realmente h
¡
arías p
que f
astró fuera de aquel estrép
hubiera tirado de mí con pr
os atrás. Enseguida me enc
chicas de una b
rror y la confusión desapa
guna vez eran aquellos rostros perfectos. Fruncí el ceño
si
? -pregunté-.
erca y que tenía los ojos
mo un cabello rojo intenso
, se a
aseguró, con un perfe
a. Si seguía viva, ¿no debe
tados por el agua? ¿No tendría
to contra el agua? Sin embar
ando, o estaba muerta.
nté la cabeza. Por encima d
cabeceaba de un
, demasiado confundida par
que todos los demás se
erdas? -me
do la cabeza. Rebusqué en
antes y confusos-. Y el ca
Luego me enco
iste
me si podría leerme la me
el mundo-. ¿Q
ó ella con una voz dulce-
a que me dedicó una sonris
l cielo de la noche y par
Sirvientas de Oceania -exp
La... al
ué la
lo que come
y yo seguí su mirada. Se e
ni un
h
pronto podría ser también
da. A partir de este día, dura
ades, ni envejecerás ni un d
u voz, tu lib
balbucí-. No
, sonrieron, pero sus ojo
ahora lo entendieras -dij
apado, tratándome ya como
otras lo entendió en su mo
sta quedar completamente
el agua. Todavía había unas
corriente, como si pensara
está allí
ró, con ojos
brazo, mirando hacia l
es quedarte con nosotras,
do-. Irte con el
sando. ¿Me estaba diciend
ri
ue fuera por vivir -me rec
ri
No quería que me fuera. Qui
í. Me quedaría. Tiró de
de las sirenas -dijo, y d
el f
undó las venas. Aunque m